Miguel Sánchez
Cualquier gestión de la realidad requiere tanto de un cierto análisis como de un plan de acción para el futuro. De esta forma, políticos y empresarios se han dotado de ideologías con las que comprender y moldear la forma y manera en la que los humanos vivimos en sociedad. Sin embargo, una de las grandes lecciones mostradas por el devenir de los siglos es la primacía de los hechos. De esta forma el azar y lo imprevisto siempre están por encima de cualquier agenda previamente constituida. Algo que en absoluto debe llevar a un cinismo ciego, pero sí a reconocer y aplicar la necesaria flexibilidad que subyace bajo cualquier acuerdo o negocio.
En este sentido, resulta interesante ver cómo grandes empresarios de la industria automovilística han sabido llegar a acuerdos imprevistos para continuar con su empresa. En España tenemos un claro ejemplo con Eduardo Barreiros. Claro ejemplo de instinto y perseverancia, el cual fue capaz de trabajar junto al gobierno de Fidel Castro con tal de seguir realizando su actividad empresarial. Todo un ejemplo de adaptación económica. Dedicándose a los motores diésel en la factoría Amistad Cubano-Soviética de La Habana tras haber forjado en la de Villaverde su pasado con los Dodge y Simca bajo licencia Chrysler.
Un ejemplo de la carencia de fronteras para la pericia técnica y el afán de negocio, lo cual simbolizó en Italia el clan de los Agnelli. Conocidos y reconocidos financiadores de la democracia cristiana que cerraba el paso al disciplinado Partido Comunista de Italia. Pero al tiempo hábiles negociadores con la soviética Lada para la fabricación bajo licencia del 124. Una saga de hábiles empresarios nacida en los albores del siglo XX que supo hacer de FIAT una empresa global en todos los sentidos.
O al menos en casi todos. Ya que, si bien eran la referencia en compactos urbanos al tiempo que controlaban Ferrari, nunca supieron arrebatar el reinado en las berlinas a los alemanes. Prueba de ello es el controvertido FIAT 130. Un tope de gama que jamás consiguió el éxito pretendido aún conociendo interesantes ensayos con la carrocería familiar que ahora cumplen medio siglo.
FIAT 130. EL TOPE DE GAMA QUE QUISO PERO NO PUDO SER
Para mediados de los años sesenta FIAT ya era uno de los fabricantes generalistas más importantes del mundo. Un gigante en expansión debido al sistema de fabricación bajo licencia. Gracias al cual países tan diferentes como la España del nacional-catolicismo o la Rusia soviética incorporaban a su progreso económico modelos derivados de la casa italiana. Así las cosas, sus compactos y turismos resultaban la referencia en diversos segmentos. Situación aún más obvia con la irrupción del exitoso FIAT 124 en 1966.
Sin embargo, en lo que se refería a los modelos más exclusivos FIAT no conseguía dar en el clavo con un buen producto. Debido a su falta de acierto en lo referente a berlinas de alta gama, este segmento prometedor en una Europa con cada vez más kilómetros de autopistas quedaba en manos de los alemanes. Por ello BMW y Mercedes -con el punto británico aportado por Jaguar- se repartían el mercado con una FIAT herida en su orgullo. Problema que quiso remediar presentando en 1969 el FIAT 130. Un tope de gama tan ambicioso como fallido.
Sobre el papel, la verdad es que un vehículo de estética conservadora, motor V6 y suspensión independiente a las cuatro ruedas suena prometedor para ser una berlina de representación. Más aún si se añade un interior amplio y confortable con diversas opciones y una gran luminosidad. Datos que chocaban con la realidad de los tan sólo 140CV proporcionados por un motor al que le faltaba cubicaje con sus 2866cc. Muy poco para un tope de gama enfocado a viajes largos con unos 1.600 kilos en báscula. De esta forma, ni que el ajuste de la mecánica viniera firmado por un ingeniero de tanto prestigio como Aurelio Lampredi pudo salvar la cara al FIAT 130.
1971. MEDIO SIGLO DEL INTENTO DE RESCATE AL FIAT 130
Desde que se presentase en 1969 el FIAT 130 ya parecía estar obsoleto respecto a sus rivales. De hecho, la propia marca era consciente de ello. Añadiendo sobre la marca diferentes mejoras técnicas en sucesivas series para aumentar la potencia hasta poco más de los 160CV. Intentos vanos por mejorar el número de ventas, muy bajo con poco más de 15.000 berlinas vendidas a lo largo de ocho años en producción. Dato en el que seguramente te habrá llamado la atención ver la palabra berlina para diferenciar esta variante de otras. Y es que en 1971 FIAT acudió al rescate de su modelo tope de gama incorporando un modelo coupé diseñado por Paolo Martín -Pininfarina-.
Mucho más moderno en sus líneas. Rectas y depuradas para mostrar un dos puertas con cilindrada aumentada hasta los 3235cc y 165CV. A priori atractivo, pero con unos altos consumos y un precio tres veces superior al de una berlina 132 hizo imposible el rescate comercial del FIAT 130 a pesar de haber vendido casi 4.500 unidades. De esta forma, el FIAT 130 quedaba sentenciado aunque aún vivo en los concesionarios de la marca hasta 1977. Una historia de escaso éxito, en la cual nunca pudo hacer frente a sus competidores: el BMW 2800 y el Mercedes 280.
No obstante, para los seguidores de la marca italiana el FIAT 130 representa hoy en día un modelo interesante y curioso especialmente en su variante coupé. La cual no ha ganado tanto con el tiempo como el FIAT-Dino V6 aunque conserva un encanto dado por su escasez. De todos modos, si lo que estás buscando es el FIAT 130 más desconocido te diremos que en realidad son cuatro de los cuales se conservan tres. Todos ellos fueron encargados por la familia Agnelli, la cual usó dos para uso particular mientras que regaló un tercero a su anticuario de referencia. Además, el Centro Stile FIAT valoró fabricar esta versión familiar en el auge de las rancheras en Europa. Idea que tuvo su final en los prototipos que ahora cumplen medio siglo.
Fotografías: FCA Heritage
