Miguel Sánchez
Al hablar de modelos históricos relativos a la alta gama mencionar cómo muchos de ellos se han convertido en objetos de especulación es algo -desgraciadamente- muy recurrente. Así las cosas el automovilismo de colección al más alto nivel ha experimentado una deriva similar a la del mundo del arte, siendo así un nicho de inversión donde las piezas muchas veces son valoradas como “valores refugio”.
Un hecho capaz de desvirtuar completamente su carácter, haciendo que mientras no pocas pinturas queden custodiadas libres de impuestos en los depósitos de la zona franca de Ginebra -el llamado “freeport” contiene posiblemente la concentración pictórica más costosa del mundo- muchos de los mejores GT subastados en casas como RM Sotheby’s queden guardados en contenedores especiales sin rodar ni un sólo kilómetro.
Algo especialmente sangrante pues, más allá de no hacer funcionar una máquina creada por y para devorar kilómetros, estos siquiera se muestran al gran público en ferias del sector, museos o concursos de elegancia.
Dicho esto no podemos más que sorprendernos y alegrarnos al conocer la historia del Ferrari 166 Inter con número de chasis 007; reconocido como el Ferrari más antiguo en circulación esta unidad de 1949 ha realizado ya más de 50.000 kilómetros con sus últimos propietarios, quienes no dudan en utilizarlo con plena normalidad realizando viajes a todo tipo de eventos automovilísticos.
FERRARI 166 INTER, DE LOS CIRCUITOS A LAS CALLES
Curtido en la gestión de su propia Scuderia -en la cual Alfa Romeo había delegado su presencia en carreras- Enzo Ferrari no tenía especial interés en comercializar automóviles de calle siquiera siendo estos fueran un derivado directo de los diseñados para la competición.
No obstante los gastos inherentes a participar en las citas deportivas más prestigiosas obligaron a la producción de los mismos como la única forma posible de financiar las carreras. Llegados a este punto a mediados de los años cincuenta Ferrari ya había labrado la que iba a ser su duplicidad inicial: utilizar los circuitos como un ámbito de desarrollo y publicidad, usar los concesionarios como la vía para sufragar la competición.
Dicho esto el Ferrari 166 Inter ocupa un puesto destacado en el echar a andar aquella vía de trabajo siendo la adaptación a las calles del 166 S estrenado con éxito por la Scuderia durante la temporada de 1948, año en el cual una unidad berlinetta se hizo con la victoria en la Mille Miglia mientras otra unidad -barchetta- ganaba el Giro di Sicilia.
Un excelente palmarés deportivo continuado con el desarrollo del 166 MM, el cual necesitó de los ingresos dados por una versión comercializada nombrada 166 Inter. Carrozada según la conveniencia del cliente por Ghia, Stablimenti Farina, Bertone, Vignale o Touring, ésta tuvo en el último de todos estos talleres al responsable de las más de las unidades y, por tanto, al artífice de su imagen más canónica.
UN EJEMPLO DE PRIMERA HORA
Más allá de la apariencia dada por sus nuevas carrocerías -las cuales se asentaron sobre el bastidor tubular genérico creado por Aurelio Lampredi-, lo más interesante del Ferrari 166 Inter es sin duda su motor.
Primer 12 cilindros de la casa italiana en alcanzar los 2 litros -aumentando tanto la carrera como el diámetro en el cilindro- éste rendía 90 CV en caso de contar con un único carburador, 115 CV con dos y bastantes más si nos vamos a un tercero.
Y es que a fin de entender las historias y especificaciones de aquellos 166 Inter no cabe más que tener en cuenta cómo, aun siendo vehículos de calle, estos se producían en una tirada tan corta y exclusiva que sus características finales obedecían a un proceso de personalización donde el cliente resultaba ser parte activa.
Debido a ello no sólo el aspecto sino también la propia mecánica de cada uno de estos primeros Ferrari de calle puede representar todo un reto para genealogistas. Algo, por cierto, todavía más enrevesado cuando nos encontramos con casos como el del chasis 007; receptor durante uno de sus procesos de restauración de una carrocería previamente montada en otra unidad.
CHASIS 007, EL FERRARI DE CALLE MÁS ANTIGUO EN CIRCULACIÓN
Una de las cuestiones más importantes a tener en cuenta cuando abordamos la historia de Ferrari es saber cómo mientras los números de chasis pares estaban reservados a las unidades de competición los impares pertenecían a las de calle.
Dicho esto el chasis 007 con el cual queda marcada este Ferrari 166 Inter no es sólo el primer del modelo en sí, sino incluso el cuarto en relación a los automóviles turismo salidos de Maranello. No obstante, como si esto no fuera ya de por sí un enorme atractivo para los fetichistas de la genealogía la unidad también participó en la Mille Miglia de 1952 quedando vigésimo en la categoría relativa a los GT con dos litros.
Tras esto el chasis 007 no sólo experimentó un nuevo cambio de propietario -sería el cuarto- sino también un accidente capaz de dañar de forma irremediable a su carrocería Touring. A partir de aquí comenzó una historia compleja en la cual viajó hasta los Estados Unidos -con otro propietario- a fin de realizarse una restauración completa.
Restauración que nunca llegó como tal pues los daños en la chapa original eran tan grave que finalmente -y tras tres lustros buscando- fue reemplazada por otra firmada por Stablimenti Farina y, afortunadamente, también procedente de un 166 Inter. Tras esto el proyecto languideció durante más de veinte años hasta toparse con los actuales propietarios neozelandeses.
FERRARI 166 INTER, UNA VIDA ACTIVA EN NUEVA ZELANDA
Tras descubrir las piezas relativas al proyecto de restauración de este Ferrari 166 Inter en un anuncio de la revista Hagerty el matrimonio actualmente poseedor de la unidad sabía que no iba a tener las cosas fáciles. De hecho la recepción desde Estados Unidos de una enorme caja en la cual se encontraba el chasis, el motor, la carrocería y multitud de piezas sueltas no sonaba precisamente prometedor.
Sin embargo iniciaron un concienzudo trabajo en el que no sólo lograron devolver a la vida a aquella unidad, sino incluso hacerlo de una manera tan excepcional que pudiera ser utilizada como es: de manera habitual e incluso intensa, habiendo cubierto miles de kilómetros en lo que no supone un uso nada habitual -desgraciadamente- para estos modelos tan señeros y concretos.
Asimismo la intensa labor de documentación pudo certificar cómo, sin lugar a dudas, el chasis 007 es el más antiguo de entre todos los Ferrari de calle en circulación. Una auténtica delicia para quienes sientan la pasión que merecen estos primeros ejemplos creados por la factoría de Maranello.
