Miguel Sánchez
Francia es un país con amplias zonas rurales. Debido a ello, en su ámbito automovilístico siempre ha existido un cierto nicho de mercado reservado a los utilitarios con capacidades camperas. Muestra de ello son los Citroën 2CV y Renault 4. Tan duros como fiables a la hora de abordar con un planteamiento versátil su uso combinado por tierra y asfalto. Es más, incluso a día de hoy no resulta difícil encontrar unidades de estos modelos recorriendo caminos agrícolas. Muchas veces, con una eficiencia capaz de hacer sombra a varios de los diseños más modernos.
Así las cosas, desde Dangel hasta Sinpar el país galo cuenta con una nutrida escena de preparadores 4×4. Capaces de transformar a un sobrio utilitario en una máquina con generosos ángulos de ataque, estos incluso han llevado sus creaciones a pruebas tan extremas como el Dakar. Asimismo, en el Reino Unido este planteamiento redobla su apuesta debido a lo complejo de su territorio. Con multitud de explotaciones agrícolas y ganaderas expuestas a un clima extremadamente húmedo así como a un relieve a veces complejo y plagado de bosques.
Con todo ello, no resulta difícil comprender porqué empresas como Roadless Traction han logrado sobrevivir durante décadas. Especializada desde 1919 en la preparación de maquinaria agrícola, ésta ha realizado miles de conversiones sobre tractores y camiones. Muchas de ellas acoplando un sistema 4×4 aunque, en los casos más llamativos, optando incluso por trenes de rodaje tipo oruga. Gracias a ello, aunque el terreno sea especialmente resbaladizo sus vehículos siempre pueden superar los obstáculos a fin de segur su labor con eficacia.
Eso sí, a veces siquiera esto llega a ser suficiente. Y es que, aunque los sistemas mencionados logran una tracción sobresaliente, pueden no ser adecuados cuando el firme resulta especialmente abrupto. Algo, por otra parte, muy normal en las zonas rurales del Reino Unido. Caracterizadas, entre otras cosas, por la proliferación de especialidades Off-Road entre las cuales encontramos el Trial o las subidas en cuesta por caminos embarrados.
No obstante, en el caso del conocido como Forest Rover no estamos ante algo movido por la competición. Lejos de ello hablamos de puro y duro desempeño diario al servicio de la administración. Pero vayamos por partes. De esta manera, lo primero es centrarnos en cómo trabaja la Comisión Forestal. Encargada de cuidar los bosques británicos, ésta ha de acceder de manera rápida y sencilla a zonas no sólo especialmente aisladas. Sino también totalmente ajenas a la circulación.
Por ello sus vehículos se enfrentan con el vadeo de ríos así como obstáculos capaces de enfrentar un serio ángulo de ataque a cualquier tipo de suspensión. Llegados a este punto, sobre la base de diversos Land Rover de las series I y II la propia Comisión Forestal preparó algunos vehículos especiales entre 1958 y 1959. Sin embargo, aquello no era suficiente. Especialmente si tenemos en cuenta la necesidad de contar con una buena flota de estos modelos en el menor plazo posible.
ROADLESS 109, LA VERSIÓN MÁS EXTREMA DE LOS LAND ROVER BRITÁNICOS
Acorralada por la necesidad, la administración de los bosques británicos contactó con Roadless Traction a fin de encontrar una solución. Solución que llegó de la mano del Roadless 109. Más conocido como el Forest Rover, éste cambió completamente sus amortiguaciones de cara a lograr una altura al suelo mucho más generosa que la dada por los Land Rover de serie. Además, incluyó unas impresionantes ruedas de tractor acopladas a la tracción 4×4.
De hecho, Roadless Traction tuvo que reformar completamente la carrocería del vehículo de cara a incorporar unos pasos de rueda acordes. Algo que, a la postre, tan sólo hace reconocible al Roadless 109 como un derivado del Land Rover si nos fijamos en la cabina o la parrilla.
Respecto al resultado, un simple vistazo a alguna de las fotografías promocionales habla por sí mismo. Y es que vemos al Forest Rover superando obstáculos pronunciados con relativa facilidad. No en vano, tras el diseño inicial a cargo de la empresa preparadora, el prototipo se envió a la propia Rover con la intención de someterlo a todo tipo de pruebas antes de lanzarlo al mercado en 1962.
Curiosamente, a pesar del buen desempeño mostrado por el modelo sólo se fabricaron un máximo de 21 unidades según la fuente consultada. Eso sí, rastreando la historia de las mismas vemos cómo algunas estuvieron en servicio por casi cuarenta años tanto en zonas rurales del Reino Unido como en territorios tropicales de sus antiguas colonias. Desgraciadamente, hoy en día sólo quedan cinco Roadless 109 completos y uno en fase de posible reconstrucción. Todo ello para seguir siendo una de las versiones más llamativas en la amplia familia de diseños derivados del Land Rover.
Fotografías de Roadless, Dunsfold Collection y Tennants.
