La mayor parte del tráfico de larga distancia rueda por autopistas y autovías. Gracias a ello, las casi desiertas carreteras francesas y españolas de segundo y tercer orden han servido para disfrutar de la conducción y de los paisajes a los veinticuatro equipos participantes en la II París-Madrid.
El 23 de mayo, salían desde Versalles a las 8 en punto los participantes en este rallye. En total, veinticuatro equipos dispuestos a disfrutar y padecer en un recorrido que les iba a llevar en tres jornadas hasta Alcalá de Henares, donde llegaron en la tarde del día 25.
Después de tomar un lunch a las 12 h en la ciudad francesa de Mont de Marsan, durante la tarde del sábado 24 entraban en Navarra por el puerto de Urkiaga.
TARDE DE TORMENTA
En las cercanías de la localidad de Eugui esperábamos su paso hacia las 16 h, que era la hora prevista. Sin embargo, el primero de ellos llegaría a las 17,55 h. Era el Alfa Romeo 8C de 1938, que rodaba sobre asfalto mojado y en el cielo amenazaban oscuras nubes de tormenta.
Durante casi media hora, tuvimos ocasión de comtemplar en movimiento y con su propio sonido la pasada a ritmo alegre de la veintena larga de vehículos. Unos pudimos fotografiarlos en mejores condiciones, mientras que otros hubo que retratarlos en pleno chaparrón.
Más tarde, junto al hotel de Pamplona en que se alojaron, vimos un Riley de placas alemanas subido a un remolque. ¿Tal vez una avería, o quizás la retirada? Finalmente, ese Riley Preston de 1934 llegó a Alcalá y terminó en el puesto 19º.
Mientras tanto en el garaje del hotel descansaban el resto, que al día siguiente tenían que continuar la ruta.
1- En segunda posición quedó este Hudson Century de 1937
2- Enorme Bentley 4.5 Litre Tourer de 1927
Llegó el domingo
A las 7:30 h partían desde Pamplona, con el cansancio acumulado y las ganas de seguir gozando de la conducción y de los paisajes.
Pudimos fotografiarlos de nuevo entre las localidades navarras de Irurzun y Estella, ya con el asfalto seco y nulo tráfico en las carreteras elegidas por la organización.
Aún les quedaba pasar por las provincias de La Rioja, Soria y Guadalajara. Y a tenor de los comentarios de un amigo que se acercó a verlos entre Tardelcuende y Almazán, todos ellos iban con retraso con respecto al programa oficial.
Eso sí, salvo el Bentley 4.5 Litre con el dorsal 19, todos llegaron a Alcalá de Henares.
1- Más allá de las gotas, la elegancia de un Lagonda LG 45 de 1936
2- Coches imponentes. De porte majestuoso el Alvis Speed 25 de 1939
LOS TRES DEL PODIO |
El equipo vencedor fue el formado por Alastair Caldwell y Laurel Smith, a bordo de un precioso Alfa Romeo 8C SS Torpedino de 1938.
Además, sus 366 puntos de penalización marcaron una clara distancia con el segundo equipo clasificado, que era el de los holandeses Cornelis Willemse y Herman Schipper que acabaron con 500 puntos en su Hudson Century de 1937. Con sólo 14 puntos más, se adjudicaron la tercera plaza el luxemburgués Jean Steinhauser y la belga Anne Steinhauser-Collard, a los mandos de un elegante Bentley Derby 4.25 Litre de 1937. En definitiva, el Rallye París-Madrid se va consolidando, a pesar de que este año ha contado con menor inscripción que en 2013. Por cierto, la revista inglesa Octane es uno de los patrocinadores y seguro que en poco tiempo nos deleita con un amplio reportaje; mientras tanto, os dejamos con nuestro artículo sobre la fatídica París-Madrid original de 1903, la cual significó el final de las carreras disputadas entre grandes ciudades. |