Hoy por hoy el Citroën BX Sport se encuentra en medio de una de las polémicas más interesantes para el mundo de los clásicos. Para empezar, cierto sector de la afición no acaba de entender cómo han caído las hojas del calendario y, por tanto, modelos unidos a su propia edad juvenil han acabado siendo históricos de pleno derecho.
No obstante, aquí estamos hablando más de un evidente fallo en la aceptación de la senectud propia que de un juicioso talante sobre lo que es no es interesante de cara a formar una colección automovilística. Además, gracias al espectro más juvenil de la afición los llamados “youngtimers” o preclásicos están protagonizando un mercado cada vez más animado.
Un contexto donde el Citroën BX Sport brilla con luz propia, siendo una de esas opciones mediante las cuales bien podría uno iniciarse en el ámbito de los clásicos mostrando más sonrisas que lágrimas.
Dicho esto, no hay duda sobre cómo aquí tenemos a uno de los últimos representantes de la tradición tecnológica en la casa francesa; entonces mucho más basada en la innovación y el carácter diferenciado de lo que hoy en día está interpretando.
RAZONES PARA UN USO DIARIO
Si hay un lugar donde la afición al automovilismo histórico prendió rápidamente ése es el Reino Unido. De esta manera -y aunque sea por hacer caso a lo más decano del sector- siempre viene bien tener en cuenta sus términos y opiniones. Algo en lo cual destaca el concepto de “daily classic” o, en vocabulario hispano, un modelo clásico pero creíble para con su uso diario en una familia civilizada.
Apuesta ésta realmente interesante pues, además de hacer digerible la compra de según qué máquinas para determinados miembros de la unidad familiar, también ayuda a insertar la conducción de un modelo diferente e históricamente significativo en la rutina semanal de cualquiera. “Win-Win!”
Dicho esto, el Citroën BX Sport aparece como una opción deseable ya que, partiendo de su fácil acceso a repuestos y mantenimiento, acompaña su apuesta con un habitáculo amplio, accesible y realmente cómodo para con los quehaceres y obligaciones de la clase media.
Asimismo, sus líneas a cargo de Marcello Gandini -reforzadas aquí por un kit más ochentero que los efectos visuales de Tron- dan un estupendo encanto retrofuturista a la simple acción de dejar a la descendencia a las puertas del colegio.
CITROËN BX SPORT, DANDO UN PUNTO EXTRA
Dejando a un lado las vanidades de la apariencia siempre es bueno contar con un rendimiento mínimamente enérgico de cara a redondear al alza la adquisición de un clásico. Y sí, el Citroën BX Sport nos da respuestas en este sentido pues, no en vano, es una de las versiones con cierto toque deportivo derivadas de la popular berlina.
Vale, no es un 4TC; pero con su motor de cuatro cilindros y 1.9 litros es capaz de entregar alrededor de 125 CV -revisen la mecánica, los años también deja huella en la misma- para mover con cierta alegría a este vehículo alimentado por la acción de dos carburadores. Un punto realmente interesante si lo que está buscando es cierto aroma a clásico.
Por cierto, por aroma aquí hablamos literalmente al no estar ante la pulcritud de la inyección directa. Además, la suspensión hidroneumática le posibilitará disfrutar de un manejo cómodo y efectivo siendo -esto ha de tenerlo en cuenta- parte de una comunidad bendecida con el conservar una de las tecnologías automovilísticas más interesantes de todo el siglo XX.
En último lugar, a pesar de haber contado con una producción cifrada en tan sólo unas 7.000 unidades, el Citroën BX Sport aparece regularmente en el mercado bajo ocasiones como la que aquí nos ofrece Benzin: una unidad española con 202.600 kilómetros, en buen estado de conservación y con una revisión completa muy reciente.
El tiempo para pujar acaba el 27 de febrero a las 21:45 y, como hemos señalado en ocasiones anteriores, puede participar con facilidad y garantías gracias a las facilidades dadas por Benzin, un portal excelente para buscar en el mismo a su próximo clásico.