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Graham-Piage y Hupmobile, dos marcas que intentaron sobrevivir sobre los restos de Cord

Con la revolucionaria marca de coches Cord desaparecida en 1937, dos marcas afrontando su inminente final, Hupmbile y Graham-Paige, decidieron fabricar sus propios automóviles sobre carrocerías Cord para alargar su supervivencia.

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Desarrollar una nueva carrocería para un automóvil es un proceso que conlleva un caro coste económico que en algunas ocasiones puede poner al fabricante en una complicada situación financiera.

No es para nada raro que una marca fabrique un diseño originario de otra firma con sus propias motorizaciones, pero más inusual y casi insólito es recuperar los moldes de una marca extinta con el fin de lanzar un nuevo automóvil al mercado.

De esta manera, dos marcas que gozaron de gran reputación en Estados Unidos, Graham-Paige y Hupmobile, lanzaron sus respectivos coches basados en la carrocería de los vanguardistas y efímeros Cord 810 y 812.

¿QUÉ HACÍA ESPECIAL AL CORD?

La marca fue fundada por el empresario E.L Cord, que a su vez era dueño de otros fabricantes tan importantes en América como Auburn y Duesenberg. Cord fue muy importante en la evolución del automóvil al ser pioneros en implementar la tracción delantera en un coche fabricado en serie con el modelo L-29.

Pero el coche que fue la obra maestra de la firma de Indiana llegaría en 1935, cuando fue presentado en el Salón del Automóvil de Nueva York y creó una tremenda expectación debido a un diseño revolucionario y rompedor obra del diseñador Gordon Buehrig.

Los Cord 810 de 1936 introdujeron los primeros faros escamoteables de la historia, además de ser un vehículo extremadamente moderno y complejo, al hacer uso de nuevo de la tracción delantera y un complejo sistema de transmisión semiautomática.

 

 

Con la introducción del modelo 812 en 1937 se dio a los compradores la opción de equipar las mecánicas V8 con sobrealimentador que lograron batir récords de velocidad y rendimiento que no serían superados hasta después de la II Guerra Mundial.

Pero como ocurre en muchos casos con los coches que son adelantados a su época fueron un fracaso a nivel comercial, y el sueño americano que fueron los Auburn, Cord y Duesenberg terminaría con la disolución del grupo industrial en 1937.

GRAHAM HOLLYWOOD Y HUPMOBILE SKYLARK, DOS COCHES CON CARROCERÍA DE CORD

El Cord por lo tanto no era un automóvil cualquiera, y su diseño era mucho más moderno que el de muchos de sus coetáneos. Por esta razón, en 1938, la compañía Hupmobile, que estaba afrontando una compleja situación económica, compró los moldes y utillajes necesarios para la fabricación de los Cord 810 y 812 por un valor de 900.000 dólares de la época.

La esperanza de la compañía era que las llamativas y atractivas formas de estos coches sirviesen para captar la atención del público que no llegó a comprar un Cord en su momento, debido al prohibitivo precio de venta.

Hupmobile ofrecería su nuevo modelo, bautizado como Skylark, por un precio mucho más accesible, y eliminaron todas las características que hacían a los 810 y 812 un coche tan especial. Los nuevos Hupp eran de propulsión trasera y también desaparecieron los característicos faros escamoteables que se alojaban en un frontal que fue rediseñado por completo.

Eran además diez centímetros más cortos que el coche original, y montaban mecánicas de seis cilindros en línea de cuatro litros de cilindrada. El que iba a ser el supuesto gran atractivo era el precio, costando entre 1.000 y 1.250 dólares, casi la mitad de lo que hubo que pagar por un Cord.

La gran apuesta económica de Hupmobile por estas carrocerías les obligó a asociarse con otra gran compañía americana, Graham-Paige, que también atravesaba un mal momento a nivel económico.

Ambos fabricantes producirían sus propios modelos basados en los 810 y 812, con el Graham-Paige Hollywood siendo el más lujoso y montando además del seis en línea de Hupp, otro bloque de seis cilindros exclusivo de los Graham de 3,5 litros y que se podían equipar opcionalmente con sobrealimentador.

Ambas compañías tuvieron que afrontar el mismo problema; abastecer una demanda de pedidos que tan siquiera era masiva. La producción de los Hupmobile Skylark finalizó en 1939, apenas un par de meses después de que hubiese comenzado, con tan solo 319 coches vendidos, sentenciando así la desaparición de la marca.

Por otra parte, Graham-Paige tuvo algo más de suerte, pero tampoco se puede calificar como buena. Para empezar la situación de los Hupmobile sirvió como un precedente catastrófico para la producción del Hollywood, para la cual contaban con aun menos fondos económicos.

Finalmente, fueron muchos clientes potenciales, cansados de esperar a recibir un coche que no llegaba nunca quienes cancelaron los pedidos. La producción del Graham Hollywood cesó en septiembre de 1940, con unas 1.500 unidades fabricadas.

Esta marca logró sobrevivir unos años más, fabricando material bélico una vez Estados Unidos entró en la II Guerra Mundial. Tras el conflicto, el nuevo presidente de la compañía, Joseph Frazer, se alió con Henry J. Kaiser, para fundar Frazer-Kaiser, que lograría sobrevivir unos cuantos años más.

Llama la atención que el fracaso comercial del Skylark y el Hollywood fue aún mayor que el de los Cord 810 y 812, pues estos lograron al menos fabricar unos 3.000 vehículos, demostrando que, tal vez, las segundas partes nunca han sido buenas.

Fotografías: Graham-Paige, Hupmobile, Cord

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Escrito por Javillac

Esto de los coches le viene a uno desde niño. Cuando otros críos preferían la bicicleta o el balón yo me quedaba con los cochecitos de juguete.
Recuerdo aún como si fuese ayer un día en el que nos adelantó un 1500 negro por la A2, o la primera vez que vi un Citroën DS aparcado en la calle, los paragolpes cromados siempre me han gustado.

En general me gustan las cosas anteriores a la época en la que yo nací (hay quien dice que estoy reencarnado), y en el top de esa lista están los coches, que junto a la música, hacen la combinación ideal para un rato perfecto: conducción y una banda sonora acorde al coche correspondiente.

En cuanto automóviles me gustan los clásicos de cualquier nacionalidad y época, pero como mi debilidad están los coches americanos de los 50, con sus exageradas formas y dimensiones, razón por la que mucha gente me conoce como "Javillac".

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