Concebida como uno de los puntos más oscuros en toda la historia europea, la Segunda Guerra Mundial supuso un punto y aparte en la línea cronológica del Viejo Continente. Así las cosas, su estallido no sólo contuvo incuestionables consecuencias políticas y demográficas sino también todo un punto y aparte en materia automovilística.
Algo bien visible en el actual coleccionismo de clásicos, donde el apartado “preguerra” aparece claramente distinguido de todo lo posterior a 1940 gracias a una enorme cantidad de elementos técnicos responsables de crear un conjunto bien diferenciado.
Algo a lo que contribuyó el salto adelante emprendido por el automovilismo justo después de la contienda. Un salto expresado en las carrocerías -integrándose los pasos de rueda como bien marcó el diseño Ponton a cargo de Mercedes-, los chasis -con la aparición paulatina de más y más modelos con monocasco tras la epifanía del Lambda en 1923- e incluso en la fabricación, donde marcas anteriormente cuasi artesanales iban adquiriendo las mañas propias de una moderna cadena de montaje.
Dicho esto, desde el Lancia Aurelia hasta el Alfa Romeo 1900 el inicio de una nueva etapa automovilística en Europa llegó a ser un hecho consumado. Un hecho al cual contribuyó el Jaguar XK120 presentado en 1948 al disfrutar -no sin adolecer en lo estético un evidente toque conservador- la posibilidad de lograr todo un éxito en ventas gracias a su mezcla de estilo, comportamiento tan dócil como deportivo y precio competitivo.
JAGUAR XK120, EL INICIO DE UNA NUEVA JAGUAR
Justo cuando escribimos estas líneas la industria del motor incluye en su agenda de polémicas la desatada por Jaguar con su nueva imagen corporativa. Claramente alejada de lo tradicionalmente asociado a la marca británica, ésta parece buscar un nuevo posicionamiento entre una clientela más diversa y global.
No obstante, a fin de redefinir postulados quizás sea mucho más interesante la objetividad de la mecánica que la vacuidad publicitaria. Un terreno donde el Jaguar XK120 fue revolucionario gracias a estrenar el bloque con seis cilindros en línea, cámaras semihemisféricas y doble árbol de levas desde el cual partieron las distintas motorizaciones de los C, D y E Type.
No sólo brillantes en su hoja de servicios comercial, sino también máximas protagonistas en lograr las hasta cinco victorias en Le Mans con las cuales Jaguar asentó plenamente su imagen durante los años cincuenta.
Asimismo -y aunque obviamente la trasera seguía dominada por un eje rígido- la inclusión de suspensiones con paralelo deformable y amortiguadores telescópicos mejoró sustancialmente tanto el comportamiento como el confort de marcha; una más entre las múltiples razones conducentes a observar la importancia del Jaguar XK120 en la transición hacia un automovilismo más eficiente y moderno justo después de la Segunda Guerra Mundial.
DEL TANTEO EN CASA AL ÉXITO EN LOS ESTADOS UNIDOS
Como hemos visto, tanto sobre el papel como sobre el asfalto el Jaguar XK120 interpretó un capítulo disruptivo capaz de asentar las bases técnicas y deportivas de la marca de cara a sus mejores años.
Eso sí, más allá de la brillantez en su planteamiento un automóvil también pasa a ser más o menos influyente gracias a su impacto comercial. Algo en lo cual nuestro protagonista resultó ser claramente revolucionario. Y es que, para empezar, la asimilación de nuevas y más eficientes técnicas de montaje hicieron del mismo un producto relativamente asequible en comparación con sus competidores directos.
Es más, hablando de modelos coetáneos dotados con un seis cilindros de nuevo cuño resulta imposible no tener en cuenta al Lancia Aurelia B20 GT con su excelente V6; un modelo sin duda alguna excepcional aunque, al mismo tiempo, capaz de superar en más del 50% la factura presentada por un Jaguar XK120 aun contando este último con toda la clase y refinamiento de un alta gama inglés.
Llegados a este punto, de la partida inicial fijada en unas 200 unidades -pensada para un simple tanteo del mercado- la producción de este modelo logró alargarse hasta 1961 sumando más de 12.000; la mayor parte de las mismas destinadas al mercado estadounidense, donde el XK120 no sólo abrió brecha a su marca sino también a múltiples deportivos ligeros entre los cuales listamos diseños de MG, Triumph o Porsche.
En fin, todo un éxito basado en equilibrar la tradición con la modernidad.