Cada cierto tiempo salta a los titulares la noticia de algún hallazgo singular. Lo que en el mundo de los clásicos se ha dado a llamar “barnfind”. Hace unos meses apareció un Lamborghini Miura P400S en Francia dentro de un lote más amplio. Incluso recordamos el que hace dos años protagonizó un Pegaso Z-102. Sin embargo, lo que te traemos hoy no se había visto nunca antes.
Ni más menos que 11 Ferrari completamente abandonados a su suerte en medio de un descampado. Una de esas cosas que no se entienden fácilmente. El hombre que ha recogido esta historia es Ben Branch, quien quizás te suene por ser el editor de la revista Silodrome. Este medio norteamericano escuchó algo sobre una colección de cavallinos abandonados, por lo que se puso a indagar.
Por cosas así el oficio de redactor puede ser a ratos como un juego detectivesco. Esta vez el caso se resolvió satisfactoriamente. Y es que, aunque en las fotografías los Ferari no lucen en su mejor momento… Esta historia ha tenido un final feliz.
FERRARIS ABANDONADOS: LA COLECCIÓN DEL ABOGADO
Por razones lógicas, varios de los nombres propios de esta historia no han trascendido. Por ello hablaremos a partir de ahora de un misterioso “abogado”. Según parece, nuestro protagonista fue durante los noventa un exitoso profesional con afición por los deportivos. Primero se dedicó a recoger antiguos Corvette, pero luego descubrió los europeos juguetones y cayó rendido ante sus encantos.
Así, añadió a su colección varios Porsche e incluso un Lotus. No obstante su afición debería tomar un segundo cambio de rumbo cuando se obsesionó con las creaciones de Maranello. Fue entonces cuando creó una colección monográfica de Ferrari, llegando a listar hasta 13 modelos. La lista es de las que quita el hipo. Un Testarossa, un 308 Quattrovalvole, dos 328, tres 348, varios Mondial… Y como muestra de la adaptación de Ferrari al mercado americano, UN 400i automático.
En suma, un conjunto muy representativo de lo que fue la casa italiana entre los 70 y 80. Todo marchaba viento en popa hasta que, desgraciadamente, nuestro abogado cayó en una severa enfermedad hacia el 2011/2012. En ese punto tuvo que pagar por el almacenaje y cuidado de la colección pero, dada la gravedad de su estado, faltó al pago. Ésto hizo que la empresa encargada de la custodia trasladase los Ferrari a un descampado.
10 AÑOS EN EL LIMBO CON DOS PÉRDIDAS INCLUIDAS
Con la colección ya deteriorándose al aire libre, el abogado finalmente pudo ponerse al día con los pagos. Sin embargo los coches siguieron allí abandonados. En este punto es cuando creemos que nuestro protagonista debió fallecer, pues desaparece del relato para usarse el término “familiares”. Éstos tuvieron serias dificultades a la hora de recuperar los coches. El proceso duró unos 10 años, y al final les asaltó la sorpresa de que dos habían desaparecido.
Algo así como el caso del museo donde la viuda de Harald Ertl depositó el BMW M1 Autogas. Presidido por un pillo que vendía los automóviles a espaldas de los confiados dueños. Con 11 Ferrari en las manos, la familia no sabía qué hacer. Así que contactaron con el especialista en Ferrari Paul Cox, uno de los organizadores del Ferrari Houston Festival y, de hecho, el hombre con el que habló el editor Ben Branch.
Finalmente un concesionario se hizo con todos los Ferraris abandonados de golpe. Según parece ya ha vendido todos o casi todos, seguramente porque dado el estado se haya tenido que rebajar considerablemente el precio. No obstante creemos que, incluso el más deteriorado, podrá volver a sus días de esplendor con una sencilla restauración y puesta a punto. A finales de año es el Ferrari Houston Festival, seguro que entonces tendremos novedades sobre algunos personajes de esta curiosa historia.
FOTOS DE SILODROME.
Una demostración de que no todas las historias de automóviles terminan de forma trágica. Está parece haber terminado de forma feliz.