A principios de la década de los setenta el mundo vio como aparecía una nueva clase de automóvil en el mercado; los superminis. Estos coches eran compactos que empleaban la configuración de tracción y motor delantero que el Mini británico había popularizado en 1959, y algunos de los modelos más emblemáticos en seguir esta fórmula fueron los Fiat 127 y los Renault 5.
En 1976 Ford introduce el Fiesta, un compacto de tres puertas que se lanzó para competir en este lucrativo segmento. La fiebre por coches de este tipo se había trasladado también hasta Estados Unidos, un país que buscaba vehículos de bajo consumo mientras intentaba hacer frente a la devastadora crisis del petróleo que puso patas arriba a la industria americana.
En este mercado ya se comercializaban, y en grandes cifras, utilitarios como los Honda Civic, Volkswagen Rabbit e incluso los ya mencionados Renault 5, que recibieron el nombre de Renault LeCar en América. Ford decidió entonces vender el Fiesta en el mercado estadounidense e iniciaron la comercialización de unidades fabricadas en Alemania para la temporada de 1978, con los primeros coches llegados en el otoño de 1977.
FIESTA FANTASY: UN PROTOTIPO CON SEIS CONFIGURACIONES
Ford ya había experimentado con la idea de un modelo con piezas de carrocería intercambiables que permitieran transformar al coche según la situación, un concepto bastante ingenioso y novedoso. En 1976 presentaron el Ford Prima, un curioso prototipo que podía convertirse un hatchback de tres puertas, una pickup o una pequeña ranchera.
Poco tiempo después de que el Ford Fiesta comenzase a venderse en América, tras realizar las modificaciones necesarias para cumplir con la normativa de seguridad de Estados Unidos que incluía unos paragolpes de mayor tamaño y unas ópticas delanteras redondas, la marca decidió presentar un prototipo de concepción similar al Ford Prima, pero basado en este pequeño compacto.
El vehículo resultante fue bautizado como Ford Fiesta Fantasy, y podía convertirse en todas las carrocerías del ya mencionado Prima sumando la atractiva configuración como descapotable. El Fiesta había tenido un buen recibimiento por parte del público, pero su volumen de ventas era insignificante comparado con otras alternativas en el mismo segmento. Lewis Veraldi, que por aquella época era el jefe de desarrollo de la marca llegó a decir sobre el prototipo que su producción era viable y que generaría interés por coches asequibles, económicos y versátiles.
“Al intercambiar módulos fáciles de instalar en la sección trasera del vehículo, el Fantasy podría convertirse de una camioneta de dos asientos a un cupé deportivo de dos asientos, un 2 +2 convertible con techo rígido, 2+2 con techo blando o una camioneta para 4 pasajeros”
Finalmente, el proyecto no tuvo la luz verde, y en 1981 el Ford Fiesta sería reemplazado en Estados Unidos por el nuevo Escort, un coche que la marca había desarrollado con un enfoque de ventas mundial en mente. Podría decirse que no quedó nada de esta interesante idea, pero a finales de los ochenta Nissan llegó a lanzar al mercado los EXA que tenían piezas de carrocería intercambiable, mientras que Mercedes-Benz presentó a finales de los noventa los prototipos VRC de concepción muy similar.
Imágenes: Ford, Nissan, Mercedes-Benz