VÍDEO FERRARI 250 GTO: ROBBERT ALBAS/BELGIAN-MOTORSPORT
Hace unos días, saliendo del cine tras ver Le Mans 66 varios amigos tuvimos un encendido debate. ¿Es el Ferrari 330 P4 el cavallino más representativo de todos los tiempos? Con su V12 capaz de entregar 450CV a 8.000 rpm está claro que de potencia no anda nada mal. Además, su aerodinámica esculpe unas formas que son puro músculo para la competición. Y eso por no hablar de su palmarés: hizo triplete en las 24 Horas de Daytona en 1967. Además ganó el Título Mundial de Marcas; el decimosegundo de Ferrari.
Sin embargo sólo se fabricaron 3 unidades. Además, aunque a mediados de los 60 un joven Mauro Forghieri ya había convencido a Enzo Ferrari sobre las bondades del motor en posición central más allá de los monoplazas de F1… Lo cierto es que la disposición canónica en Ferrari siempre fue la de colocar un potente V12 bajo el capó delantero. Así las cosas va haciendo su entrada el otro candidato a representar la esencia de la marca: el 250 GTO.
Presentado en 1962 este modelo cumple -con sus 36 unidades- la quinta esencia de Maranello. Cuenta con las formas definitivas para cualquier GT clásico. Un chasis perfectamente afinado tanto para circuitos como para carreteras reviradas. Un 12 cilindros Colombo delante del conductor. Avances técnicos que hacen de él la culminación de la saga 250. Un palmarés portentoso en carreras de resistencia… ¿Se puede pedir algo más? Pues sí: que suene a las mil maravillas. ¡Y vaya si lo hace!
EL INSTRUMENTO PRINCIPAL: MOTOR COLOMBO V12 DE 3 LITROS
Si hay un motor que ha marcado la historia de Ferrari ése ha sido el Colombo. Este V12 a 60º evolucionó desde el litro y medio de cilindrada en el 125S de 1947 hasta los casi cinco de los bloques montados en los 412 de 1986. Está presente en muchos de los grandes GT de la casa italiana, marcando 3 litros y 302CV para la evolución instalada sobre el chasis del 250 GTO.
No obstante, la aerodinámica también ayudó al 250 GTO. El responsable de la misma, Giotto Bizzarrini, decidió hacer justo lo contrario a lo que se había hecho con su predecesor: el 250 GT SWB. Redujo la altura de la parte delantera -haciéndola mucho más penetrante a costa de la toma de aire- mientras que aumentó la carga aerodinámica sobre el eje trasero gracias a un remate en cuña saliente. Algo que tuvo que perfilar Sergio Scaglietti cuando Bizzarrini partió de Maranello tras la famosa discusión con Enzo Ferrari en 1961.
MELODÍA DE CIRCUITO: EL GT REFERENTE EN 1962, 1963 Y 1964
Considerado el coche más versátil y veloz de las carreras de resistencia en las que compitió, el Ferrari 250 GTO se hizo dominante en los circuitos con sus 1050 kilos y 280 kms/h de velocidad punta. Todo ello inaugurado con un estreno de lo más brillante: el segundo puesto en las 12 Horas de Sebring 1962 pilotado por Phil Hill y Olivier Gendebein. Sólo superado por un Ferrari 250 TRI/61 de la Scudería SSS Republica di Venezia. A partir de ahí se hizo durante tres años consecutivos con el título de campeón en su clase dentro del Campeonato Mundial de Resistencia.
1962, 1963 y 1964. Tres años de gloria en los que el 250 GTO marcó el final de la época de los grandes deportivos de competición con motor delantero. Entre sus pilotos más afamados está el citado Phill Hill, pero también Pedro Rodríguez de la Vega, quien junto al norteamericano llevó al 250 GTO a la victoria en los 2.000 Kms de Daytona de 1964. Y eso por no hablar de que el prototipo lo desarrolló Stirling Moss en 1961 sobre el asfalto del circuito de Monza.
Por fortuna, este incontestable Ferrari aún se deja ver en vídeos de renombre y carreras de exhibición como la celebrada en el circuito holandés de Zanvoort el pasado 2018. Un privilegio para los oídos donde resuenan las notas de astros de la ingeniería como Gioacchino Colombo, Giotto Bizarrini o Enzo Ferrari. Así que sí, volviendo a la discusión a la salida del cine… Posiblemente el Ferrari 250 GTO sea el cavallino más representativo de todos los tiempos.