Junto con el Aston Martin DB7, el Jaguar E-Type es el referente de la elegante deportividad inglesa. Un icono del diseño y la mecánica por el que millones de aficionados han suspirado durante décadas, ya sea en su versión coupé, cabrio o… fúnebre. Sí, has leído bien: su versión fúnebre. Pero tranquilo, aunque a muchos les gustaría darse su “último paseo” en una montura así, lo cierto es que Jaguar nunca le vio rentabilidad a una versión como ésta.
El modelo en cuestión fue ideado para la mítica película Harold & Maude, la cinta de 1971 en la que un joven obsesionado por la muerte y los métodos de suicidio conoce en un funeral a una alegre anciana amante del robo de coches. En su momento, la película recibió incomprensión y críticas por todos lados: casi nadie alcanzó a ver con la suficiente ironía lo atractivo de esta comedia negra firmada por el ganador de un Óscar Hal Asbhy.
Sin embargo, pasados más de 12 años la película empezó a gozar de un gran éxito comercial, llegando a ser hoy en día una auténtica cinta de culto. Y no sólo para los que somos seguidores del director gracias a obras como “Esta Tierra es mi Tierra” -en la que narra la vida de Woody Guthrie-, “El último deber” -con el genial papel de Jack Nicholson- o “Let’s Spend the Night Togheter” -documental con la gira de The Rolling Stones en el ’82-.
UN JAGUAR E PARA LA MUERTE
En la película, la madre del protagonista está harta de que su hijo conduzca un Cadillac fúnebre. Siendo una familia adinerada, rápidamente compra a su hijo un flamante Jaguar E-Type, coche éste bastante más apropiado para un joven aristócrata anglosajón. Sin embargo, nuestro tétrico protagonista enseguida hace de las suyas convirtiendo al Jaguar en un coche fúnebre.
El coche se preparó para la producción de la Paramount Records, acabando destrozado al ser arrojado por un acantilado en la escena final del film. Escena que, por cierto, tiene una evidente relación con otra película de culto: Quadrophenia. La película de 1979 con una escena final muy similar a la de Harold & Maude, en la que el joven y rebelde Jimmy despeña su Vespa por los acantilados de Brighton para poner así fin a su conflictiva vida Mod.
Tanto el tétrico Jaguar E-Type de Harold & Maude como la preciosa Vespa de Quadrophenia son símbolos de una obsesión juvenil que acaban arrojados al vacío por los protagonistas, los cuales escapan en ambos casos, y en el último momento, a una muerte anunciada al borde del precipicio.
LA RECONSTRUCCIÓN DE KEN ROBERTS
Ken Roberts es, junto a su mujer, un coleccionista de coches clásicos de Arizona. Pero no un coleccionista cualquiera: le encantan las réplicas de coches relacionados con el cine. De hecho, posee una réplica de Little Bastard: el Porsche 550 Spyder con el que perdió la vida James Dean. Y por lo que vemos… ése no es el único vehículo “tétrico” de su garaje.
Después de realizar una investigación a través de multitud de clubs de Jaguar, se percató de que no existía nadie que hubiera realizado una copia del Jaguar E-Type de Harold & Maude, por lo que decidió ser el primero. A partir de un E-Type cabrio comenzó su recreación, siendo la parte más compleja el techado posterior, el cual se obtuvo de un clásico japonés que, por su precio, Ken prefiere no desvelar. Según nos insinúa Ken la copia costó una generosa suma, pero se trata de un ejemplar único que revive al de la película hasta en sus más mínimos detalles.
Sin embargo, y según hemos podido ver en un listado de unidades de su colección, Ken Roberts también atesora un Jaguar E-Type cabrio mucho más adecuado para conducir bajo el cielo despejado de Arizona.