Buceando en publicaciones sobre la historia del diseño automovilístico es recurrente encontrar el término “Línea Florida”. Algo que se repite en vehículos presentados a lo largo de dos décadas por diversos fabricantes. En ese sentido, resulta obvio tirar del hilo hasta dar con el responsable de una corriente con ecos reconocibles en modelos tan diversos como el FIAT 1800 o el Peugeot 404. Una corriente en la que han navegado diversos diseñadores situados en la órbita de Pininfarina, y que el propio Battista Farina señaló repetidas veces como su favorita.
Así las cosas, todos los indicios apuntan a los Lancia Florida de 1955. Una serie de prototipos de enorme importancia en la historia del automovilismo. Tanta que, además de marcar la forma de las berlinas durante las dos décadas siguientes, dejó impronta más allá del Atlántico en modelos como el Lincoln Continental IV de 1961. Una berlina de lujo que toma del Lancia Florida la espaciosa apertura de puertas suicidas sin pilar central. Verdadero prodigio no sólo estético, sino especialmente técnico debido a la dificultad de dar rigidez a un chasis tan largo sin el común pilar B.
No obstante, en Lancia contaban con experiencia en esto de montar laterales de apertura diáfana. Y es que el Aprilia de 1937 ya presentó la novedad de contar con una carrocería autoportante, dotada de puertas suicidas y además sin pilar central. Ejemplo del tiempo en el que Lancia no sólo era una marca abanderada del mejor diseño italiano, sino también de las mejores innovaciones en materia de ingeniería. Un contexto en el que se enmarcan las cuatro unidades del Lancia Florida de 1955 y la única de la segunda serie correspondiente a 1957. Todas ellas verdaderos iconos de la influencia ejercida por Pininfarina en el diseño de la época.
LANCIA FLORIDA. PROTOTIPOS QUE MARCARON UNA ERA
Tras la Segunda Guerra Mundial, Lancia era un fabricante con miras al futuro. Prueba de ello fue el estreno en 1950 del Aurelia. Diseñado por el veterano Vittorio Jano, sus suspensiones independientes y su sistema transaxle fueron avances para la época. Todo ello propulsado por el nuevo motor V6 ideado en colaboración de Francesco de Virgilio. De hecho, el Aurelia fue el primer automóvil de serie en llevar un motor así. De la misma forma, su variante coupé lanzó el concepto de Gran Turismo tal y como lo entendemos hoy en día. Algo debido a un modelo tan exitoso dentro y fuera de las pistas como fue el B20 GT de 1951.
No obstante, la marca necesitaba dar un salto adelante en el segmento de las berlinas de lujo. Un sector que en el caso de los fabricantes italianos aún no estaba cubierto ya que la aparición del Maserati Quattroporte se retrasó hasta 1963. Para ello, Lancia y Pininfarina colaboraron en el desarrollo de varios prototipos conocidos como Lancia Florida I, los cuales se presentaron en el Salón de Turín de 1955. En primer lugar se construyó un coupé con el volante a la derecha, al cual siguieron tres berlinas con tan sólo una portando el puesto de conductor a la izquierda.
Amplio, de líneas fluidas y con una elegancia no exenta de ciertos guiños a la estética futurista y cromada llegada desde los Estados Unidos, el Lancia Florida I representaba un salto de gigante respecto al Aurelia. Su amplia superficie acristalada con un parabrisas panorámico envolvente. La gran parrilla en horizontal con los faros integrados. Las aletas traseras rematadas con los faros en cuña. La espectacular apertura de puertas hacia un amplio y luminoso interior no dividido por un pilar central… Todo en este coche, tanto en las berlinas como en el coupé, hacía ver que Pininfarina había hecho algo totalmente nuevo y revolucionario.
UN SALTO MÁS ALLÁ. EL LANCIA FLORIDA II
Desarrollados sobre chasis alargados procedentes del Aurelia, los Lancia Florida tuvieron un enorme impacto siendo además prototipos plenamente operativos gracias a sus motores V6 de 2.266cc y 87CV. Sin embargo, aún faltaba otro paso más para adecuar a la calle la revolución estética emprendida por Lancia y Pininfarina en 1955. Una revolución que interesó a prácticamente todo el automovilismo europeo, comenzando lo que se llamó “Línea Florida”. Ni más ni menos que el reconocimiento de las lineas de nuestro protagonista como inspiradoras para el Lancia Flaminia, pero también para otros modelos como el Peugeot 404, los FIAT 1800/2100/2300 e incluso el primer 2+2 de Ferrari. El 250 GT/E de 1960.
En este contexto, e intentando hacer más propios de un coche de serie que de un prototipo algunos detalles del Lancia Florida I, Pininfarina presentó en 1957 el Florida II. Un original concepto de coche de cuatro puertas -con apertura suicida- pero apariencia de coupé que llegó a ser el diseño favorito de Battista Farina. De hecho, él mismo decía que el Lancia Florida II resultaba el “mejor coche para ir al cielo”. Algo que se supone lo debía creer de verdad, ya que utilizó recurrentemente este prototipo como vehículo de uso personal hasta su muerte en 1966.
Anécdotas aparte, lo cierto es que el Lancia Florida II fue la base perfecta para el lanzamiento ese mismo año del Flaminia. El coche que se benefició más y mejor de toda la senda abierta por los prototipos Florida, tomando de la segunda serie del mismo un frontal más convencional que el propuesto en 1955. No obstante, lo cierto es que el avance que Pininfarina realizó con la primera serie de los Florida ha quedado para la historia como uno de los grandes hitos del diseño automovilístico. Un prototipo referencial cuyos ecos se perciben en multitud de modelos de los años cincuenta y sesenta.
Fotografías: Lopresto Collection / Lancia / FIAT / Ferrari / Peugeot / Pininfarina / Ford