Mazda MX-5 Barchetta
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Las barchetta del Mazda MX-5, del Monoposto a las modificaciones de Xenex

De todos los modelos actuales posiblemente el Miata sea el que mejor se pueda adaptar a una conversión a barchetta; algo con lo que incluso llegó a coquetear la propia marca a través de dos prototipos.

En un sentido puramente deportivo la carrocería barchetta es, sin lugar a dudas, una de las muestras más refinadas en lo referido a cómo vestir un automóvil de competición. Popularizadas después de la II Guerra Mundial, éstas toman su nombre del parecido evidente para con el cuerpo de las pequeñas y rápidas embarcaciones utilizadas para el ocio en la costa italiana.

Todo ello para mayor gloria de la industria italiana, responsable de llevar este concepto más lejos que ninguna otra al aplicarlo no sólo a deportivos de competición o alta gama sino -y esto resulta especialmente elogiable- a multitud de creaciones únicas realizadas sobre la base de modelos populares tanto en chasis como en mecánica.

Mazda MX-5 Barchetta

Algo, a la postre, ejemplificado a la perfección por los abundantes “etceterini” de los años 50. No obstante, llevando un sentido más comercial resulta evidente comprobar cómo los descapotables ingleses -en un contexto no unido a la bandera a cuadros- también ofrecieron una experiencia de conducción muy unida al asfalto, con las sensaciones a flor de piel, gracias a la ligereza de pequeños modelos como el Lotus Elan S2.

Justo el vehículo que, décadas después, serviría a Mazda como inspiración de cara a crear el MX-5. Un diseño a cuenta de una marca nipona, cierto; pero al mismo tiempo tan unido a la definición británica de “roadster que, como ya hemos indicado en otras ocasiones, bien puede considerarse el mejor “roadster británico” de todos los tiempos o, al menos, sin duda el más y mejor vendido en el Reino Unido. Ahora, dicho esto… ¿Qué tienen que ver el Mazda MX-5 y las barchettas?

DEL MIATA MONOPOSTO A LOS PROYECTOS PARTICULARES

Por su ligereza y carácter escueto en tamaño y peso el Mazda MX-5 siempre ha sido un candidato perfecto para su conversión a barchetta. Algo en base algo irracional -el Miata ya cuenta con buenas credenciales deportivas de por sí aunque, realmente, bastante tentador cuando hablamos no sólo de crear un automóvil original en su aspecto sino también plenamente conectado con el pilotar a cielo abierto con el viento en la cara y el asfalto a unos palmos.

Así las cosas, en 1995 la propia Mazda sorprendió al panorama automovilístico con la presentación del prototipo Speedster. Bastante realista para haber llegado a ser producido en serie -ahí está el cuidado estudio de los parabrisas para demostrarlo-, éste representó la posibilidad de plantar en los concesionarios un Miata realmente original.

Asimismo, cinco años más tarde la casa japonesa redobló la apuesta lanzando el ejercicio de diseño Monoposto. Un giro de tuerca sobre el concepto barchetta del Speedster radicalizado gracias a una carrocería aerodinámica en la cual sólo se abría el pequeño hueco necesario para incorporar el puesto de conducción. Sinceramente, un diseño fascinante del cual Ferrari se ha hecho eco con la presentación del Monza SP1.

De todos modos -y a pesar de haber presentado en el SEMA del pasado 2015 un Speedster biplaza bastante llamativo- Mazda no llevó a serie ninguno de estos diseños; posiblemente un error más en lo referido a imagen de marcas que a ventas pues, tal y como hemos visto recientemente, desde Ferrari hasta Aston Martin son varias las marcas responsables de recuperar las barchettas en un guiño a su historia más clásica.

MIATA BARCHETTA XENEX, LA MEJOR OPCIÓN EN EL MERCADO

Más allá de preparaciones individuales -en este sentido se ha visto de todo en relación al MX-5 especialmente en el caso de su fervorosa afición británica-, del Miata se puede conseguir hoy en día una versión barchetta gracias a la empresa estadounidense Xenex.

Especializada en trabajar sobre la base del biplaza japonés, ésta se ha hecho famosa entre los seguidores del modelo gracias a sus kits mecánicos con los cuales llegar hasta los 200 CV -gracias a la turbocompresión- e incluso los 350 CV -sustituyendo el bloque de 1.6 litros por un V8 en lo que, a nuestro juicio, supone desvirtuar de manera absoluta tanto el concepto original del Elan como su traducción a la base del MX-5-.

No obstante, desde el punto de vista visual su mayor mérito está en las carrocerías barchetta capaces de ofrecer una encantadora radicalidad en contacto con la carretera. Todo ello con las necesarias adaptaciones en el chasis, siempre necesitado de refuerzos cuando hablamos de quitar cualquier tipo de techo.

Por cierto, desde el nuevo ajuste de las suspensiones hasta los pasos de rueda ensanchados todo en las unidades a cuenta de Xenex nos invita a pensar en que éstas bien podrían ser el Miata barchetta definitivo. Esperemos que dentro de poco alguien se anime a traer una de ellas por los lares ibéricos; sería excepcional realizar una prueba a fondo.

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Escrito por Miguel Sánchez

Ya son casi siete años escribiendo en La Escudería; un tiempo en el que hemos analizado el mercado de clásicos, investigado rarezas e intentado comprender no pocos aspectos técnicos.

Seguiré a este lado del teclado si usted permanece atento al otro lado de la pantalla.

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