Rolls-Royce Phantom V
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El misterioso Rolls-Royce Phantom V en la España de los 60 que llevaba guardado desde 1989

El protagonista nuestro artículo tiene una historia plagada de interrogantes, empezando por su llegada a España en mitad de la dictadura.

El hallazgo de cualquier clásico que lleve mucho tiempo parado siempre nos provoca una especial emoción. En este caso, a dicha emoción se suma un halo de misterio, pues la historia de este Rolls-Royce Phantom V está llena de incógnitas que no hemos podido responder al completo. Empezando por cómo llegó a España en plena dictadura franquista un modelo tan exclusivo o por qué ha permanecido tantos años a buen recaudo. Y no es que en nuestro país no circulara ningún Rolls, pero no eran tan especiales como el que protagoniza este artículo.

Recordemos que los Phantom V se ensamblaron en la fábrica de Crewe (Inglaterra) de Rolls-Royce entre 1959 y 1968. Venían a sustituir a los exclusivos Phantom IV, que sólo se vendieron a miembros de casas reales y altos dignatarios. De hecho, tres de ellos acabaron en España y se siguen usando en desfiles en los que participan miembros de la Casa Real. Volviendo a los Phantom V, estos empleaban la plataforma del Silver Cloud y su motor V8 de 6.230 cm3, asociado al cambio automático Hydramatic de 4 relaciones. Como era norma en Rolls-Royce, la potencia era “suficiente”.

Apenas se construyeron 832 ejemplares, carrozados por Park Ward y James Young, empresas que habían sido absorbidas por la marca inglesa. Entre sus propietarios más ilustres encontramos a la Reina de Inglaterra Isabel II con dos unidades, el Sha de Irán, el Mariscal Tito, Nicolae Ceausescu o Imelda Marcos. También lo tuvieron cantantes famosos como Elvis Presley, John Lennon o Elton John. Las versiones de estos dos últimos son de lo más coloridas y se han convertido en icónicas.

UN ROLLS-ROYCE PHANTOM V EN LA ESPAÑA DE LOS 60

Visto el nivel del automóvil que protagoniza nuestra historia, se entiende la dificultad de que uno entrara en España. Es probable que lo hiciera por medio de Carlos de Salamanca, importador de Bentley, Jaguar o Rolls-Royce en la época. Según consta en tráfico, este Phantom V, con número de bastidor 5LVF119 y carrocería de aluminio firmada por James Young, llegó a nuestro país el 17 de abril de 1967. Esto que encaja con que fuese un modelo que se trajo para el Sector Automóvil de Barcelona de aquel año, que se celebró entre el 20 y el 30 de abril.

Recordemos que se permitía importar unidades para el salón barcelonés, en la que era una de las pocas puertas de entrada a coches extranjeros en nuestro país. Casa con esta información el hecho de que inicialmente esté inscrito a nombre de una empresa. La titularidad cambia el 30 de mayo de 1969, cuando pasa a manos de un particular (posiblemente con iniciales FGF) y recibe la matrícula M-749477. Dado que todo son elucubraciones, existe la opción de que no se vendiera en el Sector Automóvil de Barcelona o que fuese directamente a un concesionario.

Unos años más adelante, concretamente el 17 de abril de 1985, el coche pasa a estar a nombre de la empresa del dueño. Es posible que en esa época el Rolls-Royce Phantom prácticamente no se usara, ya que se dio de baja temporal el 14 de marzo de 1989. En aquel momento, su odómetro reflejaba que había recorrido menos de 5.000 kilómetros. Una cifra muy baja, pero es de suponer que, por el tipo de coche, se usara sólo en ocasiones muy señaladas.

DURMIENDO EL SUEÑO DE LOS JUSTOS

Desde 1989, nuestro protagonista ha permanecido encerrado en una nave sin moverse. Han sido más de 30 años parado, pero al menos estaba en un lugar resguardado, lo que ha permitido que su estado de conservación sea poco menos que excelente, tanto en lo referente a la carrocería, como al interior. Por ejemplo, vemos que los cromados exteriores sí reflejan el paso de tiempo, pero no hay desperfectos o golpes a señalar.

En el habitáculo, podemos que comprobar que no falta ningún elemento, es decir, está completo, incluido el salpicadero o los transportines. Aquí si se nota el uso en el cuero del habitáculo, especialmente en zonas como los apoya brazos. No obstante, no hay roturas, así que no será difícil de restaurar. Llama la atención la presencia del cristal que separa al chófer de los pasajeros en el Rolls-Royce Phantom V; ¿qué cliente podía necesitar algo así en la España de los 60? Un interrogante más en la historia de este coche. En LA ESCUDERÍA nos hemos puesto en contacto con la familia del dueño, pero no han podido ayudarnos a desentrañar su historia.

Sí sabemos que nuestro protagonista fue rescatado de su ostracismo recientemente, aunque los trámites para hacerlo se iniciaron en 2022. De hecho, su “descubridor” ha conseguido un comprador que ya lo está restaurando en Centroeuropa e incluso nos ha proporcionado imágenes del proceso. Aunque rodeado de un halo de misterio en torno historia, al menos el Rolls-Royce Phantom V tendrá una nueva vida por delante alejado de las cuatro paredes en las que pasó tanto tiempo encerrado. Eso sí, ahora lo hará con pintura bicolor.

Fotos OSG y Rolls-Royce.

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Escrito por Iván Vicario Martín

Tengo la suerte de haber convertido mi pasión en mi forma de ganarme la vida. Desde que salí de la Facultad de Ciencias de la Información en 2004 me dedico profesionalmente al periodismo del motor. Arranqué en la revista Coches Clásicos en sus inicios, pasando a dirigirla en 2012, año en el que también me puse al frente de Clásicos Populares. A lo largo de estas casi dos décadas de carrera profesional he trabajado en todo tipo de medios, incluyendo revistas, radio, web y televisión, siempre en formatos y programas relacionados con el motor. Me vuelven loco los clásicos, la Fórmula 1 y las 24 Horas de Le Mans.

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