Ferrari casi siempre ha competido sobre asfalto. Y decimos casi porque, aunque escuetos, son varios los ejemplos de cavallinos sobre tierra. Quizás el primero fue el 275GTB surcando las nieves del Montecarlo 1966. Un caso extraño, ya que los de Maranello fueron más a testar esta unidad prototipo que a ganar en el mítico rallye. Sin embargo, diez años después sí pensaron en ir a por todas dentro de una especialidad tan ignota para ellos. En ese sentido nacieron los 308GTB ideados para el Grupo B. Tras debutar en el San Remo 1978, estos inesperados ejemplos intentaron hacer de las suyas durante más de seis años en el Campeonato Mundial de Rallyes.
Un asalto al barro con más intención que resultados, aunque dejase para la historia una buena ristra de curiosos Ferrari sólo aptos para entendidos. Principalmente lo hicieron a través de equipos privados a los que la Scudería apoyaba de forma externa, siguiendo la fórmula de Porsche con los equipos del Campeonato Mundial de Resistencia. No obstante, Ferrari aprendió la lección: siendo incapaces de volver a reinar en Le Mans, su única vía en la competición era ser los mejores en F1. Al fin y al cabo, finales de los setenta fueron años dorados con Niki Lauda al volante.
Por todo esto siempre resulta extraño ver un Ferrari adaptado para los rallyes. Más aún si se trata de un 308GT4, sin duda uno de los modelos más moderados de la marca. Nacido en 1973 como un cavallino 2+2 para el día a día, su diseño a cargo de Bertone primaba una cierta comodidad por encima de cualquier carácter competitivo. De hecho, este modelo fue la respuesta de Ferrari al lanzamiento un año antes del Lamborghini Urraco. Otro vehículo con cuatro plazas curiosamente también diseñado por Marcello Gandini. Un coche que nunca te esperarías ver en un rallye, pero que Driver Source ha preparado para batirse en los caminos.
FERRARI 308GT4. UN MODERADO AL QUE SE HA VISTO COMPETIR
El 308GT4 corre con el estigma de no ser para muchos un verdadero cavallino. Algo a lo que cooperó la propia casa de Maranello, introduciendo el modelo a través de la submarca Dino. Creada por Enzo Ferrari como gama de acceso, ésta quedó reservada para modelos con motores por debajo de los V12, los cuales siempre habían sido orgullo del Commendatore. Sin embargo, y a pesar de esta segregación que delata cierta vergüenza, en Dino se albergaron modelos tan interesantes como el 246 o el propio 308GT4. Un 2+2 que en sus últimas series llegó a salir de fábrica luciendo el emblema del cavallino rampante aceptado como un Ferrari más.
Y cuidado, porque además resulta ser uno de los Ferrari más interesantes desde el punto de vista comercial. Y es que, lejos de los grandes GT biplaza con motor delantero, el 308GT4 nace con la vocación de ser un coche que puedas usar a diario. Para ello Bertone ideó un habitáculo más amplio, donde poder incorporar dos plazas traseras si así se pedía a fábrica gracias a la posición transversal de su motor central-trasero. Además, el interior cuida el acceso y la comodidad, siendo también un coche amable de conducir gracias a su buen reparto de pesos y el carácter moderado de su V8 de 255CV en la versión europea.
Una potencia que lo ha hecho asomarse a no pocas competiciones aún siendo un vehículo de chasis alargado alejado a priori de las pistas. En las de asfalto quizá la unidad más famosa fue la preparada por el equipo NART en 1974 para competir en Le Mans. Una interesante versión en la que este civilizado deportivo para el día a día se convierte en un competidor sin concesiones. Sin embargo, quizás la preparación más radical de un 308GT4 para la competición no sea ésta, sino el modelo concebido por Rossocorsa para la Pekín-París del 2019. Listo para recorrer más de 14.000 kilómetros por caminos de Asia y Europa gracias a su chasis reforzado y mayor altura al suelo.
MODIFICADO PERO AUTÉNTICO. EL 308GT4 DE DRIVER SOURCE
Comprada el pasado 2018, esta unidad del 308GT4 salió de fábrica en 1975. Eso sí, con un aspecto muy diferente al que ahora luce tras la conversión realizada por el restaurador norteamericano Driver Source. Tras desmontar las piezas para proceder a una meticulosa revisión de cualquier daño adquirido por la edad, lo primero y más importante para adaptar este Ferrari a los rallyes fue aumentar su altura respecto al suelo. Para ello, se colocaron unos amortiguadores coilover hechos a medida en los brazos triangulares de las suspensiones.
Primer paso para cambiar la apariencia de este 308GT4, al que se le ha vinilado la parte inferior de la carrocería. Un apunte que le da un marcado carácter racing, junto a las espartanas llantas con neumáticos Michelín 205/70. Además, se le ha equipado con cuatro faros delanteros extra para tramos nocturnos, así como otros detalles propios de los rallyes como la antena de larga extensión. Respecto al motor no se anotan cambios sustanciales, por lo que todo apunta a que sigue conservando los 240CV de la versión americana. Algo en lo que se delata debido a los reflectantes laterales, sintomáticos de las unidades homologadas en los Estados Unidos.
Una gran racha de modificaciones que han alterado completamente a este 308GT4 pero que, sin embargo, no han alterado lo fundamental. Y es que los números de chasis y motor siguen siendo coincidentes con la unión de fábrica, algo que unido al respeto por la mecánica original ha valido para que esta unidad adquiera el certificado de originalidad dispensado por el club de propietarios del modelo en los EE.UU. Algo con lo que algún aficionado posiblemente esté en desacuerdo. Aunque seguramente todos estemos en consenso al comprobar lo deliciosamente original e inesperado de esta versión.
Fotografías: Driver Source