La trayectoria de no pocos automóviles se puede dividir en, al menos, tres etapas. Una en la que es un modelo nuevo y adecuado al contexto tecnológico de la época. Otra en la que empieza a estar desfasado cayendo por tanto su cotización de forma abrumadora. Y en, tercer lugar, un periodo donde ya empieza a ser valorado como clásico o testigo nostálgico de una época pasada. Así las cosas, tras tantas décadas de automovilismo está claro que lo antiguo vende. Incluso si, como en el caso de hoy, se trata de un simple guiño a los tiempos pretéritos.
De hecho, esto lo saben muy bien fabricantes de primera línea desde BMW hasta Volkswagen. Ambas con incontestables éxitos de ventas gracias a los nuevos Mini y Beetle respectivamente. Además, Renault ya anunció hace meses la aparición de un nuevo eléctrico con guiños evidentes al R5. Y eso por no hablar de todo lo que hizo Peugeot con la campaña de imagen orquestada en torno al e-Legend. Claramente tributario a las líneas del 504 diseñado por Pininfarina.
Sólo algunos de los muchos ejemplos para entender cómo, en pleno siglo XXI, la nostalgia para con los modelos nacidos durante los años sesenta y setenta del pasado siglo puede generar una cifra de ventas al alza gracias a la distinción. Esa característica que, en el mundo del automóvil, es capaz de ser la última palabra en no pocas adquisiciones. Con todo ello, llama la atención comprobar el kit de carrocería ofertado en Japón por la empresa DAMD. Pensado para ser instalado sobre un escueto y urbano Suzuki Lapin a fin de asemejarse a un Renault 4.
APARIENCIA DE UN RENAULT 4 SOBRE UN SUZUKI
Y es que, al igual que aquel modelo francés que incluso llegó a ser ensamblado por Alfa Romeo en Italia, el Suzuki Lapin cuenta con unas líneas sobrias, prácticas y cuadradas. Gracias a ello, descontando el tiempo que ha pasado entre un diseño y otro sí es cierto que ambos guardan ciertas semejanzas básicas. Semejanzas que, gracias a los apliques ofertados, pueden convertir a este Kei Car nipón en un inesperado tributo oriental al clásico Renault 4.
Como podemos ver en las fotografías, el kit se centra en recrear la icónica parrilla Renault además de, en los laterales, imitar a los pilotos traseros con tres luces verticales. Todo ello rematado con los característicos plásticos del R4 situados en la parte inferior de sus laterales. Propios, especialmente, de sus últimas series antes de abandonar la cadena de producción tras haber vendido más de ocho millones de unidades. Y es que, con estas cifras, no es de extrañar que incluso le vengan homenajes imprevistos desde el lejano Japón. Porque sí, este kit Renault 4 para el Suzuki Lapin sólo se comercializa en aquel país.
Fotografías: DAMD / Suzuki