Miguel Sánchez
15 han sido los pilotos españoles con participación en el Campeonato Mundial de F1. Una historia que se remonta a 1951, cuando Paco Godia corrió en el Gran Premio de Suiza. Desde entonces, nuestra andadura como país estuvo jalonada con apariciones tan precarias como espaciadas. Algo a lo que puso fin la llegada de Fernando Alonso, lo cual incluso se vio en la facilidad con la que al fin podíamos ver las carreras en televisión. Y es que, hasta entonces, la afición a la F1 en nuestro país era tan escasa que apenas se le daba cobertura mediática.
Es por ello que, en España, cualquier esfuerzo para introducir una mayor cultura automovilística es un mérito a reseñar. Por ello nunca olvidaremos al recientemente fallecido Adrián Campos, pero tampoco la labor por promover las carreras de clásicos realizada por Joaquín Folch. Figura indiscutible dentro de los GP de F1 histórica, este piloto a los mandos de antiguos monoplazas de la categoría reina desde 1997 acaba de anunciar su retirada del FIA Historic Formula One Champioship.
Un anuncio que, sin embargo, no lo alejará de la competición, ya que sí seguirá apareciendo en clases como la GT o la Sport Prototipos. Vehículos en los que, como el mismo dijo hace años, las sensaciones son muy diferentes al tener la protección que dan el habitáculo y las ruedas cubiertas. No obstante, ahora es momento de mirar a un pasado que se abrió cuando en 1997 Joaquín Folch debutó a los mandos de un Williams FW08C en Dijon durante un GP del campeonato histórico de F1. La picadura que lo llevó a adquirir un Lotus con el que empezó a correr en la siguiente temporada.
JOAQUÍN FOLCH. UNA VIDA PEGADO A LOS CLÁSICOS
Aunque ha acabado siendo un referente para el automovilismo nacional, lo cierto es que Joaquim Folch empezó compitiendo en motos. De hecho, desde 1975 hasta 1988 su carrera deportiva se hizo sobre dos ruedas. Algo que cambió para introducirse poco a poco en los Sport Prototipos, los GT y la Formula Junior. Llegados a este punto, la adquisición de un Lotus hizo posible su inscripción en un campeonato donde se ha mantenido durante 22 años. Años en los que ha habido momentos tan brillantes como la victoria en el GP del Jarama 2004, la primera de sus subidas a lo alto del podium.
Durante su carrera, Joaquim Folch ha ido enlazando nombres de primera plana. Lanzado en este mundo por Clive Chapman y su equipo CTL, después vendría la función de mentor realizada por Simon Hadfield. E incluso la dirección de Bernie Ecclestone. De hecho, el coche que éste le ofreció es uno de los más simbólicos y recordados en la carrera de Folch. Y es que lo hemos visto muchas veces pilotando el Brabham BT49 diseñado por Gordon Murray con la limpia decoración azul y blanca de Parmalat.
Un monoplaza con el que Folch registró los mejores resultados medios de su carrera, poniendo fin a su relación con él tras la jubilación de Fredy Kumschick como director del equipo el pasado 2015. Tras esto, los últimos cuatro años se han dado en el equipo de Nick Padmore, siendo la participación en Spa 2019 su última carrera. Desde entonces todo quedó en suspenso. Como otras tantas cosas desde el inicio de la pandemia, siendo los comienzos de este 2021 el momento en que Joaquim Folch ha anunciado definitivamente su retirada del FIA Historic Formula One Champioship.
Así se pone fin a más de dos décadas ayudando a mejorar la cultura automovilística en España. Todo un referente a la hora de hacer lo mejor que se puede hacer con un clásico. Conducirlo y no condenarlo a ser una estática pieza de museo.
FOTOGRAFÍAS: UNAI ONA
