Pasada la Segunda Guerra Mundial, las empresas aeronáuticas de países como Italia o Alemania tuvieron que reconvertirse. Claramente financiadas por los gobiernos belicistas del eje Roma-Berlín-Tokio, éstas llegaron a crear diseños especialmente desarrollados cuyos ecos aún resuenan no sólo en los cielos, sino también sobre las carreteras.
Algo fácilmente comprobable gracias a elementos como la inyección directa. Primero presente en los cazas de la aviación nazi para, al tiempo, mejorar el rendimiento de vehículos deportivos como el Mercedes 300 SL. En este sentido, desde Piaggio hasta Messerschmitt pasando por BMW -la cual llegó a vender ollas de cocina a fin de cuadrar sus cuentas- multitud de marcas con antiguos intereses militares acabaron en la producción de vehículos civiles pasada la contienda.
De hecho, mientras Piaggio consolidaba en Italia sus Vespa antes de llevarlas a otros países con el sistema de producción bajo licencia -véase la historia de la madrileña Motovespa-, en Alemania Messerschmitt se adaptaba al prometedor mercado de microcoches con el KR175.
Caracterizado por un diseño claramente tributario a los esquemas de la aeronáutica, este microcoche con dos ruedas delanteras y una trasera llegó a a ser uno de los más reconocibles en aquel segmento a medio camino entre la motocicleta y el automóvil. Es más, incluso la propia Piaggio se atrevió a entrar en el mismo gracias al Vespa 400.
Y es que, no en vano, dadas las posibilidades económicas de la posguerra europea modelos como el Biscúter, el Isetta -o los dos anteriormente citados- entraban bien entre una clientela incapaz de llegar a un automóvil de pleno derecho. Una situación superada con el lanzamiento de modelos económicos como el Fiat 500 pero que, al fin y al cabo, sí llegó a estirarse durante al menos dos décadas.
MESSERSCHMITT KR-202, EL RENACER ANDALUZ DE ESTE DISEÑO ALEMÁN
Si echamos un ojo a la historia más reciente del automovilismo veremos cómo la nostalgia, o al menos el guiño al pasado, vende. Así las cosas, desde BMW con su Mini hasta Volkswagen con su New Beetle han sido muchas las marcas que han rescatado iconos del pasado para presentarlos con una tecnología totalmente nueva.
De hecho, estos mismos días estamos viendo el resurgir del Renault 5 en forma eléctrica e, incluso, en Barcelona se están haciendo esfuerzos para adaptar a esta misma mecánica la antigua y emblemática Montesa Impala.
En fin, un contexto donde la reaparición de un diseño tan especial como el del Messerschmitt no se antoja como algo apetecible. Justo lo que han pensado una empresa alemana asentada en la localidad malagueña de Nerja. Lugar en el cual no sólo producen una versión eléctrica del Messerschmitt, sino también otra con motor Piaggio de cuatro tiempos y 16,9 CV para 220 kilos.
Sin duda un verdadero capricho para quienes deseen una conducción apegada al asfalto bajo una estética retro con materiales actuales. Todo un capricho con toque andaluz.
Imágenes: Messerschmitt