Si echamos un vistazo hacia atrás en el tiempo, podremos darnos cuenta de que, en realidad, el automóvil, técnicamente, ha evolucionado relativamente poco. Los motores, al menos de momento, queman combustible fósil igual que hace 80 años; sus “zapatos” son circunferencias de caucho -entre otras cosas- llenas de aire; los frenos mantienen el mismo sistema por rozamiento; se controlan por pedales y un mando circular para la dirección…
Técnicamente, son iguales, lo que ha evolucionado son los materiales, en como se aprovecha el combustible -mejora de la eficiencia- y en como se diseñan, apartados importantes y que, por supuesto, marcan la diferencia. Pero, donde el automóvil ha evolucionado realmente, ha sido en la tecnología incorporada, que se ha colocado a un nivel espectacular, tanto para lo bueno como para lo malo: coches capaces de frenar solos, otros que se aparcan por su cuenta, sistemas capaces de leer las señales y de avisarte que vas más rápido de lo permitido, conectividad con teléfonos móviles -que también ha evolucionado de forma abrumadora-…
Nos hemos acostumbrado a tener de todo en el coche y no nos hemos dado cuenta de que, actualmente, los coches son casi ordenadores rodantes, incluso podríamos considerarlos semi autónomos en según que condiciones y necesidades. Sin embargo, aunque haya cosas que parecen superactuales y modernas, en realidad, tienen más de 20 años, como el cierre centralizado con mando a distancia o, mejor aún, la tarjeta manos libres de Renault. ¿Sabéis cuando apareció la famosa tarjeta-llave que usa Renault en sus coches? Con el lanzamiento del Renault Laguna II en el año 2000.
LA APERTURA A DISTANCIA NO ES NUEVA EN RENAULT
Renault siempre se ha caracterizado por su capacidad para innovar de vez en cuando o, al menos, es famosa por experimentar con diferentes conceptos y diseños. No podemos olvidar el enorme éxito del Renault 5 en los años 70 y 80, o el descalabro del Renault Avantime más de 20 años después. El propio Renault Laguna II fue toda una innovación por los sistemas de seguridad y la capacidad de protección de su estructura, cosas que le valieron ser el primer automóvil de la historia en lograr cinco estrellas Euro NCAP. Desde entonces, la organización Euro NCAP ha marcado la pauta en lo que a seguridad en los automóviles se refiere.
La puesta en escena de la tarjeta inteligente en lugar de una llave convencional, supuso un avance importante y, por supuesto, una innovación que muchos copiaron a su manera -ninguno copió el formato tarjeta, pero sí las funcionalidades e incluso la firma de introducirla en el coche para ponerlo en marcha-. Un dispositivo que, hasta ese momento, nadie se llegó a plantear si era necesario pero que, actualmente, es imprescindible. Y no es la primera vez que Renault da un paso al frente en este apartado, pues el Renault Fuego de 1984 fue el primer automóvil de producción en ofrecer apertura a distancia.
Hasta la comercialización del Fuego, había que introducir el espadín de la llave en la cerradura para abrir el coche, pero Renault pensó que un mando a distancia podría ser más cómodo y sí, funcionó. Hoy no hay automóvil que se abra físicamente con la llave; a no ser que te hayas quedado sin pila en el mando, claro está. De hecho, quedarse sin pila es un problema, ¡hay coches que no se ponen en marcha si la llave no tiene pila!
LA TARJETA MANOS LIBRES DE RENAULT HIZO INNECESARIO EL MANDO A DISTANCIA
La tarjeta que se estrenó con el Renault Laguna II, fue un paso más allá en la simple acción de abrir el coche, pues dejó de ser necesario usar siquiera el mando a distancia. Con tener la llave en el bolsillo, el coche abriría las puertas al sujetar el tirador, incluso puede desbloquear las puertas con solo acercarnos al coche. Un avance que, actualmente, es casi imprescindible en un coche moderno y, por aquel entonces -recordar que hablamos del año 2000-, supuso todo un avance.
Como todos los avances, desarrollar el sistema no fue fácil y la inspiración es bastante curiosa: las llaves magnéticas de los hoteles. La idea fue cosa de Bernard Dumondel, jefe de producto del Laguna II, quien pensó en sustituir la tradicional llave física por una tarjeta sin contacto, como las mencionadas tarjetas magnéticas de los hoteles.
Según declaraciones desde la propia marca, “fue un reto tremendo que implicaba riesgos. Para comenzar, se realizaron más de 6.000 consultas a clientes acerca de sus hábitos y expectativas, a partir de aquí, se haría una hoja de ruta para desarrollar la nueva patente”. Incluso cuentan que hubo problemas con las luces de neón de los aparcamientos, que alteraban la señal de la tarjeta…
NO SOLO ERA COSA DE ABRIR EL COCHE, HABÍA MÁS FRENTES QUE SOLUCIONAR
Pero no fueron los únicos problemas. Por ejemplo, los inhibidores de señal que hay en lugares como las embajadas, afectaban a la señal de la tarjeta manos libres de Renault y no podía comunicarse con el coche. También tenían que lograr que la tarjeta no se chafara cuando se guardaba en el bolsillo trasero del pantalón -y te sentabas encima, obviamente- o que tuviera una gran estanqueidad, por si hubiera despistes y la tarjeta se fuera a la lavadora con el propio pantalón.
Una de las funcionalidades de la tarjeta de Renault, era la apertura de las puertas sin necesidad de hacer nada más que acercarte al coche, lo que conllevaba más problemas. Uno de ellos era que el coche se abriera o cerrara cuando no era necesario, como cuando el conductor estuviera cerca del coche, pero no se pretendía entrar al mismo.
Otro detalle interesante de la tarjeta manos libres de Renault, era la posibilidad de configurar hasta cuatro tarjetas para el mismo coche, lo que permitía que cada usuario del coche -los miembros de la familia, por ejemplo-, tuviera su propia tarjeta con sus ajustes de asiento, radio o climatización guardados y programados para aplicarse cuando se abriera el coche.
UN SISTEMA QUE TIENE MÁS DE 20 AÑOS
Uno de los apartados de los coches modernos más criticados, es el que tiene que ver con la tecnología y la electrónica, pero en realidad, no es algo de los coches modernos. La tarjeta manos libres de Renault tiene más de 20 años, es casi un “sistema electrónico clásico”. ¿Cómo será cuando cumpla 30 años? ¿Podremos considerar al Renault Laguna II como un clásico popular?
Los “futuros clásicos” serán muy diferentes a como los hemos entendido actualmente. Coches como el Renault Laguna II, con su tarjeta manos libres, nos permitirá abrir las puertas sin siquiera hacer nada, siempre y cuando, que también es importante, el sistema siga funcionando.