Lancia Y10 Acabado Superior
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Lancia Y10: raíces y evolución mecánica de un segmento A nacido clásico

Protagonista de un carácter más pausado que el de su antecesor el A112, el Autobianchi/Lancia Y10 es un pequeño utilitario del segmento A que gracias a sus acabados, estilo y diferentes versiones especiales cuenta con todos los méritos necesarios para ser considerado un clásico de lo más interesante entre los aficionados al automovilismo italiano.

Corría 1987 cuando Renault lanzó la versión Baccara del Supercinco. Basada en aplicar los acabados inherentes a una berlina de alta gama en el habitáculo de un utilitario popular, ésta contó con cómodos asientos de piel, aire acondicionado, elevalunas eléctrico, llantas de diseño propio e incluso un cómodo portatrajes instalado bajo la bandeja del maletero.

Es más, a fin de hacernos una idea sobre la calidad del conjunto tan sólo diremos cómo el cuero utilizado venía firmado por la Connolly Leather Limited; a la sazón proveedora de Rolls-Royce, Jaguar, Daimler o Ferrari entre otras marcas de reconocido prestigio. Todo ello con una factura similar a la del prestacional y deportivo GT Turbo para ser, hoy en día, un modelo codiciado por las colecciones más dadas a las versiones especiales y exclusivas.

Asimismo, con aquel Supercinco Baccara la casa del rombo ponía en los concesionarios la posibilidad de conjugar lujo con base popular creando así una opción ideal para quienes buscasen un segundo coche urbano con todas las comodidades del principal y reservado a los grandes viajes por autopista.

No obstante, puestos a ser sinceros aquel concepto tan seductor como heterodoxo no fue una invención de Renault. Lejos de ello el Grupo Fiat ya había puesto en circulación el Autobianchi A112 allá por 1969; una respuesta transalpina al Mini que, a la postre, sirvió de antecedente claro para el Autobianchi/Lancia Y10 de 1985. Un pequeño utilitario basado en la plataforma del Panda y que, hoy en día, se alza como una pequeña delicia para entendidos no exenta de debate entre la afición a la historia de Lancia.

AUTOBIANCHI BAJO EL DOMINIO DE LANCIA

Fundada en 1955 con capital aportado por Pirelli, Fiat y Bianchi -la cual venía fabricando tanto bicicletas como motocicletas desde 1885-, Autobianchi fue una marca breve aunque no por ello carente de interés. De hecho su carácter innovador -el propio Grupo Fiat reservó para su gama los diseños más experimentales a modo de ensayo comercial- propició la aparición de modelos tan disruptivos como el Primula.

En perspectiva uno de los automóviles más influyentes de todo el siglo XX, avanzando lo que años después habría de ser el esquema dominante -tracción delantera con el motor en transversal– dentro de una Fiat apegada hasta los avanzados años setenta a la propulsión trasera incluso en sus modelos más compactos y populares.

Con todo ello, no resulta extraño ver cómo cuando en 1969 el Grupo Fiat absorbió Lancia -junto a Ferrari, en una operación orquestada por el gobierno italiano a fin de alejar a ambas de la esfera de Ford- la dirección de los Agnelli puso al frente de Autobianchi a los responsables de la otrora marca independiente desde su fundación en 1906. Y es que, al fin y al cabo, la propia Lancia tenía como seña de identidad tanto el diseño elegante como la innovación técnica en sus vehículos.

1969, APARECE EL AUTOBIANCHI A112

Bajo este contexto la aparición en 1969 del Autobianchi A112 no sólo fue una reivindicación propia para ciertos directivos sino también la alternativa italiana al ya mítico Mini diseñado por Alec Issigonis. Asimismo, con su peso ligero -690 kilos- y su motor de 903 cc y 44 CV sirvió de base perfecta para la primera puesta a punto firmada por Abarth tras su integración en el Grupo Fiat allá por 1971: el A112 Abarth con 982 cc y 58 CV a 6.600 rpm.

Un modelo realmente exitoso tanto en sensaciones como en ventas, firmando en torno al 10% de las mismas dentro de todas las series relativas al A112 durante sus quince años en producción. Es más, ya en su tercera y última serie llegó hasta los 1.059 cc para rendir así hasta 70 CV. Una delicia en formato pequeño con la cual la cantera local de pilotos en formación pudo no sólo curtirse -algunos de ellos acabarían en el WRC- sino también enfrentarse a los manidos Mini Cooper.

Dicho esto -y yendo a ámbitos más comerciales- el Autobianchi también interpretó una lucrativa historia comercial gracias a las más de 1.300.000 unidades vendidas sumando todas sus series y versiones; dicho sea de paso, con un carácter ágil e incluso en el caso de las motorizaciones más sencillas. En fin, un modelo urbano a respetar y tener en cuenta del cual tomó el relevo en 1985 el más sobrio y sereno Autobianchi/Lancia Y10.

1985, AUTOBIANCHI Y10 O LANCIA Y10 SEGÚN EL CASO

Si hoy en día Autobianchi sigue siendo una referencia para la afición más entendida ésto no era muy diferente hace unos cuarenta años. Al menos fuera de Italia, donde la buena imagen heredara del A112 condicionó la denominación comercial Autobianchi Y10 mientras en el resto de Europa el nuevo utilitario urbano del Grupo Fiat se vendió bajo el paraguas de Lancia.

Lancia Y10 4WD
4WD

Algo para nada casual pues, a fin de cuentas, los acabados cuidados y elegantes usados por el nuevo modelo a fin de diferenciarse frente a una nutrida competencia conectaban plenamente con la identidad corporativa de Lancia. En ese sentido, el Autobianchi Y10 -al cual llamaremos a partir de ahora Lancia Y10 pues a fin de cuentas no estamos en Italia- no sólo iba a contar con detalles “premium” en el exterior -cromados y líneas elegantes- sino también en el interior -con opciones como la tapicería alcántara o un salpicadero bien trabajado en su apariencia-.

Eso sí, en referencia a la base empleada el Grupo Fiat decidió ahorrar costes escogiendo para ello la del Panda. Punto de partida sobre el cual, recortando la batalla en unos 10 centímetros, el equipo de diseño ideó unas líneas austeras donde el gran portón trasero en negro mate no sólo daba un excelente acceso al espacio de carga sino también una gran personalidad al conjunto marcado en 775 kilos.

MOTOR FIRE, EL BÁSICO DE LA GAMA

Gracias a su consumo reducido así como la eficaz curva de par rendida a pesar de sus escuetas cilindradas la familia de motores FIRE es uno de los grandes hitos en la historia del Grupo Fiat. Además su innovación no fue sólo aplicada al rendimiento sino también a la forma y manera en la cual eran producidos al ser totalmente ensamblados por robots.

Lancia Y10 Portón
Turbo

De hecho la denominación FIRE no tiene nada que ver con una hipotética alusión al fuego de la combustión; lejos de ello responde a Fully Integrated Robotized Engine. Así las cosas cuando en 1985 vio la luz esta nueva saga de motores el Lancia Y10 fue uno de los primeros vehículos en portarla usando para ello la versión con 999 cc ajustada a 47 CV con un consumo de 4.8 litros cada cien kilómetros en ciclo combinado.

Dicho esto, a decir verdad el Lancia Y10 no heredaba el nervio del A112 incluso teniendo cifras de potencia similares en lo referido a las versiones más básicas. Sin embargo la apuesta por los acabados, el confort y la eficacia en el consumo llegaba a nuevas y sorprendentes cotas para lo visto en el segmento A. En suma: el Lancia Y10 no pretendía ser el coche único para nadie, sino el segundo y más urbano entre familias con posibles financieros.

LANCIA Y10 TURBO, VERSIONES ESPECIALES PARA UNA MAYOR DIFERENCIACIÓN

Más allá de su planteamiento base el Lancia Y10 tuvo una serie de versiones especiales capaces de diferenciar su gama al alza respecto a la de las propuestas presentadas desde Renault, Citroën y otros fabricantes generalistas. Asimismo, éstas representan hoy en día el grueso de las opciones más interesantes si estamos viendo a este utilitario de los años ochenta como nuestro nuevo clásico.

Lancia Y10 Selectronic
Selectronic

En este sentido el Lancia Y10 Turbo de 1985 representa una excelente opción si se quiere adquirir una versión “vitaminada” de un pequeño y ligero coche urbano. Definido por su motor con turbocompresor dotado de intercooler éste montó un carburador Weber de dos dos cuerpos para rendir hasta 86 CV a 5.500 rpm con una elasticidad opuesta a la brusquedad en la respuesta esperada por algunos.

Además las suspensiones con tirantes oblicuos en combinación con la barra estabilizadora y los amortiguadores hidráulicos aseguran un buen paso por curva aún subiendo el peso hasta los 860 kilos con el depósito lleno. En conjunto una apuesta ganadora capaz de hacer olvidar la magnífica sombra ejercida por el A112 Abarth.

GT, 4WD Y SELECTRONIC; UNA GAMA DE LO MÁS COMPLETA

Siguiendo con las versiones especiales en 1989 la Turbo dejó pasar a la GT i.e. Acrecentada en su cilindrada hasta los 1.3 rendidos por la versión respectiva del motor FIRE, ésta prescindió del turbocompresor para ser estrictamente atmosférica dejándose así 11 CV por el camino.

No obstante aquello fue algo lógico e incluso deseable pues, a fin de cuentas, el Lancia Y10 Turbo adolecía el hecho de montar una mecánica capaz de poner en entredicho al chasis. Asimismo la respuesta del acelerador se hace más progresiva, mucho más adecuada a una conducción urbana más allá de ocasionales y ociosos devaneos por carreteras de montaña. Por cierto, todo ello -al fin- con inyección electrónica en vez de carburación.

Dicho esto, tres años antes la gama de nuestro protagonista ya había estrenado la versión 4WD. Una especie de alternativa elegante y lujosa al Panda con tracción total. Propulsada por el motor FIRE con 999 cc ésta ofrecía la posibilidad de desconectar a capricho la tracción total haciendo de su uso algo muy adecuado para quien deseara moverse con estilo sobre superficies nevadas.

Por último el Lancia Y10 Selectronic de 1991 vino a redondear una gama realmente completa al acoplar un cambio automático al motor FIRE con 1.108 cc capaz de llegar hasta los 57 CV; una opción perfecta para quienes no desearan manejar constantemente el embrague en medio del atestado tráfico urbano. En fin, algo muy similar a lo que ya ofreciera el semiautomático 850 Idromatic.

DEBATE, ¿ES EL LANCIA Y10 UN AUTÉNTICO LANCIA?

Llegados a este punto cabe mencionar, a modo de polémica para coleccionistas, el debate suscitado especialmente en algunos ámbitos británicos e italianos sobre el carácter inherente al Lancia Y10. Y es que, ya sea por su denominación -a veces Autobianchi a veces Lancia- o por el uso constante de los motores FIRE, ciertos redactores y especialistas son reacios a considerar el diseño de este utilitario como el de un auténtico Lancia.

Pues bien, a este lado del teclado no podemos estar más en desacuerdo aun comprendiendo las razones objetivas de nuestros compañeros plumillas, obreros de la palabra, juntaletras de la publicación diaria.

Y es que, incluso con su origen difuso continuado la vía abierta por el A112 el Y10 suma varias de las mejores cualidades vistas en toda la historia de Lancia. A saber: estilo y elegancia -esto es obvio pues pocos modelos como éste han llevado los acabados “premium” al segmento más modesto del automovilismo moderno-, innovación técnica -atreverse con la turbocompresión, la tracción 4WD el cambio automático en un pequeño vehículo urbano son muestras evidentes de ella- y capacidad para sobrevivir al tiempo. Porque, realmente, el Lancia Y10 es un clásico por derecho propio.

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Escrito por Miguel Sánchez

A través de las noticias de La Escudería, viajaremos por las sinuosas carreteras de Maranello escuchando el rugido de los V12 italianos; recorreremos la Ruta66 en busca de la potencia de los grandes motores americanos; nos perderemos por las estrechas sendas inglesas rastreando la elegancia de sus deportivos; apuraremos la frenada en las curvas del Rally de Montecarlo e, incluso, nos llenaremos de polvo en algún garaje rescatando joyas perdidas.

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