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Feria de Milán 2021. A la busca de rarezas italianas con base FIAT

Hasta los años setenta Italia fue escenario para una multitud de talleres, preparadores y carroceros que trabajaban al amparo de FIAT y su suministro de chasis y mecánicas. En ese sentido son multitud las variantes, ensayos y piezas únicas con los 509, Balilla, 600 y 1100 como base. Todas ellas conforman un panorama estupendo para los seguidores de rarezas automovilísticas. Si eres uno de ellos no te pierdas esta selección de las que captamos en la pasada Feria de Milán.

El pasado 2020 Rusia incluyó a los establecimientos de McDonald’s en la lista de empresas y servicios esenciales. Un último paso más allá después de que en 1990 la franquicia norteamericana abriera en el Moscú de la Perestroika su primer comercio en el país. De aquellas las colas daban la vuelta a la manzana. Con un público más seducido por los destellos del consumo que por la necesidad de una comida rápida y empaquetada. Otro ejemplo más de cómo el ritmo exponencial de la economía global está llevando irremediablemente a la homogeneidad de productos y hábitos.

Un hecho que también tiene su impacto en la industria del automóvil. Acelerándose aún más con la creación de enormes conglomerados capaces de aunar marcas muy diferentes en su seno. En ese sentido, Italia comenzó a vivir este proceso en 1969 con la entrada de FIAT en Lancia y Ferrari para evitar la compra de éstas por Ford. Uno de los gigantes norteamericanos caracterizados por la producción uniforme y masiva, el cual sólo sacó de aquella aventura transalpina la absorción del carrocero Ghia.

No obstante, lo cierto es que la propia FIAT fue haciéndose a partir de aquí más y más dominante. De hecho, fue tanto así que dos años después adquirió Abarth para convertirlo en el núcleo de su departamento deportivo. Así, entraba al creciente conglomerado industrial de los Agnelli este constructor de singulares automóviles de competición. Algo que también tuvo su símil en Francia, con Jean Rédélé poniendo Alpine bajo el control directo de Renault también por aquellas fechas. Ejemplos de cómo a partir de los setenta la industria automovilística se preparaba para un proceso de competencia global donde queda poco hueco para los fabricantes independientes.

Justo aquello en lo que Italia fue extremadamente abundante. Con multitud de carroceros independientes, pequeños fabricantes de modelos en series cortas y preparadores que no paraban de hacer piezas únicas sobre bases FIAT. Así las cosas, su industria automovilística es todo un reto para los seguidores de rarezas, modificaciones y diversas arqueologías del motor. Característica que puede verse cada en año en lugares como la Feria de Milán, donde nuestro fotógrafo Unai Ona ha captado una buena lista de singularidades italianas.

HACIENDO PARTICULAR LO GENERAL. CREACIONES SOBRE BASE FIAT

En la historia del automovilismo europeo pocos modelos ha sido tan masivos como los utilitarios y berlinas de FIAT. Responsables de motorizar sociedades enteras desde los años veinte, estos vehículos cuentan en su genealogía con los famosos 509, 508 “Balilla”, 1100 y 600. De todos ellos el más antiguo es el 509. Presentado en 1925 y del cual se llegaron a vender 90.000 unidades en tan sólo cuatro años. Además, la eficacia de su mecánica y la versatilidad de su chasis hicieron posible la coexistencia de variantes tan distintas como las preparadas para taxi o la Spinto Monza pensada para las carreras.

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Modelo de competición basado en el 509

Ambas preparadas por la propia marca. No obstante, como FIAT ofrecía la posibilidad de vender el chasis desnudo el 509 también fue base para todo tipo de creaciones hechas a mano por pilotos aficionados o pequeñas escuderías. Una senda continuada por el 508 “Balilla” de 1932. Modelo que incluso llegó a ser soporte de interesantes ensayos aerodinámicos, aunque en la propia gran serie ya se ofrecía en acabados berlina, coupé, spider y torpedo. Una panoplia de carrocerías donde algunos no encontraron justo lo deseado, haciendo de forma artesanal modelos como el Balilla Siata.

Un modelo de carreras firmado por la marca turinesa fundada en 1926, la cual hasta que hiciera sus propios deportivos tras la Segunda Guerra Mundial se enfocó en afinar modelos FIAT. La misma especialidad tomada por Carlo Abarth, cuyas intervenciones sobre el 600 son de sobra conocidas a espera de las sorpresas siempre encontradas en la Feria de Milán. Y es que aquí se dejó ver una rarísima unidad del FIAT Abarth 600 descapotable dotada de una generosa bancada trasera. Ideal para enlazar curvas bajo el sol de la costa italiana aunque algo atrevida si el objetivo es meterla a carreras.

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Modificado en descapotable

Al fin y al cabo la rigidez manda cuando necesitamos controlar la potencia, y esta versión hecha de forma artesanal puede aquejar en demasía el pecado original de los “cielo abierto”. Un problema que no tiene el modelo techado que posiblemente fuera el FIAT 600 más deseado de toda la Feria de Milán. Hablamos del 600 Rendez Vous Vignale de 1959. Un delicioso ejercicio de estilo creado por el carrocero turinés. Quien además de sus trabajos sobre modelos Ferrari o Lancia hizo esta pequeña serie de unas diez o veinte unidades con ecos del diseño de Giovanni Michelotti.

FIAT 1100. UN CASO APARTE DENTRO DE LAS MODIFICACIONES

Dejando a un lado las muy específicas genealogías de los Porsche de competición o la abrumadora cantidad de carroceros independientes previos a los años treinta, en lo que se refiere a rarezas y piezas únicas hay un modelo que se lleva la palma. Hablamos del FIAT 1100. El popular y simpático Millecento fabricado desde 1937 hasta 1969. Vendido en Europa pero también en Sudamérica o India y sobre el cual la marca hizo su primera introducción al segmento deportivo de los cincuenta con el descapotable 1100-103 Transformabile. Un modelo creado por la Sezione Carrozzerie Speciali que fue la versión más específica firmada por FIAT.

No obstante, su buen precio, robustez, acceso a piezas y facilidad de ajustes en la mecánica convirtieron al 1100 en el modelo preferido para todo tipo de variantes y ensayos a cargo de pilotos y carroceros. Muestra de ello es la gran cantidad de rarezas italianas con base 1100 vistas en la última Feria de Milán, entre las cuales nos llamó poderosamente la atención la coupé firmada por Zagato en 1954. Un habitual de eventos como la Mille Miglia Storica que con sus 62CV afinados por Abarth para sus tan sólo 600 kilos asegura sensaciones intensas al volante.

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1100 Zagato

Sin duda un automóvil emocionante, aunque en lo que se refiere a trabajos de Zagato sobre base 1100 quizá sea mucho más atrevido el Panorámica de 1947 con su habitáculo en forma de burbuja agrandada. Posiblemente un infierno rodante durante los meses de estío, pero también una de las valientes creaciones del diseñador italiano con un estilo más identificable. Justo lo contrario a los elegantes, proporcionados y clásicos diseños de Pininfarina. Seguramente la firma que mejor ha asentado el canon del estilo automovilístico italiano con creaciones tan deliciosas como el 1100 ES.

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1100 Pininfarina 1949

Una especie de Lancia Aurelia B20 GT en miniatura. Con la curiosidad de que esta serie de unas 400 unidades fue lanzada meses antes que el Aurelia. El cual cumple ahora siete décadas como el primer modelo en definir el concepto GT y del cual este 1100 Pinfarina puede ser un ensayo de estilo. Además, el lanzamiento del B20GT coincide en 1951 con el final de la producción del Pininfarina. Ahora, siete décadas más tarde, se calcula que sólo sobreviven unos diez ejemplares. Motivo por el cual su cotización puede irse muy por encima de la de muchos Ferrari a pesar de contar bajo el capó con el sencillo motor cuatro cilindros del 1100-103.

No obstante, lo cierto es que en términos cuantitativos el motor del FIAT 1100 ha sido sin duda uno de los más decisivos en el automovilismo deportivo. Al fin y al cabo, cuando uno empieza a ver la lista de pilotos que llevaron derivados del Millecento aparecen casi todos los grandes nombres de los años treinta y cuarenta. Nombres entre los cuales destaca Tazio Nuvolari, quien pilotó poco antes de su retirada para 1950 un Ermini 1100 Sport. Posiblemente una de las creaciones más conocidas de este pequeño fabricante florentino, el cual incorporó dos carburadores Weber sobre el bloque FIAT.

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Ermini 1100 Sport

Respecto a la carrocería ésta fue comisionada a Bertone. Quien optó por unas líneas depuradas materializadas en aluminio dando lugar así a uno de los “etceterini” más interesantes y eficientes. Un perfecto ejemplo de la forma y manera en la que los italianos concibieron la pasión por la competición. Haciendo verdaderas maravillas a partir de mecánicas simples y mucho trabajo artesano.

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FIAT 8V carrozado por la marca

El contrapunto ideal al fascinante y profesionalizado FIAT 8V. El GT con ocho cilindros diseñado por Dante Giacosa en 1952. El cual supone una repentina y breve deriva de la popular FIAT hacia modelos de más alta gama. Pudiéndose ver en la Feria de Milán un ejemplar carrozado por la propia marca con su típico carenado de las ruedas traseras.

NO TODO VA A SER FIAT EN LA FERIA DE MILÁN. MORETTI Y MG VIGNALE

La relación de FIAT con los pequeños talleres de la zona de Turín y Milán fue muy curiosa. Y es que, aunque su carácter tendente a absorber las pequeñas industrias que la rodeaban acabó fagocitando a muchas de ellas, éstas trabajaron durante años gracias al apoyo decidido de la propia FIAT. Ése fue el caso de carroceros como Savio, pero también de pequeñas fábricas de automóviles como Moretti. Responsable de modelos FIAT tan inesperados como el 128 Targa. Pero también creador de modelos propios como el 750 Alger Le Cap Coupé.

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Moretti 750 Alger Le Cap Coupé

Un vehículo bastante más robusto de lo que pudiera parecer. Ya que como se intuye desde su propio nombre éste fue el ganador del Raid Argel-Ciudad del Cabo en 1951. Durísima prueba en la que a lo largo de 16000 kilómetros se atravesaba África de norte a sur sin apenas asistencia técnica. Todo ello con apenas 27CV. Haciendo así de este Moretti un alarde de resistencia y eficacia del cual hoy en día quedan muy pocas unidades en activo. Eso sí, en lo que se refiere a rarezas en la Feria de Milán se exhibió un modelo no sólo raro sino pieza única.

Hablamos del MG TD Vignale. Una creación de Giovanni Michelotti para el carrocero turinés, la cual puede ser confundida con algunas unidades del FIAT 8V también diseñadas por él. No obstante, en este caso se trata de un vestido único para cubrir el chasis y la mecánica de un MG TD. Uno de los roadster más míticos del automovilismo deportivo británico, el cual conservó en distintas series los parámetros de diseño establecidos en 1936. Algo que, por resistente a las modas que pueda parecer, lo hacía parecer anticuado teniendo en cuenta que estuvo en producción hasta 1955.

Por ello, un cliente privado encargó este trabajo en 1953 en el cual se incluye incluso un minibar en la zona trasera. Sin duda un detalle de elegancia británica y diseño italiano al servicio de los días de ocio. El cual sería mejor rellenar con bebidas sin alcohol teniendo en cuenta que el MG TD es conocido por su carácter exigente en la conducción. No muy potente pero sí bastante ligero y con facilidad para subir de vueltas.

PUMA EN LA FERIA DE MILÁN. LA CONSTATACIÓN DE UN FINAL

Para medidos de los setenta la deriva monopolista de la economía ya había absorbido a casi todos los pequeños carroceros y preparadores del norte de Italia. En este contexto, las versiones especiales en tirada corta empezaban a ser cada vez más escasas. De hecho, las variantes especiales de coches populares eran servidas por las propias marcas. Llegando a representar un buen ejemplo de esto la fiebre por los GTI. Un escenario que ya no se parecía en nada al que dio lugar a los «etceterini» y a la gran variedad de creaciones con los FIAT 1100, 600 u 850 como base.

No obstante, a finales de los setenta y comienzos de los ochenta tuvo un pequeño resurgir -en parte gracias al tuning floreciente desde la Koenig alemana- en las empresas de Kit Cars. Semillero de todo tipo de locuras amparadas en la fibra de vidrio, con las cuales uno podía lucir un coche que parecía salido de una película futurista. Justo el caso del Puma GTV de 1979. Un vehículo con base y mecánica Volkswagen creado por la firma romana a modo de llamativo pastiche. Y es que no le falta de nada para ser lo más espectacular del barrio.

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Puma Kit Car. Esconde chasis y motor Volkswagen

Desde una altura realmente baja hasta un enorme parabrisas y unas líneas rematadas en una agresiva trasera tributaria del Lancia Stratos todo en este coche es visualmente excesivo. Más aún cuando lo vemos abierto. Ya que toda la cubierta del habitáculo se abre como una única pieza hacia adelante y arriba dando un aspecto de nave espacial. Un trampantojo que, a día de hoy, representa uno de los cantos de cisne por elaborar personalizaciones y variantes en los talleres italianos.

Fotografías: Unai Ona

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Escrito por Miguel Sánchez

A través de las noticias de La Escudería, viajaremos por las sinuosas carreteras de Maranello escuchando el rugido de los V12 italianos; recorreremos la Ruta66 en busca de la potencia de los grandes motores americanos; nos perderemos por las estrechas sendas inglesas rastreando la elegancia de sus deportivos; apuraremos la frenada en las curvas del Rally de Montecarlo e, incluso, nos llenaremos de polvo en algún garaje rescatando joyas perdidas.

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