En el mundo del marketing la idea de que cualquier publicidad que consiga que se hable de producto habrá funcionado es un pensamiento que esté muy extendido, independientemente de que la opinión sea buena o mala. Por esta razón las agencias de este sector han hecho alguna que otra campaña un tanto arriesgada.
Este fue el caso de Fiat, que, en 1994, y con tal de dar un enfoque distinto a sus anuncios decidieron dar una vuelta de tuerca enviando cartas a sus potenciales clientes. Aunque esta idea parece a priori brillante, y más teniendo en cuenta lo ingeniosa que era la publicidad hace treinta años, todo esto terminó por convertirse en un desastre.
FIAT CINQUECENTO BUSCA ESPOSA
Retrocedemos en el tiempo pues tres décadas atrás, cuando a los ejecutivos de Fiat España pensaron que sería una buena estrategia enviar más de 50.000 cartas a distintas mujeres de toda España para dar a conocer el novedoso Fiat Cinquecento, pudiendo ser este cochecito el candidato perfecto para la movilidad urbana de muchas conductoras del país.
Aquel año acababa de salir al mercado el nuevo Fiat Cinquecento Sporting, una versión que demostró a muchos de sus propietarios que los trayectos por ciudad podían resultar muy divertidos. Así pues, con este producto con tanto potencial entre sus manos Fiat fijó como público objetivo a mujeres de entre 20 y 28 años.
El problema viene en el propio mensaje de estas cartas, además de la manera de enviarlas, puesto que estas eran anónimas y venían escritas en un papel rosa. Lejos de parecer la publicidad de un vehículo los buzones de toda España se llenaron de lo que parecían declaraciones de amor de un admirador secreto, o en el peor de los casos de un acosador, y decían lo siguiente.
Ayer nos volvimos a ver.
Nos cruzamos en la calle y noté que me mirabas con interés. Pero nuestra relación no pasa de esto y no quiero que siga así. Necesito conocerte y que me conozcas. ¿Quieres que tengamos una pequeña aventura? Sólo necesito estar contigo unos minutos y, aunque lo nuestro no funcione, te prometo que no podrás olvidar nuestra pequeña experiencia juntos.
Estas supuestas cartitas de amor sembraron el pánico entre muchas de las personas que las recibían, y una vez descubierto que todo se trataba de una campaña publicitaria de Fiat, y el consiguiente aluvión de críticas, la marca tuvo que pedir disculpas por esta ingeniosa, pero desastrosa, declaración de intenciones a todas sus pretendientas españolas.
Imágenes: Fiat