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Un enfoque atractivo
Al darse la circunstancia de que el autor colaboró estrechamente con la organización de Rétromobile en lo que respecta al evento Pegaso, celebrando el 60 aniversario de la presentación de los coches deportivos españoles en los salones de París entre 1951 y 1956, aprovecharemos la ocasión única para enfocar este artículo de una manera inédita, que pocas veces se ha visto en las publicaciones del motor.
Este enfoque, a través de las imágenes que se acompañan, descubrirá Rétromobile en plena ebullición antes de su apertura al público, en los días previos, cuando se montan los stands y van llegando los coches desde todos los rincones del mundo. El aspecto en cierto modo desolado del salón contrasta con el lujo que tendrá cuando los trabajos de aposentamiento de los vehículos y decoración de los stands se hayan terminado antes de que se abran las taquillas el día 4 de febrero por la mañana.
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Desde el lunes 2 de febrero, los coches empiezan a llegar a las zonas de aparcamiento y circulación de camiones en el interior del recinto del Parque de Exposiciones de la Puerta de Versalles. Los que llegan por primera vez se pueden orientar por una gigantesca semiesfera que alberga un pabellón deportivo, al lado de la cual hay una gasolinera. Es el punto que marca el acceso por la puerta T, boca que se traga por toneladas la preciosa mercancía llegada en los grandes camiones de transporte de vehículos.
Asistir a la descarga de los camiones es por sí un espectáculo y podría rentabilizarse vendiendo entradas. Seguramente acudiría mucho público.
Algunos de los coches se ponen en marcha por sus propios medios apenas tocan el suelo y se conducen al interior del Pabellón No 1 movidos por sus motores, provocando un estrépito de Porsches 550, Ferraris 250 GT California, Lamborghini Miura o Mercedes-Benz 300SL.
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Los menos afortunados son empujados a fuerza podría decirse de tracción de sangre (por no decir tracción animal) y tras no pocos esfuerzos de maniobras marcha adelante y atrás consiguen llegar a unos stands todavía desangelados que no se parecen en nada al aspecto que tendrán cuando llegue la hora de la apertura al público el día 4 de febrero a las diez de la mañana.
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Construyendo la ciudadela
Los mejor organizados, con gran diferencia, son los equipos llegados de Stuttgart. Hay que reconocer que Mercedes-Benz es el mejor de todos en organización, equipos y medios. Disponen de planos arquitectónicos del stand meticulosamente realizados con anterioridad (sobre los que irán construyendo su estructura) y disponen de auténticos especialistas en cada área de actividad.
Los peor organizados improvisan a derecha y a izquierda pidiéndose mutuamente hasta los rollos de cinta adhesiva. Es un milagro que al final consigan poner cada cosa en su sitio.
Al final de la jornada del lunes todo el mundo está que se cae con las botas puestas, pero se hace un último esfuerzo en abrir botellas de vino, cortar jamón, salchichones, queso y otras vituallas, acompañadas de las famosas baguettes parisinas a fin de reponerse para la mañana del martes.
Para el martes por la tarde, como más tardar a las seis de la tarde, todo debe quedar inmaculado y listo para revista, puesto que a las siete de la tarde tiene lugar la primera inauguración para los invitados y los medios de comunicación. El público sólo tendrá acceso el miércoles por la mañana y, para esa fecha, ya habrán circulado miles de imágenes en Internet. Los mejor informados saben exactamente qué encontraran al comprar las entradas y acceder, finalmente, al templo del automóvil clásico en que se convertirá Rétromobile por el tiempo de 5 días…