El histórico ingeniero italiano Giotto Bizzarrini, nacido en Livorno el 6 de junio de 1926, falleció el pasado 13 de mayo a los 96 años. Su labor fue fundamental para la creación de modelos como el Ferrari GTO, el Lamborghini Miura, los Iso Rivolta IR 300 y Grifo y, por supuesto, el gran turismo que llevó su nombre, el Bizzarrini 5300 GT. Precisamente, la marca Bizzarrini había sido resucitada recientemente y acababa de anunciar un nuevo supercoche llamado Giotto y diseñado por Giugiaro.
Bizzarrini estudió en la Universidad de Pisa (Italia), y para su tesis rediseñó por completo un Fiat Topolino por completo con el fin de mejorar aspectos como el reparto de pesos y la potencia. En 1954, se incorporó al departamento de chasis de Alfa Romeo, aunque su aspiración eran los motores. Allí empezó a trabajar como piloto de pruebas, con la única intención de conocer a fondo cómo se comportaba un automóvil al límite y tenerlo en cuenta en sus diseños.
En Alfa también conoció a Carlo Chiti, a quien más tarde convenció de dar el salto con él a Ferrari. En Maranello, se dedicó a mejorar el propulsor V12 de los Testa Rossa y también los 250 GT Berlinetta “Passo Corto”, aunque su mejor trabajo sería sin duda el realizado sobre los Ferrari 250 GTO. Los tiempos de vino y rosas en la marca fundada por el Il Commendatore no durarían mucho, pues Bizzarrini, junto con Chiti, Romolo Tavoni y otras figuras, abandonaría la marca en la conocida como “Revolución de Palacio”.
TRAS FERRARI
Después de dejar la marca de Maranello, fundó la efímera ATS junto a Chiti y Tavoni, para pasar después a modificar el Ferrari 250 GT “Passo Corto” del Conde Volpi. Éste, que había financiado la aventura de ATS, fue “castigado” por Enzo Ferrari, quien no le quiso vender un GTO nuevo. Bizzarrini creó así, junto con Piero Drogo, el conocido como 250 GT SWB Breadvan, sin duda uno de los Ferrari más singulares de la historia.
Más adelante, y casi como un juego del destino, acabó trabajando con otro de los personajes que se enfrentaron a Enzo Ferrari, Ferruccio Lamborghini. En la marca de Sant’Agata Bolognese, dio vida al propulsor de 12 cilindros en V y 3,5 litros de cilindrada que se convirtió en pieza clave de la compañía. Se empleó en el primer coche de la marca, el 350GT y también en el Miura, el considerado como primer superdeportivo de la historia.
Después, siguió evolucionando hasta llegar nada menos que al Murciélago LP 670 SV de 2009. Su cubicaje alcanzaba los 6,5 litros y rendía hasta 670 CV. El diseño original de Bizzarrini sirvió incluso como base para las mecánicas V12 que Lamborghini puso en juego en la Fórmula 1 a principios de la década de los 90.
CON ISO Y SU PROPIA MARCA
Giotto Bizzarrini había creado la Societa Autostar, de manera que trabajaba como externo en el desarrollo de coches como el ASA 1000 GT. Con la misma fórmula, colaboró con Renzo Rivolta en el nacimiento de los Iso Rivolta GT 2+2 y Grifo. Sobre éste, desarrolló incluso una versión de competición denominada A3/C (C de Corsa) que, a su vez, tuvo variante de calle, el A3/L (L de “Lusso”).
Tras desavenencias con Rivolta, cambió el nombre de su compañía a Prototipi Bizzarrini y comenzó un lustro en el que creó automóviles con su propia marca. En total, entre 1964 y 1969, se produjeron unos 140 coches en Livorno, donde estaba ubicada la factoría. El modelo más recordado es el Bizarrini 5300 GT, basado en el Iso Grifo.
A partir de aquí, continúo trabajando para diversas marcas, tanto de automóviles como de motocicletas. Por ejemplo, creó el AMX/3 para la American Motors, y también colaboró en diversos proyectos de la General Motors o Pininfarina. Con Giotto Bizzarrini se marcha uno de los grandes nombres de la época dorada de la ingeniería en el automóvil.