Miguel Sánchez
Junto a otros como Vittorio Jano, Dante Giacosa fue uno de los principales ingenieros en la historia del automovilismo italiano. Estrechamente ligado a FIAT, sus diseños van desde la aviación hasta los vehículos militares pasando por el desarrollo del 600. Un hito de tal calibre que lo catapultó de la mesa de diseño a la del consejo directivo de la empresa de los Agnelli. Siendo así fundamental en las deliberaciones sobre qué modelos llevar a serie. En ese sentido, Giacosa siempre se distinguió por un marcado instinto de practicidad.
Sabedor de que en la Italia de los cincuenta el espectro deportivo ya estaba cubierto con preparadores como Abarth en el primer escalafón hasta la Scuderia Ferrari en el más alto, Dante Giacosa apostó por los vehículos de gran serie. Así las cosas, suyos son no sólo los FIAT 500 y 600, sino también las berlinas 1100, 1800 y 2100. Máximo lujo concedido por él a sus diseños. Ya que en su lista destacan especialmente los utilitarios, siendo también responsable de los 850 y 126. Todos ellos modelos populares vendidos a millones con la misión de motorizar a las nuevas clases medias.
Sin embargo, lo cierto es que en el historial de este influyente y disciplinado ingeniero también hubo hueco para lo exclusivo. Tanto así que, aunque choque con la biografía del personaje, Dante Giacosa fue el principal promotor de uno de los FIAT más escasos de todos los tiempos: el 8V. Un deportivo marcado por su comportamiento ágil y competitivo. Ganador del Campeonato de Italia de Turismos en la clase de 2 litros desde 1954 hasta 1959. Del cual sólo se sirvieron 114 unidades entre 1952 y 1954.
FIAT 8V. LA INESPERADA PERLA DE UNA MARCA MASIVA
Cuando en 1955 FIAT lanzó el 500 acertó respecto a lo que países enteros como Italia -y posteriormente España- pedían en el escenario de la postguerra. Un vehículo sencillo, asequible y práctico para ofrecer transporte privado a las millones de familias que, poco a poco, entraban en la sociedad de consumo. Toda una revolución en la historia del automóvil, el cual por fin empezaba a ser masivo en Europa. No obstante, en medio de esta euforia desarrollista seguía existiendo hueco para los vehículos deportivos más exclusivos.
Durante los años cincuenta en Italia este hueco lo cubría especialmente Alfa Romeo aunque marcas como OSCA, Maserati y Ferrari se ocupaban de nichos más concretos. En este contexto, lo último que se esperaba de la generalista y masiva FIAT era la fabricación de un deportivo con tirada corta creado desde cero. Por ello, revistas como Road & Trac definieron al FIAT 8V como la “mayor sorpresa del año” en el Salón de Ginebra 1952. Y es que allí, entre los típicos utilitarios de la empresa de los Agnelli, apareció un deportivo de formas futuristas con tan sólo 997 kilos y un innovador motor de ocho cilindros a 70º, 1996cc y 105CV en su primera versión.
No obstante, la aparición de este alarde que es el FIAT 8V se explica por una forma más racional de lo que pudiera parecer. Y es que, hacia 1950, Dante Giacosa estaba plenamente inmerso en el diseño de un motor V8 destinado a una berlina de gama media. Proyecto que finalmente no salió adelante. Por ello -contradiciendo sus líneas de trabajo- éste sugirió a la dirección de FIAT no desechar el ingenio, sino incorporarlo a un automóvil deportivo de alta gama. Eso sí, externalizando en los talleres de SIATA (Società Italiana Auto Transformazione Accessori) el montaje del mismo.
CARROZADO POR MÚLTIPLES FIRMAS
Dando vueltas a la operación comercial que supuso el FIAT 8V lo cierto es que ésta no cuadra mucho en el mercado europeo. De hecho, analizando la oferta de deportivos de alta gama para 1952 se ve fácilmente que FIAT no tenía disponible ningún nicho de mercado reseñable que rellenar con el 8V. Por ello, la explicación hemos de buscarla en los Estados Unidos. País donde los ligeros y nerviosos deportivos europeos de MG, Jaguar o Porsche ganaban adeptos día a día. Interesados en sondear este mercado, los de Turín vieron en el FIAT 8V una buena oportunidad para ello.
Algo que se ve hasta en la estética del modelo, el cual luce en prácticamente todas sus unidades unas líneas futuristas cargadas de detalles cromados en el gusto de los americanos. Eso sí, en lo que se refiere a las carrocerías del FIAT 8V se requiere una aclaración previa. Y es que, buceando entre diversas galerías de imágenes, advertimos las muchas versiones que hicieron sobre este chasis firmas como Ghia, Pininfarina, Bertone, Zagato o Vignale. Curiosamente casi todas ellas con claros guiños a la estética dominante en Detroit, claramente influenciada por la fiebre de la Carrera Espacial.
Un planteamiento estético que se asienta con las 34 unidades de la primera serie. Todas ellas con cuerpos realizados por el departamento Carrozzeria Speciale de FIAT siguiendo las líneas marcadas por su diseñador jefe Luigi Rapi. A partir de ellas, el FIAT 8V se desarrolló en dos series más hasta las 114 unidades. De las cuales sobreviven de 95 a 96 dependiendo de la fuente consultada-. A nivel mecánico la única diferencia reseñable entre las tres fue la carburación. La cual se afinó para subir de los 105CV hasta los 115CV y 127CV de la segunda y tercera serie respectivamente. Potencias a priori no muy altas, pero que combinadas con su chasis tubular de acero y bajo peso hicieron del FIAT 8V uno de los deportivos referenciales para la clase de 2 litros.
Fotografías: RM Sotheby’s
P.D. La unidad con la que se ilustra el artículo se subastó el pasado septiembre en Suiza por RM Sotheby’s. Se trata de la número 11 de la primera serie. Vestida por tanto con el diseño de FIAT a cargo de Luigi Rapi y acabada el 24 de abril de 1953. Además, del 2011 al 2014 se vio sometida a un profuso proceso de restauración que la convierte en una de las unidades de primera serie más interesantes.
