Hablar de Henry Ford puede dar material suficiente para completar un libro. Con tal de resumir hemos decidido elaborar esta lista sobre algunas curiosidades sobre la vida de esta importante figura de la industria del motor, hablando también de las luces y sombras a lo largo de su carrera.
SU PRIMER COCHE
Antes de dedicarse al mundo del automóvil como forma de negocio, Henry Ford construyó uno de los primeros coches que circularon por Estados Unidos en 1896, el cuadriciclo Ford. A lo largo de los años se le fueron haciendo mejoras hasta que en 1903 vendió el coche para volver a comprarlo un año después por un precio más barato. A día de hoy se encuentra en el museo de Henry Ford en Michigan.
UNA ÍNTIMA AMISTAD CON THOMAS EDISON
El hombre que inventó la bombilla y el gramófono fue el jefe de Henry Ford durante años. Ford consiguió ser el ingeniero jefe de operaciones de la compañía de Edison, pese a que éste no había cursado estudios de ingeniería. Fueron grandes amigos hasta el final de sus vidas, y el primer Ford A de 1928 le fue entregado a Edison como muestra de esa amistad.
LA PRIMERA COMPAÑÍA DE COCHES FRACASÓ
En 1899 fundó la Detroit Automobile Company, convirtiéndose en la primera empresa en la fabricación de coches en instalarse en la que se convertiría la capital del automóvil norteamericano. Las pérdidas económicas fueron cuantiosas y tan solo se hicieron veinte coches hasta que la compañía cerró en 1901.
SU SEGUNDA EMPRESA SE CONVIRTIÓ EN CADILLAC
En 1901 funda junto a dos socios la Henry Ford Company. Durante este tiempo Henry Ford dedica demasiado tiempo a construir su coche de carreras llamado el Ford 999. Ford terminó dejando su propia compañía y los socios la renombraron como Cadillac, con su primer coche, el Modelo A, siendo prácticamente idéntico al coche homónimo que Ford presentó en 1903.
HUBO DOS FORD MODELO A
Finalmente, a la tercera fue la vencida, y en 1903 se establece la Ford Motor Company, que sería la empresa que proliferaría y que produciría coches en cifras millonarias. El primer modelo comercializado bajo esta marca fue el Ford Modelo A, nombre que 25 años después recuperarían para el automóvil que vino a sustituir al Ford Modelo T.
UN COCHE ELÉCTRICO PARA LAS MASAS
La gran ambición que Henry Ford consiguió hacer realidad era la de dar un coche económico para el público general. Dada su amistad con Thomas Edison y sus conocimientos en la materia de electricidad ambos trabajaron en el desarrollo de un coche eléctrico basado en el Ford T que iba a ser muy asequible pero que nunca salió a la venta.
SE INSPIRÓ EN LOS MATADEROS PARA CONSTRUIR EL FORD T
La fabricación de automóviles era hasta antes de la llegada del Ford T un proceso casi artesanal en la gran mayoría de los casos. Al parecer Henry Ford se fijó en un matadero en la manera en la que cada uno de los empleados cortaba una parte del animal que le era asignada. Ford decidió aplicar estos mismos principios a la cadena de montaje de su automóvil y el resto es historia.
INVENTÓ LOS FINES DE SEMANA
Más que inventarlos ayudó a popularizarlos, cabe recordar que por aquella época las condiciones de los trabajadores solían ser nefastas y más que precarias. En un inicio las condiciones en las fábricas de Ford eran francamente buenas, y el motivo por el que daba dos días de descanso a sus empleados era para darles un buen motivo para que comprasen un automóvil y sacasen así el máximo partido a su fin de semana.
UN RÉCORD DE PRODUCCIÓN HISTÓRICO
Del Ford Modelo T se fabricaron 15.007.034 unidades entre 1908 y 1927, aunque cabe mencionar que no sería hacia alrededor de 1912 cuando la producción del T comienza a despuntar gracias a las virtudes de la cadena de montaje. El récord del automóvil más vendido de la historia se mantendría en pie hasta 1972 cuando fue superado por el Volkswagen Escarabajo.
UN FORD T PARA EL AIRE
Henry Ford no fabricó ningún coche volador, pero era un gran admirador del por entonces novedoso mundo de la aviación. Una vez demostrado que se podía democratizar el automóvil su siguiente idea era la de fabricar un avión que estuviese al alcance de todo el mundo. En 1926 presentó el Ford Flivver, un pequeño aeroplano cuya producción en masa no se llevó a cabo tras un fatal accidente en 1928 en el que nunca se encontró al avión ni al piloto.
NO CREÍA EN LOS FRENOS HIDRAÚLICOS
Desde que Duesenberg introdujo los frenos hidráulicos a principios de la década de 1920, muchos fabricantes decidieron emplear esta tecnología más avanzada por las múltiples ventajas que suponía. Ford fue uno de los pocos que se negó a implementarlos en sus coches, alargando todo lo que pudo el uso de frenos mecánicos.
POPULARIZÓ LAS PICKUP
Si bien no inventó las camionetas, pues muchos carroceros y propietarios hacían estas transformaciones, fue el primero en producirlas en serie a partir de 1925, cuando el Ford T estaba llegando al final de su vida comercial. Inicialmente la parte de carga se vendía como un accesorio que se tenía que recoger en los concesionarios, de ahí el término “pick up”, que significa recoger en inglés.
EXTENDIÓ LA POPULARIDAD DE LOS V8
Desde mediados de los años 20 Chevrolet le había arrebatado la hegemonía en ventas a Ford gracias a sus fiables y asequibles motores de seis cilindros. Henry Ford desestimó los consejos de su hijo Edsel para modernizarse, pero para los años 30 logró lo que nadie había conseguido hasta entonces, acercar el motor V8 a las masas, ganándose en el proceso la admiración de los forajidos Bonnie y Clyde, que le mandaron una carta al empresario como agradecimiento por crear el coche idóneo para cometer fechorías y salir airoso.
DESARROLLÓ UN COCHE HECHO A PARTIR DEL CANNABIS
Con el estallido de la II Guerra Mundial las materias primas necesarias para la fabricación de coches empezaron a escasear. Por esta razón Henry Ford presentó en 1941 un coche con una carrocería de un material plástico muy resistente fabricada a partir de soja y cáñamo y que funcionaba con etanol extraído de esta última planta.