Se llamó Renault Super Van Cinq y lamentablemente no pasó de estadio de concept car. Y decimos lamentablemente porque se trata de un automóvil cargado de soluciones geniales, como una habitabilidad ampliada a siete plazas y una puerta corredera en el lado derecho -en el otro no llevaba-. El autor es el carrocero galo Heuliez, creador de otras rarezas como el Peugeot 204 Taxi H4, el Renault Fuego Cabriolet o versiones familiares de coches como los Citroën BX o AX y el Peugeot 309.
En este caso, Heuliez alargó la plataforma del Renault 5 de segunda generación, aumentado la batalla de 2.408 milímetros hasta 2.707, apenas 30 centímetros que, como veremos, dan para mucho. Para empezar, permiten montar dos transportines en el espacio hasta entonces reservado al maletero. De esta forma, se puede emplear para llevar dos pasajeros extra o algunos bultos. Además, la segunda fila de asientos también se pliega, formando un espacio diáfano que se puede aprovechar para carga. Su capacidad puede llegar hasta los 1.200 litros en esta configuración, aunque con siete pasajeros apenas ofrece 120 litros de espacio.
Las medidas exteriores también crecen, pues pasa de 3.589 mm de longitud a 3.921, un aumento bien aprovechado en el interior, como ya hemos relatado. También es ligeramente más alto, aunque la anchura no varía.
EL RENAULT SUPER VAN CINQ SE PRESENTA EN SOCIEDAD
Nuestro protagonista hizo su debut en el Salón de París de 1985, es decir, un año después del modelo de serie. Llegó a lucir temporalmente los colores del diseñador francés Yves Saint Laurent, como bien se ve en el catálogo. La puerta corredera del lado derecho llamó poderosamente la atención, porque resultaba muy innovadora en su momento. Un elemento que tardaría décadas en llegar a utilitarios como el Peugeot 1007. Heuliez experimentó esta solución en otros prototipos familiares.
Tras su presentación en sociedad, el Renault Super Van Cinq pasó a un discreto olvido hasta que, en julio de 2012, la casa de subastas Artcurial lo sacó a la venta. Aunque su precio estimado se fijó entre 8.000 y 12.000 euros, lo cierto es que la cifra final quedó muy lejos de esos guarismos. Apenas 5.957 euros se pagaron por un automóvil único y original que probablemente se adelantó a su tiempo.
Fotografías de Heuliez y Artcurial.