Lejos de significar vehículo que combina electricidad y gasolina u otro combustible para moverse, los coches híbridos tenían una acepción completamente distinta hace años, y si eras propietario de uno quería decir también que eras una persona con mucha suerte.
Básicamente los híbridos eran automóviles de diseño europeo que equipaban una mecánica de origen americano, normalmente un V8 de gran cubicaje y potencia. La mayoría de los ejemplos de este tipo de coche se crearon durante los años sesenta y setenta, aunque todavía en la actualidad queda alguna compañía que sigue empleando esta misma filosofía.
DE TOMASO PANTERA
La marca de automóviles italiana creada por el argentino Alejandro De Tomaso lanzó al mercado en 1971 su producto más icónico; el Pantera. Este deportivo de motor central montó en sus inicios un V8 de Ford de 351 pulgadas cúbicas o 5,8 litros, que desarrollaba 330 CV de potencia. Para el final de su vida comercial ofreció otro motor de la marca de la misma cilindrada, y también hubo una versión en 1990 que equipaba otro V8 de Ford de 302 pulgadas cúbicas (5 litros).
BIZZARRINI STRADA
La compañía fundada por el exingeniero jefe de Ferrari, Giotto Bizzarrini, sacó su primer coche en 1964, el Bizzarrini Strada, también llamado 5300 GT. Este último nombre hacía referencia a su motor, un Small Block de Chevrolet de 327 pulgadas cúbicas, que desarrollaba 365 CV para la versión de calle del coche.
ISO GRIFO
De concepción muy similar al previamente mencionado Bizzarrini Strada, pues en su diseño trabajó el propio Giotto Bizzarrini, además de contar con una carrocería firmada por Bertone en una época en la que Giugiaro y Gandini trabajan para la compañía. Previamente Iso había lanzado el Rivolta, un coupé que se basaba en la mecánica del Corvette, y el Grifo emplearía los V8 de 327 pulgadas cúbicas que también usaron los Bizzarrini Strada.
JENSEN INTERCEPTOR
No todos los ejemplos de híbrido vienen de Italia, y también se emplearon motores de origen Chrysler para estas creaciones. Es el caso de los Jensen Interceptor de Gran Bretaña, para los que usaron los V8 de 383 pulgadas cúbicas (6,3 litros) y los poderosos Hemi 440 de 7,2 litros, aunque en su última época montaron una mecánica más pequeña de 5,9 litros, pero siempre de Chrysler. Cabe mencionar que el Jensen FF fue pionero en presentar la tracción a las cuatro ruedas en un turismo de serie.
SHELBY COBRA
La idea de meter un motor americano a un coche europeo también llegó al otro lado del Atlántico, y quizá en Estados Unidos fue donde se creó el híbrido más famoso de la historia; el Shelby Cobra. Sobre la base del AC Ace inglés se montaron mecánicas de origen Ford de diversas cilindradas, creando en el proceso uno de los deportivos más icónicos de la década de los sesenta.
FACEL-VEGA EXCELLENCE
Aunque la marca francesa también fabricaba una versión coupé llamada HK500 que empleaba los mismos principios mecánicos, mencionamos el modelo Excellence en esta lista por presentar un ejemplo de berlina de lujo europea con mecánica americana. En el caso de este coche se trataba de motores V8 Hemi de Chrysler que fueron de 6,4, 5,9 y 6,2 litros a lo largo de las tres generaciones del modelo.
MONTEVERDI SAFARI
El lujo combinado con un potente motor americano no solo se aplicó a coupés y berlinas, pues en el caso de la exclusiva marca suiza Monteverdi crearon un todoterreno con esta concepción tras el éxito del revolucionario Land Rover. La compañía ya había usado mecánicas de Chrysler en el pasado y para el Safari utilizaron V8 de 7,2 litros y de 5,2 litros.
SUNMBEAN TIGER
Desde la compañía británica Sunbeam decidieron montar un motor V8 en su ligero modelo Alpine, una tarea en la que contaron con el asesoramiento de Carroll Shelby, quien aconsejó montar motores americanos de cilindrada más pequeña. De esta manera nacieron los Sunbeam Tiger que usaban motores Ford V8 de 4,3 y 4,7 litros.
DODGE BOULEVARD 3700 GT
España también contó con su propio híbrido, aunque como solemos acostumbrar hicimos algo diferente a los demás. Basado en los componentes mecánicos del Dodge 3700 GT, este coupé 2+2 obra de Pedro Serra montaba un motor de seis cilindros en línea “Slant Six” de Chrysler, convirtiendo al canto del cisne de este carrocero catalán en el único ejemplo de la lista en no contar con un V8.