Cada país tiene su propio coche clásico popular por excelencia, y en el caso de Rumanía su vehículo más querido y recordado es el Dacia 1300, que era un derivado del Renault 12 francés. La historia de amor entre este país y la marca del rombo comenzó en 1968, cuando Dacia fabrica su primer coche: el 1100, su versión del Renault 8 del que se fabricaron 44.000 unidades.
El éxito rotundo llegaría con el segundo modelo que comercializaron; el 1300. Esta berlina de tres volúmenes y forma de flecha fue toda una revolución en Europa, puesto que sus soluciones técnicas estaban a años luz de los Renault con configuración “todo atrás”. La producción del Dacia 1300 en Rumanía arrancó en el verano de 1969, mismo año en el que se comenzó a fabricar el R12 en Francia.
DACIA 1310 Y 1410 SPORT: COUPÉS EXCLUSIVOS DE RUMANÍA
Aunque el Renault 12 y el Dacia 1300 debutaron el mismo año, desde ahí los dos modelos tuvieron historias distintas. Rumanía se enamoró de este automóvil, y había largas listas de espera para adquirir el que fue el primer coche que contó con un amplio éxito comercial en el país. Por estas razones los Dacia 1300 fueron sufriendo a lo largo de los años diversos cambios que los adecuaban para el mercado de su país.
A finales de la década de los setenta Dacia perdió la licencia para seguir fabricando su versión homóloga del R12, por lo que tendrían que modificar estéticamente el vehículo para distinguirlo del Renault francés si querían seguir comercializando este popular producto. De esta manera nació el Dacia 1310, para el que se habían modificado algunos detalles muy sutiles como las nuevas ópticas de faro delanteras redondas y dobles.
Para la misma época la marca empieza a trabajar por su cuenta en el diseño de una variante de dos puertas y carácter deportivo del renovado Dacia, que se conoció internamente como 1300 Sport Varsovia. Aunque los medios de la marca eran muy limitados el proyecto terminó saliendo adelante, algo que despertaría todavía más interés por el ya consagrado Dacia.
La fabricación de este coupé basado en un automóvil popular era prácticamente artesanal, pues se transformaba la berlina en un modelo de dos puertas al acortar su chasis 20 centímetros, soldando paneles en el lugar de las puertas posteriores, y modificando la forma del techo para hacer que este cayese hacia abajo eliminando así la característica forma de flecha y ganando una silueta mucho más deportiva.
La luneta trasera era idéntica al parabrisas delantero pero montado de una manera distinta, lo que daba muestra del ingenio tras el diseño de este modelo. A nivel mecánico el 1310 Sport montaba un motor de 1,3 litros y 54 CV, que, a partir de 1986 con la llegada del 1410 Sport, pasaría a ser de 1,4 litros y 64 CV. Con los 1410 cambiaban también las puertas, que hasta entonces eran las mismas que empleaba el R12 y que ahora habían sido alargadas para que el coche fuese más proporcionado y mejorar el acceso a su interior.
UNA INFINIDAD DE VARIANTES PICKUP
Antes incluso de la llegada de los coupés, Dacia ya estaba fabricando sus propias versiones del Renault 12 como pickup. Las necesidades del país y su entorno más próximo hacían que hubiese una gran demanda por vehículos con este tipo de carrocerías. Tanto fue así que el Dacia 1300 logró venderse como camioneta hasta el año 2006, y en todo ese espacio de tiempo recibió mejoras en algunas versiones como la tracción 4X4 o elevalunas eléctricos.
Finalmente, del legendario Dacia 1300 se vendieron 1.959.730 unidades, todo un éxito rotundo para Rumanía, país en el que dejó huella, y coche que sigue suscitando un gran interés por parte de los aficionados. Por otra parte, de las versiones coupé se estima que se fabricaron unas 5.500 unidades, una producción anecdótica para uno de los capítulos más curiosos en la historia del R12, y que ayudaron a cimentar a Dacia como marca.
Imágenes: Dacia, Renault