Durante el pasado 2020, Ferrari hizo una apuesta de futuro fichando a Carlos Sainz. Con tan sólo 26 años, su inicio en la categoría reina del automovilismo se produjo en el 2015 a bordo de un Toro Rosso. Sin embargo, llegar a semejantes alturas requiere pasar por no pocos obstáculos dispuestos en las categorías inferiores. Por ello, lo más interesante de su palmarés lo encontramos antes de llegar a la F1, destacando en competiciones como la Formula BMW Europa o la Formula Renault 3.5.
Organizadas por dos marcas de clara tradición deportiva, estas dos copas monomarca son piezas clave en la actual cantera de pilotos destinados a la F1. Algo que, realmente, viene sucediendo desde hace décadas en el mundo del automovilismo deportivo. De hecho, este 2021 celebramos el medio siglo de nuestra propia fórmula nacional: la Fórmula 1430. Auspiciada por SEAT, esta competición echó a andar el 4 de abril de 1971. Celebrándose en el Circuito del Jarama la primera de una serie de carreras en las que se foguearon jóvenes pilotos como Salvador Canellas, Fernando Pérez Sala o Paco Josa.
Motivada por las posibilidades publicitarias, SEAT decide apostar por la Formula 1430 elaborando un reglamento técnico junto a la Federación Española de Automovilismo. En él se precisa el apoyo de la marca a las escuderías que decidieron participar. Éstas recibían piezas, motores y un interesante sistema de primas con el cual premiar a los mejores pilotos. Así las cosas, entre los que concurrieron a la primera edición encontramos constructores como el sevillano Lince o el vasco Etco. Así como los ya míticos Me-Pre y Selex en Madrid y Barcelona respectivamente.
Todos ellos personajes de una historia con la cual recorrer el mundo de la competición automovilística española en los setenta. Una historia que, punto por punto, os vamos a desgranar a través de varias publicaciones en La Escudería. La historia de la Fórmula 1430 en su 50 aniversario.
FÓRMULA 1430. UN ESPACIO SEMIPROFESIONAL PARA LA PROYECCIÓN
Llegado a cierto punto de madurez tecnológica, todo país empieza a ver cómo en su panorama deportivo aparecen copas monomarca en las que el pilotaje encuentra un excelente soporte. La razón es sencilla. Ya que éstas cubren el inmenso hueco entre las categorías superiores -donde las marcas compiten ferozmente para desigualdad de los pilotos- y las inferiores, en las que encontramos pequeñas escuderías movidas por entusiastas sin más impulso que su afición. Es por ello que, en ese espacio semiprofesional, las copas monomarca aparecen como una solución inteligente, con una casa automovilística solvente dando apoyo técnico a pequeñas escuderías privadas.
Un híbrido en el que la parte más menuda encuentra soporte técnico mientras que la más grande gana notoriedad. Una notoriedad medida en términos publicitarios, uniendo sus siglas a las de la competición. Estrategia comercial tan interesante como conocida, proyectando la calidad de sus motores a través los circuitos. Justo lo que SEAT hizo a través de la Fórmula 1430, asociada desde el nombre a la promoción de su popular modelo familiar. Eso sí, no por ello capado de nervio y diversión gracias a su ligereza y propulsión trasera.
Propulsados por el mismo motor montado en este turismo, los monoplazas de la Fórmula 1430 cambiaban los ajustes de la mecánica de serie para sacar el máximo rendimiento. Un punto de inicio al que seguían especificaciones de competición en materias como frenos, transmisión, suspensiones, dirección… Todo con el fin de ofrecer a los pilotos unas monturas ligeras y eficaces con las que mostrar sus habilidades en circuitos tan revirados como el Jarama y Montjuic en España, dando el salto a los franceses de Albi y Paul Ricard a fin de completar las diez carreras de la primera edición.
ESCALANDO EN LA FÓRMULA 1430. LISTA DE NOTORIEDAD Y SISTEMA DE PRIMAS
Si las copas monomarca tienen algo interesante para la selección de pilotos es que, en ellas, todos compiten en una práctica igualdad de condiciones. Lejos de enfrentarse a las enormes diferencias entre coche y coche tan definitorias de las categorías superiores, esta categoría semiprofesional representada por la Fórmula 1430 pone a todos los pilotos sobre monturas con las mismas prestaciones. Así las cosas, lo determinante es la pericia de cada uno de ellos, siendo una cantera perfecta para la criba de aquellos llamados a ser campeones de rallye, resistencia o F1.
Salida del 4 de abril de 1971 en el Jarama. Primera carrera Paco Josa, de Selex, en la primera carrera de la Fórmula 1430 Paco Josa en el 10, Salvador Canellas en el 5 Miguel Ángel Righetto en el Jarama, primera carrera en 1971 Cada carenado era diferente según la escudería Más imágenes de la primera carrera, 4 de abril de 1971 Podio de la primera carrera, con Paco Josa, Salvador Canellas y Jorge Babler en primera, segunda y tercera posición respectivamente May Oliver, de Selex
Consciente de esto, el comité directivo de la Fórmula 1430 presidido por Francisco Urquijo dispuso dos elementos para garantizar el ascenso de pilotos jóvenes, así como el bloqueo a los más experimentados. El primero de ellos fue el denominado como “lista de notoriedad”. Mediante la misma se cerraba la puerta de futuras ediciones a todos aquellos que hubieran conseguido buenos resultados en las anteriores. Un instrumento para asegurar el constante flujo de savia nueva. Impidiendo que pilotos buenos para este nivel pero mediocres para los superiores bloqueasen la llegada de nuevos talentos.
El segundo fue un sistema de primas con el cual premiar según rondas de clasificación, vueltas terminadas y posición en línea de meta. Una amplia diversidad de posibles puntuaciones a las que acceder siempre y cuando hubieras quedado dentro de los 25 primeros de cada ronda clasificatoria. Y es que éste fue el número máximo de participantes permitidos en cada línea de salida. Sólo por tomar la salida cada equipo cobraba 4.000 pesetas. A las que sumar 1.000 si pasabas de la mitad de las vueltas y 2.000 al conseguir acabar la prueba. Además, el ganador recibía 15.000 pesetas. Todo ello completado con un sistema de puntos por diversos motivos canjeables a final de temporada a razón de pesetas cada uno.
En próxima publicación seguiremos con la descripción de los monoplazas, así como con el reglamento, los equipos y las carreras.
Damos las gracias a Isidre López y SEAT Históricos. Sin su colaboración no habría sido posible esta serie de entregas sobre el 50 aniversario de la Fórmula 1430.
Fotografías: SEAT HISTÓRICOS