Renault Montecarlo
in

La «prehistoria» de los Copa, Turbo, Williams y Sport; el Renault 4CV R 1063

Resulta imposible dudar sobre la importancia que ha dado Renault a preparar de forma deportiva a todos y cada uno de sus modelos más compactos desde los años sesenta; algo que empezó con Gordini y Alpine aunque, a decir verdad, también puede rastrearse incluso un poco más atrás en el tiempo.

Una de las cuestiones más interesantes en relación al automovilismo histórico es poder descubrir hasta dónde se remonta el origen de ciertos vehículos hoy en día plenamente asentados. En este sentido hablar de compactos deportivos fabricados en gran serie es tanto como hablar de Renault. Una marca que, desde los años setenta, entendió a la perfección las posibilidades comerciales brindadas por las versiones más nerviosas de sus modelos relativos al segmento B.

Así las cosas, desde el 5 Alpine -llamado en España Copa en base al trofeo monomarca inaugurado con los R8 TS- hasta los Clio Sport pasando por los consabidos Supercinco GT Turbo o Clio Williams todos y cada uno de los compactos urbanos producidos por la casa del rombo han tenido no una sino varias versiones prestacionales.

Asimismo esto cuenta con un pasado aún más primitivo gracias al papel de Gordini y Alpine antes de ser absorbidas por Renault; la primera en 1969 tras trabajar como subsidiaria desde 1958 y la segunda en 1973 después de una larga colaboración tanto en Le Mans como en el WRC llegando a ganar con el A110 la primera edición del mismo.

No obstante, en el sótano de la hemeroteca siempre se puede bajar un escalón más. Razón por la cual situamos los inicios de la deportividad de Renault en formato compacto no en Alpine ni en Gordini sino en el R 1063 de 1951; una preparación del 4CV de la cual sólo se ensamblaron 80 unidades con la intención de posicionar a la marca dentro de las carreras relativas a los 750 cc.

1947, EL RENAULT 4 CV LLEGÓ PARA MOTORIZAR A LA FRANCIA LIBERADA

A raíz de la Segunda Guerra Mundial el parque móvil francés quedó seriamente dañado. Es más, hasta bien entrados los años cincuenta éste no recobró los niveles registrados a mediados de los años treinta. Un dato desolador capaz de poner en contexto sobre la gravedad de la situación, la cual requería de modelos sencillos y económicos tanto en su uso como en su fabricación.

Renault 4 CV 1 Millón

Llegados a este punto, mientras Citroën ponía en los concesionarios al 2 CV -una opción perfecta para la Francia rural gracias a su versatilidad sobre cualquier terreno- la recién nacionalizada Renault sacaba a la luz en 1947 su 4 CV.

También llamado 4/4 en base a la combinación de cuatro puertas y cuatro plazas éste cubría un ámbito más relativo a los turismo capaz de encandilar a las nuevas clases urbanas. Algo que cumplió sin problemas como demuestra el hecho de haber sido el primer automóvil francés en superar el millón de unidades producidas. Un éxito implantado también en España, donde la FASA de Valladolid empezó a ensamblarlo allá por 1954.

DE LO UTILITARIO A LO DEPORTIVO

En 1947 el automovilismo popular seguía estando en una situación comprometida. De hecho la propia evolución del Renault 4 CV estuvo marcada por el octanaje inestable de los combustibles, los cuales sufrieron una alteración evidente durante la contienda y la posguerra como pudo verse a niveles extremos en la España previa a los Pactos de Madrid firmados con Estados Unidos en 1953.

Dicho esto, la progresiva mejora en la calidad de la gasolina permitió establecer índices de compresión cada vez más exigentes en el motor con 760 cc inherente a las primeras series del Renault 4 CV. Es más, en 1950 una nueva versión del bloque “Billancourt” perforada hasta los 747 cc logró entregar 17 CV e incluso alcanzar poco después los 21 CV.

Cifras no muy impresionantes desde la atalaya de la actualidad aunque, a decir verdad, bastante prometedoras para la deportividad en pequeño formato pues, no en vano, mientras aquellos 747 cc permitían al Renault inscribirse en las carreras con clase 750 los tan sólo 620 kilos del conjunto -en estricto estado de serie- daban una adecuada ligereza. Ligereza que, además, se combinaba con la rigidez brindada por el chasis monocasco; dispuesto en el 4 CV incluso antes que en modelos mucho más preparados como el Alfa Romeo 1900 o el Fiat 1400.

1951, EL RENAULT 4CV R 1063 DA EL PISTOLETAZO DE SALIDA A LO “SPORT”

Recién estrenados los años cincuenta la situación financiera y comercial en Renault era estable. De hecho lo era tanto que la propia empresa empezó a tomarse en serio las posibilidades publicitarias brindadas por la competición diseñando para este fin una versión “sport” del 4 CV.

Bautizada con el código R 1063 ésta apareció en 1954 con una tirada de tan sólo 80 unidades de las cuales 14 quedaron en manos de la propia Renault para su uso en carreras bajo la enseña del equipo oficial. Una escuadra que, entre otras citas, estuvo presente con esta versión en la Mille Miglia, el Tour de France, la Lieja-Roma-Lieja, el Rallye de Montecarlo e incluso las 24 Horas de Le Mans.

Es más, su actuación en esta última durante su edición de 1951 fue todo un éxito no sólo logrando la victoria en su clase -750- sino incluso un llamativo puesto 22 en la general. General donde, recordemos, estaban presentes modelos tan prestacionales como los Ferrari 166 MM o 212 Export Touring Barchetta junto a otros no menos espectaculares como el Aston Martin DB2 o el Talbot-Lago T26 GS.

CAMBIOS SUTILES PERO MUY EFICACES

Lo hemos dicho muchas veces: existe un fetichismo por las cifras prestacionales sin tener en cuenta en qué base se han de insertar éstas. Así las cosas, aunque el motor del Renault 4 CV no daba demasiadas posibilidades en cuestión de mejora en conjunto no sólo estamos hablando de un coche rígido sino también ligero.

Conscientes de ello los técnicos de la marca francesa se pusieron manos a la obra con la mecánica del bloque “Billancourt” con 747 cc sustituyendo piezas de serie por otras especiales como unas bielas de aluminio, unos pistones con perfil curvado o un carburador de doble cuerpo con 35 mm.

Todo junto a cambios sustanciales en la bomba de combustible, las poleas o la correa posibilitando así una capacidad de giro mucho más alta que la presentada por las unidades de serie. Debido a ello la potencia ascendió hasta los 35 CV en los R 1063 vendidos a equipos privados e incluso 40 CV -algunas fuentes citan 43 CV- en los reservados para la escuadra de fábrica.

Renault 4 CV Barquette
Incluso se llegó a realizar esta «barquette» realmente llamativa

Si a esto se le añade un concienzudo aligeramiento -aun conservando elementos innecesarios para la competición como los asientos traseros, dando así muestras de la importancia dada por Renault al hecho de que éstas unidades fueran rápidamente relacionadas por el público con las disponibles en los concesionarios- capaz de de dejar al R 1063 en tan sólo 530 kilos tenemos a un automóvil sencillo, sí; pero también capaz de alcanzar los 160 km/h en la recta de las Hunaudières.

RENAULT 4CV R 1063, UN TESORO NACIONAL PARA EL AUTOMOVILISMO GALO

Capaz de ser uno de los modelos más exitosos en la clase 750 de su época, el Renault 4CV R 1063 es a día de hoy todo un icono para las personas más versadas en automovilismo francés. Y es que, no en vano, es lógico situar en el mismo los orígenes de algo tan conocido, prolífico y deseado como es la deportividad tan bien entendida y ejercida en Renault gracias a sus modelos más compactos.

No obstante al Renault 4CV R 1063 le ocurrió lo mismo que a otros tantos y tantos vehículos emblemáticos al no valorarse su importancia histórica hasta demasiado tarde; hasta que, como ocurre ahora, sólo quedan unos pocos supervivientes debido al descuido de unos e incluso la destrucción premeditada de otros; algo experimentado por la mayor parte de aquellas 14 unidades del equipo Renault. Eso sí, las conservadas hoy en día están perfectamente localizadas y custodiadas. Menos mal.

Imágenes: Renault

Foto del avatar

Escrito por Miguel Sánchez

A través de las noticias de La Escudería, viajaremos por las sinuosas carreteras de Maranello escuchando el rugido de los V12 italianos; recorreremos la Ruta66 en busca de la potencia de los grandes motores americanos; nos perderemos por las estrechas sendas inglesas rastreando la elegancia de sus deportivos; apuraremos la frenada en las curvas del Rally de Montecarlo e, incluso, nos llenaremos de polvo en algún garaje rescatando joyas perdidas.

Deja una respuesta

Suscríbete a la Newsletter

Una vez al mes en tu correo.

Muchas gracias! No olvides confirmar tu suscripción mediante el email que acabamos de enviarte.

Algo ha salido mal. Por favor, vuelve a intentarlo.

60.4kFans
2.1kFollowers
3.4kFollowers
3.9kFollowers