Ser considerado el hermano menor de Techno Classica no supone ninguna desventaja, ya que con 110.000 metros cuadrados disponibles para acoger 500 expositores de 30 países, el Essen Motor Show sigue creciendo para llegar en su 47 edición a recibir más de 350.000 espectadores, según estimaciones del organizador que parecían en buen camino de confirmarse después de que en el primer fin de semana más de 150.000 visitantes pasaran por taquilla.
Celebrado entre los días 29 de noviembre y 7 de diciembre de 2014, el Essen Motor Show hizo las delicias de los aficionados al Tuning, tendencia en boga sobre la personalización de los coches en sus innumerables versiones de mecánica, aumento de potencia de los motores, acabados, tubos de escape, detalles aerodinámicos, suspensiones, llantas, frenos, neumáticos, asientos, volantes, salpicaderos, faros y pilotos, mejoras de la carrocería y pintura en general.
¿Mejoras? Al menos esa es la idea de principio y el mensaje que comunican los especialistas del sector, pero que deja dubitativos a los escépticos. ¿Cómo mejorar el trabajo de los ingenieros de las marcas de que se trate?
Mejoras o no, los usuarios son libres de modificar sus coches como les parezca oportuno, siempre que cumplan con las normas de tráfico y los rigurosos controles técnicos alemanes vigilados por el conocido TüV, equivalente a nuestras inspecciones técnicas.
Siendo la feria del tuning por excelencia, una especialidad reñida con los clásicos cuya mayor preocupación es la preservación de la originalidad, no entraremos en muchos detalles, pero mencionaremos como ejemplos más llamativos en la exposición un Chevrolet Master Deluxe sedán de 1936, bautizado como El Padrote, y un Volkswagen Karmann Ghia de 1967 transformado a Blue Mamba con un motor V10 de Chrysler Viper de 8.400 cc y 650 CV.
El Pionero Fardier
Por antigüedad estamos obligados a mencionar el primer automóvil de la historia. Mucho se ha escrito sobre los coches que puedan considerarse como el primero de la historia, con motores de explosión, a vapor o eléctricos, pero hay tendencia a olvidar que el primer vehículo en desplazarse por sus propios medios fue un artilugio militar construido por un oficial de artillería francés llamado Nicholas Cugnot. El Fardier de Cugnot inició sus actividades como transporte de piezas de artillería en 1769 (no hay baile de números), para descargar el trabajo de animales y soldados.
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Recuerdo que cuando escribí un primer artículo sobre el Fardier en otra revista de coches, el editor, supongo que no dando crédito a sus ojos, ni corto ni perezoso modificó la fecha de fabricación indicada y puso 1976. Espero que el editor de «La Escudería» no caiga en la misma tentación, puesto que el vehículo en cuestión existe realmente y es custodiado en un museo de París, el Musée des arts et métiers. Por temor a que la madera se rompa en los transportes, el coche no sale del museo y se han construido algunas réplicas con toda fidelidad, al conservarse los planos originales. Una de esas réplicas es la que se encontraba expuesta en Essen y hace algunos años se expuso en Rétromobile-París. Funciona con una máquina de vapor, exactamente como el original.
De los más antiguos del salón, pero siendo ya un automóvil propiamente dicho para el transporte individual de personas, destacaba por su excelente estado de presentación y rareza un De Tamble Raceabout de 1910, fabricado en la ciudad de Anderson en Indiana, marca ciertamente poco conocida en Europa; y entre los clásicos de los clásicos se encontraba un Alfa Romeo cabriolet con una de las primeras carrocerías Touring Superleggera. Obra de Carlo Felice Bianchi Anderloni y su equipo de diseñadores y carroceros el coche se presentaba con toda discreción, sin indicar su procedencia, aunque sin duda procede de una colección de primera división, si esa categoría existiera en automovilismo.
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Fórmula 1, bólidos y pilotos
Dando un salto de los ancestros a la modernidad, el Motor Show, aprovechando la victoria de Mercedes-Benz en el campeonato del mundo de conductores y constructores de Fórmula 1 en 2014, rendía un homenaje a la presencia alemana en la historia de los Grandes Premios, en su doble vertiente de coches fabricados en Alemania y de pilotos nacidos en ese país. De ese modo, se podían admirar automóviles de fabricación alemana, como Mercedes-Benz, conducidos por corredores extranjeros, como Juan Manuel Fangio; y coches extranjeros, como Ferrari, pilotados por alemanes como Michael Schumacher.
La exposición representaba dos parrillas de salida con los coches ordenados por fecha de fabricación, siendo la pole position para el más viejo, un W196 de 1964 y los últimos lugares para los Ferrari y Mercedes de las últimas temporadas.
Figuraba en la parrilla un coche significativo para España, puesto que participó en el último Gran Premio de Fórmula 1 disputado en Montjuich, el McLaren M23 Cosworth de 1975, pilotado por Johen Mass. Los independentistas catalanes posiblemente se estén planteando la pregunta de por qué el Gran Premio de España se sigue corriendo en la provincia de Barcelona, una pregunta que se podría trasladar a las autoridades deportivas competentes.
La marca británica Jaguar es una de las de más larga tradición y éxitos deportivos del siglo XX. Llegando a su 80 aniversario, ha merecido una plaza de honor en Essen, donde se ha concentrado una buena muestra de los coches que hicieron la fama del constructor de Coventry. Los modelos C y D con sus victorias en los campeonatos de resistencia, en particular las 6 horas de Reims y las 24 horas de Le Mans, estaban bien representados.