Iván Vicario Martín
Ferrari ha desarrollado y comercializado un gran número de vehículos a lo largo de sus más de 70 años de historia, aunque quizá el más raro de todos sea el que os presentamos a continuación. Hablamos del tanque ligero Ferrari F333E “Lizard”, o lo que es lo mismo, “lagarto”, lo que nos da una idea de por dónde van los tiros. ¿Y qué hacía la marca de Maranello desarrollando un vehículo militar? Pues básicamente buscar nuevas vías de negocio.
Y desde luego, un contrato militar es una excelente vía de ingresos, como la historia ha demostrado con ejemplos como Mercedes-Benz y su Clase G, Lamborghini y el LM002 o los camiones de Land Rover. En este caso, hablamos de un proyecto lanzado hacia el año 1980, aunque algunas fuentes hablan de 1968 o 1970. Si hacemos caso a los espejos retrovisores, estos parecen pertenecer a los Ferrari de mediados de los 70, así que nos inclinamos por la primera fecha.
El F333E “Lizard” fue desarrollado por Ferrari Engineering SRL como proyecto privado. Respecto a la denominación, la F correspondería a Ferrari, el 333 al número de proyecto y la E a Engineering. La idea era crear un tanque ligero con armamento para operaciones especiales y, por supuesto, ya que hablamos de Ferrari, con buenas prestaciones. En este caso, no se trataría, lógicamente, de presumir de velocidad, sino de hacer incursiones rápidas en territorio enemigo.
CARACTERÍSTICAS DEL TANQUE FERRARI
En 1980 ya se había construido el primer prototipo, que fijaba las características básicas del vehículo. Se trataba de un blindado ligero con casco de acero totalmente soldado y suelo de doble capa, con el fin de proteger a los ocupantes de armas pequeñas y esquirlas, además de minas. Se escogió un tamaño reducido para mejorar su maniobrabilidad y hacer que fuese más difícil de alcanzar por el fuego enemigo. Mide apenas 3,3 metros de largo, 1,7 de ancho y 1,42 de alto. Su batalla de 1,8 metros.
El conductor iba en la parte delantera, y contaba con ventanas a prueba de balas tanto en el frontal como en los laterales. En el centro, irían el comandante y el artillero, donde se encuentran las puertas de acceso, una a cada lado y con apertura hacia el exterior. En el techo, disponía de una trampilla para montar el armamento, por ejemplo, un sistema de lanzamiento de misiles. Delante, a la derecha del conductor, también podía equipar una ametralladora.
El motor iba situado en la parte trasera, con el radiador también detrás. Lógicamente, contaba con tracción total permanente y tres diferenciales -delantero, central y trasero-. El motor era de origen Fiat, un 1.995 cm3 de 4 cilindros de gasolina que rendía 113 CV a 5.600 vueltas, asociado a una caja de cambios de cinco marchas con reductora. Contaba con neumáticos Good Year en medidas 11 x 15 a prueba de balas, ya que podían rodar pinchados. Era posible incluso montar ruedas de tren para rodar por las vías.
Su peso en vacío superaba las dos toneladas, con una cifra que, en modo de combate, se iba hasta los de 2.700 kilogramos. Esto daba como resultado, una relación peso potencia de 23,89 kg/CV, sin duda la peor que tuvo jamás ningún Ferrari. Con todo, anunciaba una velocidad máxima de 120 km/h, más que respetable en este tipo de vehículos. Disponía de dos depósitos de 50 litros que le permitían alcanzar 800 km de autonomía a 60 km/h.
VARIANTES DEL F333E “LIZARD”
Inicialmente, Ferrari propuso cuatro variantes de su tanque ligero: Scout, Antitanque, Antidisturbios/Basic fighter y Commando, con tripulaciones de dos o tres militares en función de cada uno. También variaba el armamento que equipaba y la potencia de este.
Se completaron tres prototipos y, a principios de 1983, se estaban construyendo ya un total de 15 vehículos de preproducción. Lamentablemente, el proyecto del tanque Ferrari no pasó de ahí, se dice que por el completo desconocimiento que la marca tenía del mercado militar. Y eso que el precio que supone que iba a tener iba a ser muy inferior al de alguno de los más exclusivos superdeportivos de la marca.
Hoy en día, sólo se conserva una única unidad, al menos que hayamos podido saber. Se puede ver en el Museo Nicolis, inaugurado en el año 2000 en Villafranca di Verona (Italia).
