Honda VF750F y VFR750F
in ,

¿Te gustan las Old School? Comparativa Honda VF750F Vs. VFR750F

De la mano de Motos Old School Madrid, nos lanzamos con una nueva serie de reportajes sobre motos de la vieja escuela. Iremos viendo un poco de todo, empezando por estas dos Hondas que tienen todo y nada en común…

TEXTO Y FOTOS VF750F Y VFR750F: M.O.S Y LA ESCUDERIA

Antes de nada, os presentamos a nuestro invitado: Para los que no lo conozcáis, Motos Old School es un club con fuerte presencia en redes que está centrado sobre todo en máquinas de los años 80 y 90 (aunque no le hacen ascos a nada añejo). Celebrarán una gran concentración en Junio, y ya os iremos contando más cositas sobre ellos.

Pasemos, ahora sí, a nuestra comparativa, en la que todo gira alrededor del estupendo vídeo que ha montado Kukfilms. En la peli Charly Pelaez y Jesús Silva nos explican un poco en qué consiste estas dos fabulosas japonesas. Son dos GT’s con aspiraciones deportivas de la vieja escuela, impregnadas del refinamiento que caracteriza a la marca del ala dorada.

En efecto, Honda siempre se ha distinguido por ser un escaparate tecnológico, y estas dos máquinas no son una excepción. Solamente su motor V4 ya era una rara avis en hace 30 años, al menos fuera de las carreras. Aquí los tenemos dando vida a unas motocicletas un tanto tractoras -sobre todo la VF750F Interceptor- pero muy Very Fun Ride! Y si no que se lo digan a la VFR750F.

Sin más dilación os dejamos con el Vídeo, para a continuación pasar a contaros las sensaciones dinámicas por escrito acompañadas de unas bonitas fotos, que no todo va a ser la caja tonta ;)…

https://youtu.be/XG81NtjaqhE

Honda VF750F y VFR750F

Honda VF750 F Interceptor de 1981, por Chusete Silva

“Salvese quién pueda…. y agarrate fuerte a lo que llevas entre las piernas”. Eso pensé al momento de subirme y enroscar el puño de la VF750F Interceptor. ¿Qué sucede? Pues que el tren delantero te lo cuenta todo y nada; el sistema antihudimiento unido a la regulacion por aire comprimido de la horquilla te teletransporta al espacio etéreo. Si estas acostumbrado a una moto actual (años 2000 en adelante), sin duda es una sensación extraña.

En realidad, tanto la suspensión delantera como la trasera se prestan a los ajustes para remediar esto, aunque es delicado. Es posible que la moto por fin nos muestre su enorme potencial, o por el contrario que se transforme en una máquina definitivamente decepcionante. Todo depende de nuestro buen hacer. Las primeras sensaciones, entre 80 y 120 Km/h, son de flaneo. Sin embargo después, ya en autopista y por encima de 150 Km/h, se aploma y es cuando se entiende por fin el concepto Interceptor. Es ésta una Gran Turismo rápida. La estabilidad es tremenda en una montura con 40 años a sus espaldas, y la mecánica de 90 CV empuja con fuerza haciendo gala de su indudable carácter de tractor.

Es importante tener en cuenta que la puesta de largo de los V4 de Honda en Europa se hizo con esta VF750F Interceptor. Quizá los lectores quieran agarrarse a su silla cuando tomen conciencia de que que mucho de lo bueno que ha dado la marca japonesa en estas cuatro décadas, la familia de Hamamatsu, empezó con esta motocicleta y con las versiones yankees antecesoras.

Pero volvamos al paseo que estábamos dando. Imagínate, lector, montado encima de semejante artefacto lunar, recorriendo al atardecer las carreteras autonomicas de la capital, Burruñing incluído. ¿Aprecias como la Vf750-F entra muy pero que muy bien en curva? No se te escapa una. Eso sí, una vez que te has acostumbrado no sólo a las suspensiones, sino también a la llanta de 16” delantera. Sus 90 equinos dan de si; son de una variedad curiosa y un tanto percherona, pero no te quedas nunca en zona muerta, ni percibes baches por la carburación. Todo lo contrario, te pide mas y más, incluso cuando piensas Jo qué hierro!!!

“Quiero pensar que acerté”, dijeron a buen seguro los compradores que, allá por el primera mitad de los años 80, se hicieron con una de estas Interceptor, obra maestra de Sōichirō Honda. Mucho me temo que se equivocaron: La durabilidad de la mecánica no era buena. En absoluto, los árboles de levas se deshacían, en parte debido a los materiales de que estaban hechos y en parte debido a su problemática relación con la distribución. Estos árboles, que se cambiaban como si los regalaran, dañaron seriamente la reputación de la moto. Eso sí, dejaron delineada la ruta hacia el posterior desembarco de la VFR 750 F, máquina de segunda hornada que ya es claramente otra historia.

Afortunadamente, y junto con su comportamiento dinámico, había más cosas buenas. Hablando en plata, da igual con qué moto de principios de los 80 la comparases, lo cierto es que, al menos en España, no había comparación. La VF750F Interceptor gozaba de innumerables avances tecnológicos, inclusive embrague hidraulico con limitador de par. En marcha, este tipo de cosas las notas y de qué manera, aun siendo chatarra del S. XX. Las italianas era sin duda más poéticas, pero no eran ni de lejos el compendio de efectividad tecnológica que ofrecía la marca del ala dorada.

Hoy en día, como buena Old-School que se precie, este modelo es algo complejo de localizar, sobre todo en el estado de la unidad que hemos tenido el gusto de probar. Pero no debes tenerle miedo: Aparte de lo dicho, te diré también que es facilona de reparar y no tan cara de mantener como algunos piensan. A cambio, en esta motocicleta tú seras el 90% y el resto el 10, un detalle importante cuando quieres experimentar las sensaciones cósmicas de lo que eres capaz de hacer. Cuándo eres tú quien está al mando.

Honda VFR750 F de 1990, por Richi Sambora

Cuando HONDA lanzó la VFR versión 1990 la calificó como una moto para personas inteligentes. No suena muy emocionante, ¿verdad?

La VFR750F probada por ESCUDERIA OLD SCHOOL es del año 1992 y está en un estado estético y mecánico perfecto. El disfrute estaba garantizado; porque sí, esta máquina, aun para personas con cerebro, está hecha para gozarla.

El modelo al que pertenece es quizá el mas mimado por parte de la fábrica del ala dorada. Se lanzó en el año 1986, cuando HONDA añadió la mágica “R” a sus denominaciones VF. Desde entonces, mantuvo una arquitectura mecánica y una cilindrada sin cambios hasta la última versión en 1994.

Fue en 1990 cuando dotó a la motocicleta de un precioso basculante monobrazo, heredado de las carreras y de la mítica RC30; y de unas vistosas llantas de ocho palos. También, de una solidez de chasis no vista hasta entonces, con estructura en aluminio masivo que te permite trazar como un tiralíneas. Un envolvente y muy bonito carenado hacía su función a alta velocidad, rematada toda la máquina con una pintura monócroma que, según su color, pretendía transmitir tanto su seriedad como sus ganas de guerra.

El subchasis quedó sujeto al bastidor por dos placas de diseño, muy bonitas por cierto y que dotan de una imagen elegante al conjunto. Respecto al caballete, éste está anclado mediante unas complicadas pletinas intermedias que lo cierto es que no hacen más que añadir peso al total del conjunto.

Aspectos de la VFR750 F como la configuración del motor 4 cilindros en V, el ya mencionado basculante monobrazo, la calidad de los componentes, la distribución por cascada de engranajes y la limitación de la potencia máxima a 100 CV de su motor (política de la marca inamovible para este modelo, una lástima), la distinguen de otros modelos de la competencia con la que compartía cilindrada. También se reflejaba en el precio, asemejándose mas a una “1000” de la época que a las R de otras marcas.

Pero vamos a centrarnos, a tratar de expresar lo que se siente rodando con ella, que es de lo que va esta prueba.

Como decíamos, tiene una configuración V4, por lo que su motor rebosa par, está lleno en todo el arco de revoluciones. Esto es lo que se conoce como Very Fun Ride!, que podríamos traducir como muy fácil, divertida y progresiva de conducir. La VFR750 F está alimentada por grandes carburadores de 36 mm y expulsa su detritus por una sola salida de escape con cámara tranquilizadora de gases para bajar decibelios antes del silenciador. Es decir, está bien abrevada y no es muy ruidosa, más bien discreta.

Responde bien al acelerador: Desde abajo, dulce, tractora, elástico y progresiva. Esto conlleva que no es rabiosa ni te dará una patada inesperada. Es fantástica a medio régimen, que es donde te vas a mover habitualmente en carretera, con tracción y motricidad.

Las suspensiones son algo blandas si queremos apurar en su conducción y pueden transmitir sensación de flotar o flanear. Pero solo bajo fuertes condiciones de aceleración y con apoyos al límite. Delante monta una horquilla convencional de 140 mm y, detrás, un amortiguador trasero prolink que es bueno. Mejoraría sin duda si se revisara la progresividad del mismo pero, al igual que el esquema delantero, es mas que correcto para las aspiraciones de la moto.

Los frenos están en línea con las suspensiones. Correctos dado el peso del conjunto, sin más. Buen tacto y sin tendencia a desfallecer pero, en mi opinión, se necesitaría una bomba y latiguillos que mejoraran el comportamiento en conducción deportiva. Es decir, a la vista de todo lo dicho, parece claro que estamos ante una GT polivalente con aspiraciones deportivas.

Quizá si se compara con el modelo anterior a 1989, debido a la llanta delantera de 17” y al monolítico chasis, la agilidad de dirección no sea el punto fuerte de esta Honda VFR750 F. Pero compensa sobradamente con su solidez y estabilidad a alta velocidad. Ronda los 240 Km/h de punta, algo a lo que no muchos están dispuestos a llegar.

Los 19 litros de capacidad del tanque de combustible te garantizan autonomía para 350 km a ritmo alegre. La postura de conducción, con semimanillares por encima de la tija superior, y un asiento realmente cómodo, redondean la rutera perfecta. Todo conductor entre 1,70 m y 1,90m de altura se sentirá agusto.

El pasajero también es bienvenido a bordo. Todo fue dispuesto por la marca japonesa para que fuera transportado incluso a largas distancias igual de cómodo que el piloto.

Por sacarle algún pero a esta fabulosa motocicleta, y dado su acabado de lujo, sería deseable que las fundas de goma de unión entre retrovisor y cúpula ajustaran mínimamente. También, que se hubiera ‘liberado’ al V4 dándole esos caballos extra que tanto éste como el chasis podrían haber digerido sin ningún problema. Lo primero es claramente una minucia; lo segundo, qué se le va a hacer, habrá que quererla igualmente: Sin ayudas a la conducción y gomas como las de antes, es sin duda una Old School como la copa de un pino.

Foto del avatar

Escrito por La Escudería

LA ESCUDERÍA es la principal página web en español dedicada a los Coches Clásicos. Le damos a todo tipo de maquinaria que se mueva por sí misma: Desde coches hasta tractores, desde motos a autobuses y camiones preferiblemente animados por combustibles fósiles...

Deja una respuesta

Suscríbete a la Newsletter

Una vez al mes en tu correo.

Muchas gracias! No olvides confirmar tu suscripción mediante el email que acabamos de enviarte.

Algo ha salido mal. Por favor, vuelve a intentarlo.

60.4kFans
2.1kFollowers
3.4kFollowers
4kFollowers