Iván Vicario Martín
Aunque la producción del Ferrari F40 superó las 1.300 unidades, está claro que la puesta a la venta de cualquiera de ellas siempre dispara las expectativas. No digamos ya si el coche en cuestión perteneció a un piloto de la talla de Alain Prost. Y es que uno de los privilegios de fichar por la Scuderia Ferrari fue siempre el poder disponer de una de las máquinas de Maranello para uso particular.
Es paradigmático el caso de Nigel Mansell. El piloto británico recibió un Ferrari F40 cuando fichó por el equipo rosso, sólo para venderlo casi de inmediato y hacerse con un dinero extra fuera del montante de su contrato. Recordemos que, por aquel entonces, y ante la incertidumbre de cuántas unidades se fabricarían, había una auténtica fiebre en torno al último coche presentado por Enzo Ferrari. Hasta tal punto llegó, que se pagaba casi tanto por uno de segunda mano como por uno nuevo.
En el caso de la unidad que ahora subasta RM Sotheby’s, el destinatario fue, como hemos dicho, Alain Prost. El “Profesor” siguió el mismo procedimiento que quien fuera su compañero en 1990, pues se deshizo del F40 tanto o más rápido que Mansell. Es más, ni tan siquiera llegó a estrenarlo.
EL FERRARI F40 DE ALAIN PROST
La unidad que fuera del piloto francés luce el número de chasis 83249 y se terminó de ensamblar a finales de 1989. Como ya hemos contado en la entradilla, no equipa ni catalizador y el sistema se suspensión regulable que incorporaron los últimos Ferrari F40, es decir, es la versión más pura del modelo. El coche se matriculó en Meribel (Francia), localidad de residencia del cuádruple Campeón del Mundo de Fórmula 1, en febrero de 1990.
Casi de inmediato, Alain Prost se desprendió del coche, pasando éste a manos de Graham de Zille, con la intermediación del concesionario Graypaul Ferrari (Gran Bretaña). Eso sí, el piloto francés estampó su firma en el techo, elemento que sigue bien visible en el coche. El coche se registró en Inglaterra y cambió su odómetro a millas, para después viajar a Jersey (EE. UU.).
Tuvo varios dueños posteriormente y, en 2016, recibió la certificación de Ferrari Classiche, que confirmaba que seguía manteniendo todos sus elementos originales: chasis, motor, caja de cambios y carrocería. En 2019, se llevó a cabo una revisión a fondo. En ella se sustituyeron los dos depósitos de combustible, que no caducan hasta 2028.
CASI A ESTRENAR
Si algo caracteriza a esta unidad es el bajo kilometraje, pues el odómetro indica que apenas ha recorrido 2.843 millas -4.575 km-. Es decir, está prácticamente nuevo. Si a ello le sumamos que se entrega con un set de ruedas nuevo de recambio, el spoiler delantero y sus herramientas originales y un juego de maletas Schedoni, el precio de subasta será a buen seguro uno de los más altos en la historia del coche.
RM Sotheby’s espera una cifra de venta situada entre 2,5 y 3 millones de euros. De ser así, el Ferrari F40 de Alain Prost estaría entre los ejemplares del modelo más caros jamás subastados, récord que conserva la unidad vendida en Pebble Beach el año pasado por Gooding & Company. Cambió de manos por casi 4 millones de dólares -3.965.000 $-, en parte por un kilómetraje que no llegaba a las 2.000 millas.
Dado su estado, el bajo kilometraje y la fama de su primer dueño, no es descartable que nuestro protagonista pueda llegar a ser el primer Ferrari F40 en romper la barrera de los 4 millones de dólares en subasta.
Fotografías cortesía de RM Sotheby’s.
