En 1961 Renault presenta el que se convertiría en el coche más vendido de su historia: el Renault 4. Y junto a él, nuestro protagonista el Renault 3. Pierre Dreyfus, el director de la marca en aquel momento, no lo sabía, pero el utilitario que había encargado para competir con el Citroën 2CV se mantendría más de 30 años en producción, convirtiéndose en un éxito por todo el mundo, alcanzando la cifra récord para un coche francés de más de ocho millones de unidades vendidas al terminar su fabricación en 1993.
El coche tomaría como referencia la moderna configuración de tracción y motor delanteros del también popular Citroën 2CV. Pero el objetivo de Dreyfus con el nuevo Renault era hacer un coche mejor que el modelo económico de la competencia.
Y es que no por ser económico significa que el Renault 4 no fuese ingenioso e innovador. El coche contaba con el práctico portón trasero, una característica insólita en un vehículo de su segmento. El R4 tenía además un novedoso sistema de refrigeración cerrado con vaso de expansión, además de no necesitar engrasar su chasis gracias a sus rodamientos estancos, características que hicieron de este coche toda una revolución.
EL HERMANO BÁSICO
El éxito del modelo fue prácticamente instantáneo, pero sorprende saber que junto al R4 de 1961 se lanzó un modelo más básico y austero, el Renault 3, del cual se vendieron muy pocas unidades, ya que el protagonismo recayó sobre el R4.
A simple vista el Renault 3 puede parecer idéntico a los primeros Renault 4 fabricados en Francia con el característico capó de “boca de ballena”, y es que las diferencias entre ambos vehículos son muy sutiles. La característica más llamativa era la mecánica, ya que fue exclusiva de este modelo, pues el R3 también equipaba un bloque tipo Ventoux de cuatro cilindros en línea y 603 centímetros cúbicos, que desarrollaba 22,5 caballos de potencia.
El motor del R3 era el más pequeño de la gama, pues los primitivos Renault 4 y 4L equipaban un bloque con una cilindrada de 747 centímetros cúbicos y 26,5 caballos, mientras que en los 4 Super cubicaban 845 centímetros cúbicos y desarrollaba 32 caballos. Al igual que en los primeros R4 la caja de cambios era de tres velocidades con la primera sin sincronizar.
Estéticamente en el Renault 3 llama la atención la ausencia de ventanillas en el pilar C. De manera equivocada se atribuye esta característica únicamente a los Renault 3, pero los Renault 4 más básicos hasta 1963 también prescindían de estas ventanillas traseras.
Así pues, la manera más sencilla de reconocer al Renault 3 es por sus acabados, mucho más sencillos que en cualquier otro R4, como asientos de vinilo y careciendo de elementos como los tapacubos, la rejilla cromada o el revestimiento interior de las puertas. Llaman la atención que componentes como los paragolpes, salpicadero y calandra iban pintados en el mismo color de la carrocería como mayor elemento diferenciador. Cabe mencionar también que el R3 tan solo se ofreció en dos colores que hacían reflejo de su espíritu austero: el gris y el blanco.
EL FRACASO DEL RENAULT 3
Finalmente fueron los propios compradores quienes no percibieron las diferencias entre el R3 y el R4 como para justificar la adquisición del primero. Ambos modelos compartían la mayoría de los componentes por lo que el precio del Renault 3 resultaba solamente un 4 % más barato que el Renault 4 más básico, una diferencia mínima.
Finalmente, en 1962, apenas un año después del lanzamiento del Renault 3, y ante su baja demanda por parte del público cesa la producción del modelo tras solamente 2.526 unidades vendidas, para centrarse en el exitoso Renault 4. Convirtiendo así al 3 en el coche menos popular de la familia de coches con nombre de número de Renault, pero en uno de los clásicos más raros dentro de la historia de la marca del rombo.
Fotografías de Renault y José Cruz Sánchez.