Presentado en 1962 con los novedosos Renault 8 y Floride S, el motor de cuatro cilindros de la marca del rombo llamado “Cléon-Fonte”, en honor a la fábrica en la que se producía inicialmente, contó con una larga vida y se montó en infinidad de vehículos. A menudo la gente se refiere a esta mecánica como motor Sierra, un nombre que es más habitual en España.
En FASA-Renault estos motores hicieron su debut en 1965, momento en el que se comienza a producir el ya mencionado Renault 8 en Valladolid. Desde ese momento, y al igual que ocurrió en el resto de los mercados en los que Renault vendía sus coches, los coches equipados con el bloque Sierra gozarían de una gran popularidad, logrando producirse, en el caso de España, hasta bien entrados los años noventa con modelos como el Twingo o la Express.
MOTOR 1.037: UNA MECÁNICA NACIDA POR MOTIVOS FISCALES
Durante la década de los sesenta, el recién nacido motor Sierra compartía por lo general sus cilindradas en todos los países en los que se comercializaba. Una de las variantes más comunes en aquel momento era el bloque de 1.108 centímetros cúbicos, común a la gama francesa y que en España llegaron a montar los Renault 10 y Alpine A110.
Pero como en toda Europa en aquel momento, España contaba con sus propias leyes fiscales en referencia a la potencia y cilindrada de los coches. Cualquier coche que situase por debajo del umbral de los 1.040 centímetros cúbicos y los 9 CV fiscales estaría exento de pagar el impuesto de lujo, al ser considerados los vehículos de mayor cilindrada y potencia lujos superfluos que estaban obligados a abonar una tasa similar al IVA de hoy día.
Para evitar el desembolso añadido para los compradores cuando adquirían un nuevo vehículo algunos fabricantes desarrollaron versiones españolas con menos motor, como fue el caso del SIMCA 900, gama de acceso a la familia del SIMCA 1000. Por su parte FASA-Renault desarrollaría un motor específico para este mercado de 1.037 centímetros cúbicos que se situaba entre los bloques 956 y 1.108, y que estaría listo para principios de la década de los setenta.
LA TRILOGÍA DEL 1.037: 5, 6 Y 7
Cuando el polivalente Renault 6 se presentó en Francia en 1968, el primer motor que equipaba era el antiguo bloque Ventoux, que desarrollaba una potencia bastante escasa para aquel momento, por lo que fue criticado a su salida al mercado. Por esta razón cuando «Don Renault 6» debutó en España al año siguiente, se decidió por lanzarlo directamente con el motor Sierra de 956 centímetros cúbicos y 41 CV.
En Francia el R6 recibe una versión con el motor de 1.108 centímetros cúbicos, llamada Renault 6 TL, a partir de 1971. En España equipar a un coche de este segmento y categoría con ese bloque no tenía sentido por el ya mencionado impuesto de lujo, por lo que FASA termina desarrollando un bloque de 1.037 centímetros cúbicos y 50 CV de potencia para el mercado español, que el R6 TL equiparía desde mediados de los años setenta.
Planteado para sustituir al veterano R8, FASA-Renault lanzaría en 1974 su primer y único modelo fabricado íntegramente en España, el Renault Siete, con el que se estrenaría el motor 1.037, y modelo que a partir de 1978 se denominaría Renault 7. Esta variante de cuatro puertas y tres volúmenes desarrollada por Michel Boué, diseñador del R5, fue una de las berlinas más interesantes para los compradores en su momento, puesto que el Siete era la única de motor delantero y producción nacional que estaba exenta del impuesto de lujo. Así se evitaba también que el propietario tuviese que realizar la declaración de la renta, aunque poco tiempo después del lanzamiento del Siete cambiaría esta ley, ya que ésta se generalizó para todo el mundo.
Con la llegada del R-Siete, el R5, que llevaba fabricándose desde 1972, consiguió diversificar su oferta de motores en 1975, ofreciendo el bloque de 956 centímetros cúbicos en los modelos de acceso (950 y TL), y el 1.037 en el acabado GTL. FASA-Renault continuaría produciendo este motor hasta 1979, ya que para 1980 los Renault 6 GTL y 7 GTL pasarían a venderse con el motor 1.108, que, pese a ser de mayor cilindrada, desarrollaba 5 caballos menos (45 CV), debido a una menor relación de compresión, pero daban algo más de par a menores revoluciones. En cuanto al R5, desde ese mismo año los acabados TL y GTL montarían también los motores 1.108, dejando atrás los 956 y 1.037.
Así pues, con el inicio de una nueva década la historia del efímero bloque Sierra de 1.037 centímetros cúbicos llegaría a su final. Un motor muy peculiar, muy recordado en España por su robustez mecánica y ajustado consumo que nació por una necesidad fiscal y que contribuyó con su granito de arena, aun equipándose sólo en tres modelos, al total de más de veinte millones de motores Cléon-Fonte que Renault produjo, convirtiendo a esta mecánica, según algunas estimaciones, en la más fabricada de origen europeo de la historia.
Fotografías: Renault, Javier Ramiro