Lego pierde la cabeza con el mítico Ferrari F40

Hace una semana me encontré con esta nueva maqueta de Lego. Me hizo gracia, la verdad, así me puse a cotillear hasta descubrir que merecía una líneas en «La Escudería»; y es que, si véis el vídeo adjunto, podréis comprobar que esta diseñada por y para verdaderos aficionados.

1.158 plasticosas piezas componen una miniatura de aproximadamente 30 centímetros de longitud. Es todo un coloso para el que el mítico fabricante de ladrillos ha previsto hasta el más mínimo detalle, tal y como nos cuenta en la película Mike, diseñador de la casa: Las puertas y el maletero se abren, las tomas de aire son calcadas al original, está equipado con luces retráctiles, hay caja de herramientas…

El capó trasero de este lego de Ferrari F40 abre íntegramente, como en el original (Foto: Lego)

El V8 biturbo es extraible, como corresponde a tamaña joya mecánica (Foto: Lego)

Los interiores también intentan aproximarse al original, siempre dentro de unas angulosas formas (Foto: Lego)

El frontal de este Ferrari F40 de Lego sigue siendo impactante, como el su hermano mayor. Nótense las luces retráctiles (Foto: Lego)

Y, ¡oh, sorpresa!, el magnífico V8 biturbo de 2.9 litros y 478 CV es extraíble para que su afortunado poseedor pueda contemplarlo. Lo dicho, pasión por los cuatro costados.

Está bien, es muy posible que esté exagerando, pero lo cierto es que a Mike le encanta, hasta el punto de que él y su equipo no podían dejar de implementar un sistema para dar la importancia que se merece a la portentosa mecánica. No en vano se trata del último Ferrari aprobado por Il Commendatore y uno de los supercars por antonomasia.

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Una fiera despedida

El Ferrari F40 es una joya automovilística a todos los niveles. Diseñado sobre las cenizas del 288 GTO Evoluzione, el cual debía ajustar las cuentas al Porsche 959 en el extinto Grupo B de rallies, no hace concesiones al lujo; tiene aire acondicionado, es verdad, pero el resto de accesorias brillan por su ausencia -incluso los tiradores de las puertas- con el objetivo de hacer bajar el peso del conjunto hasta tan solo 1.100 kilos.

Los puntos fuertes de este cavallino son la mecánica y, sobre todo, la estabilidad y la aerodinámica. También tiene fama de peligroso, dada la ausencia de ayudas electrónicas a la conducción; es todo un purasangre, prácticamente un coche de carreras puesto en la calle.

Volviendo a su supuesta peligrosidad, a buen seguro no tendremos nada que temer si, en vez del astronómico precio del original, pagamos los 89,99 euros que vale su maqueta y que saldrá a la venta el 1 de agosto (para VIPS de Lego, el 15 de julio).