FOTOS 250TR TRIBUTO: PETROLICIOUS
Fangio, de Portago, Castelloti… Para cualquier niño de los 50 fascinado por el automovilismo éstos eran los nombres de sus ídolos. Personajes al límite de sus capacidades desafiando a la muerte en los GT, monoplazas y barchettas de la época. Y de entre todas estas monturas… El Ferrari 250 Testarossa de 1959 como uno de los mitos imprescindibles.
La fonética de su nombre no puede ser más pegadiza. Sus líneas son una cima para el diseño de los deportivos más musculosos. El sonido expulsado por sus amplios tubos de escape tiene más fuerza que muchas sinfonías. Y por si todo ésto fuera poco… El 250TR es uno de los grandes Ferrari de competición al haberse hecho con el Campeonato Mundial de Sport Prototipos en el 58, 60 y 61.
Con esta carta de presentación no cuesta entender las razones por las que muchos estamos fascinados desde críos con el 250TR. Una fascinación compartida por el ingeniero italoamericano Peter Giacobbi, el cual ha construido un coche único con el que “sentir lo que mis ídolos de infancia experimentaban al volante”.
Se trata de este 250TR Tributo. Una barchetta que, aunque no haya sido originalmente ensamblada en Maranello, tiene sin lugar a dudas todo el espíritu ferrarista. Sube los altavoces, relájate y disfruta de los 8 minutos del vídeo grabado por Petrolicious. Éste es uno de los mejores films que haya visto nunca…
FERRARI 250TR: RESCATADA TRAS 50 AÑOS EN UN ALMACÉN
Lo primero que viene a la mente cuando uno está ante un clásico “tributo” es, “vale, más allá del resultado… ¿Cuántas piezas originales tiene?» En este caso hay que decir que la mayoría han salido de Maranello. Obviamente hay componentes clave como la transmisión o los carburadores que nunca han estado montados en otro 250TR de 1959. ¡Sólo hay cinco en el mundo y dado su precio no se venden por piezas! Pero lo cierto es que Peter Giacobbi ha conseguido juntar bastantes piezas Ferrari originales.
Para empezar la carrocería. De hecho, su hallazgo hace unos 20 años en un almacén de Italia fue el punto de partida para este proyecto. Se trata de una carrocería completamente original, la cual fue construida por uno de los pequeños talleres que trabajaban para Ferrari. Hacia 1959 éste cerró y en el almacén quedó, como suspendido en el tiempo, un cuerpo de 250TR en aluminio sin pulir. Por cierto, muy acertada la decisión de respetar el estado original de la pieza, sin aplicar pintura.
Gracias a sus amplias estancias laborales en Italia -Peter Giacobbi fue uno de los artífices del Sinthesis 2000 Berlinetta presentado en el Salón de Turín de 1970- tuvo conocimiento de esta carrocería abandonada. Y en ese momento… Todo cuadró diciéndose a sí mismo “I have to do it”. A partir de ella uniría más y más piezas hasta recrear el coche de sus sueños infantiles.
UN MOTOR DIFERENTE PARA CONDUCIR A LA VIEJA USANZA
Conseguir el chasis original de un 250TR obviamente fue una misión imposible, por lo que éste ha sido forjado artesanalmente. Al igual que otras piezas imposibles de encontrar. No obstante, la principal variación respecto a un 250TR de 1959 está bajo el capó. Y es que se ha decidido usar el motor 4.4 litros de un Ferrari 365 ajustado en unos 400CV.
Ésto da al vehículo una mayor potencia, sobretodo si tenemos en cuenta que en báscula marca poco más de 1000 kilos. Ah, y sin merma de la estética ya que el motor se ha modificado exteriormente a fin de ser como el original de 3 litros.
Respecto a la conducción las sensaciones son muy intensas. Justo lo que el responsable de este 250TR Tributo quería. Sentir lo que sentían sus ídolos de la competición palpando la carretera de la misma forma que ellos, a través de una potente y ligera barchetta dotada de eje rígido trasero.
Y eso sí, aunque algunos lo critiquen por no tener número de registro en los archivos de Maranello y haber sido ensamblado en San Diego… Para nosotros este 250TR Tributo no sólo es un respetuoso homenaje, sino la declaración de una absoluta pasión por la marca del cavallino. ¡Espectacular!