El pasado 30 de enero fallecía en Vitoria con 67 años una de las personas más queridas y apreciadas para los seguidores del Ford Mustang en nuestro país. Sólo una entre sus diversas dedicaciones. Siendo un hombre felizmente recordado por todos los amigos, familiares y convecinos de Miranda de Ebro con quienes hemos podido hablar. Y es que una de las características mejor marcadas en la vida de Julio Santamaría fue su carácter polifacético. Así las cosas, en primer lugar sus empeños profesionales fueron hacia la arquitectura.
Trabajo en el que destacó como una persona concienciada con la función de los edificios y el urbanismo. Atendiendo especialmente a las necesidades de las personas con movilidad reducida. Además, no sólo se enfocó en crear una arquitectura para el presente. Lejos de ello, también se interesó por el pasado rescatando la historia urbanística de Miranda de Ebro. De esta manera, Julio Santamaría dejó claro que sólo estudiando y custodiando lo que nos precede podemos pensar adecuadamente el futuro.
Una visión que también supo llevar al ámbito del automovilismo. Donde destacó como uno de los más activos miembros del Mustang Club. Llegados a este punto, muchos recordaréis a Julio Santamaría por su aparición en diversos reportajes para publicaciones como Motor Clásico, Auto Bild o, incluso, esta misma cabecera. En ese sentido, la presencia de Julio Santamaría fue una constante en las recurrentes cabalgadas Mustang. Siendo conocido y reconocido por el gremio de aficionados a este modelo gracias a su saber enciclopédico sobre el mismo.
Algo que llevó también a la mecánica, siendo una cara visible en la creación del Mustang Fastback ’65 Restomod. Laboriosa creación gestada durante años empezando en el 2002. Donde un grupo de amigos con Julio Santamaría entre ellos operó minuciosamente sobre un Mustang inspirándose en el Shelby 350 GT creado para la conquista del SCCA americano. Cinco años fueron necesarios para dotarle de inyección. Con un planteamiento restomod que, para tranquilidad de los más puristas, puede reverter las modificaciones a estado original con tan sólo unos días de taller.
Sin duda una verdadera virguería, la cual es y será una de las mayores contribuciones de Julio Santamaría al legado Mustang en nuestro país. Un hombre al que recordarán sus familiares y amigos junto a la afición por este modelo, siendo una gran pérdida para el panorama de clásicos en nuestro país. Desde aquí nuestro recuerdo y afecto por todos los que deja aquí.
Imágenes: Unai Ona / Mustang Club