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Las múltiples vidas del Opel Kadett E

El Opel Kadett E fue un gran coche, un modelo que dejó una gran huella en sus propietarios y que ahora, está cada día más buscado como coche de colección y como vehículo clásico, pues, no nos olvidemos, el Kadett tiene ya más de 30 años. Sin embargo, hay cosas que no siempre se conocen, aunque el coche fuera un éxito de ventas en su día. Cosas como las múltiples vidas que tuvo el modelo. No solo se vendió bajo el emblema de Chevrolet, sino también de Daewoo e incluso de Pontiac. ¿Lo sabías?

Opel Kadett. Con sólo ver o escuchar esta denominación a muchos les vendrán a la mente unas siglas que, a día de hoy, son míticas: GSi. Tres sencillas letras que dieron nombre a las versiones más prestacionales del Kadett, con una mención muy especial para el Kadett E, la generación del compacto alemán lanzada al mercado allá en el ya lejano 1984. Pero no es del GSi del que vamos a hablar en esta ocasión, sino del Opel Kadett E, la última interacción del modelo alemán, el cual fue reemplazado en los 90 el Opel Astra. Denominación, por cierto, que ya se empleaba en Reino Unido desde hacía algunos años, concretamente desde el lanzamiento del Opel Kadett D, que en tierras británicas se comercializó como Vauxhall Astra.

Por entonces, General Motors dirigía firmemente los mandos y no había ningún atisbo de lo que acabaría ocurriendo 30 años después. Los americanos se hicieron con el control de Opel en 1929 y nada tenía que ver con Vauxhall, marca que General Motors había adquirido en 1907. Hubo que esperar hasta la década de los 70 para que Vauxhall comenzar a vender modelos Opel remarcados, habiendo convivido ambas marcas en el mercado anteriormente. A partir de 1970, Opel desapareció de Reino Unido, dejando a Vauxhall todo el trabajo. Un movimiento lógico. Pues Vauxhall tenía mucho más arraigo en tierras británicas que Opel y de esta forma se evitaba una competencia entre marcas innecesaria y un gran ahorro de costes.

Cuando se lanzó el Opel Kadett D, en Reino Unido se puso en circulación como Vauxhall Astra II, aunque era básicamente el mismo coche. Tuvo un éxito tremendo. Llamando la atención desde el primer momento por su diseño, que presumía de una muy buena aerodinámica. Sin embargo, bajo su nueva apariencia se habían mantenido las mismas suspensiones, los mismos frenos y la misma dirección, entre otras cosas menores, del anterior Kadett D, aunque, obviamente, convenientemente revisados y modificados.

Opel Kadett

Este nuevo Kadett gustó tanto, que fue galardonado con el premio “Coche del año en Europa 1985”. Un premio que caía, por primera vez, en manos de General Motor habiendo estado muy cerca de conseguirlo en anteriores ocasiones. Como con el Kadett D. Que fue superado por el Lancia Delta y o el Ascona. El cual perdió ante el Renault 19. De todas formas, hay que reconocer que este galardón tiene mucho de marketing. Pues no se tiene en cuenta la vida comercial del modelo (ventas, averías, como soporta el paso del tiempo…) y por eso es fácil encontrar vehículos que han sido un fiasco, luciendo orgullosos el premio de “Mejor coche del año”. Pero, como ocurre a veces (muchas, de hecho), con el Kadett E acertaron, pues resultó un coche fiable y, además, un auténtico éxito de ventas con 3.779.289 unidades vendidas en todo el mundo.

Los otros Opel Kadett

Decir “en todo el mundo” no es una forma de hablar. En realidad, el Opel Kadett se comercializó, casi, en todo el mundo. Pero no como Opel Kadett, sino bajo el logotipo de otros fabricante. General Motors, no lo olvidemos, es y era un conglomerado industrial que controlaba (y controla) una gran cantidad de marcas y tiene acuerdos de colaboración con otras tantas. Así que aprovechó esa situación para expandir la comercialización del Kadett a otras regiones. Principalmente a Las Américas. Donde se vendió bajo dos marcas diferentes y ninguna era Opel. Y en Corea del Sur, de donde se llevó a otras regiones y, nuevamente, en ninguna lucía el emblema del rayo.

Si exceptuamos el Vauxhall Astra II, el primer gemelo en aparecer lo hizo en tierras asiáticas. En Corea del sur más concretamente. Allí, en 1986, se inició la comercialización del Daewoo LeMans. Un nombre con el que querían hacer referencia a la durabilidad y resistencia de los coches que participaban en la prueba francesa. Apenas presentaba cambios respecto al Kadett, pero si lucía, como cabe esperar, el logotipo de Daewoo y poco más. Se fabricó hasta 1994, cuando se presentó la segunda generación, la cual se llamó Daewoo Cielo.

Vauxhall Astra II
Vauxhall Astra II
Passport Optima
Publicidad del Passport Optima

No obstante, en cuanto al tema de las denominaciones, hay que hacer un pequeño inciso. Porque al parecer se usaron una enorme cantidad de nombres de lo más variopinto. Fuera de su mercado local, Corea del sur, el coche se comercializaba bajo la denominación de Asüna GT, Asüna SE, Daewoo 1,5i. Daewoo Fantasy, Daewoo Pointer, Daewoo Racer, Passport Optima y para rematar, Pontiac LeMans, siempre dependiendo del mercado al que fuera dirigido. Por ejemplo, Asüna GT y Asüna SE fue la denomonación para Canadá, el Daewoo 1.5i se comercializó en Australia y el Daewoo Fantasy era el Kadett que se vendía en Tailandia. El Daewoo Pinter y el Daewoo Racer eran las unidades destinadas a China (allí también se vendió el Guangtong GTQ 5010X). El Passport Optima fue una versión para Canadá y el Pontiac LeMans se comercializó en Estados Unidos y en Nueva Zelanda.

Pero no acaba aquí la cosa, porque hay un Kadett “by Daewoo” que conocimos aquí en Europa: el Daewoo Nexia. La exportación de estos modelos comenzó en 1995, primero en Reino Unido y luego al resto de Europa. Sin embargo, el Daewoo Nexia poco tenía ya del Opel Kadett y era, básicamente, una pequeña y evolución y una adaptación al mercado europeo del Daewoo Cielo, que a su vez, se basaba en el restyling que sufrió el Kadett europeo. Era la primera vez que Daewoo comercializaba sus coches fuera de sus fronteras y supuso un pequeño adelanto de lo que estaba por venir. Daewoo actualmente ya no existe, pero abrió la puerta a otras marca y recogieron su testigo Hyundai y Kia.

Sudamérica también tuvo su propio Kadett

Como se puede apreciar, la vida del Opel Kadett E fue de lo más variopinta, incluso se llegó a vender en lugares como Uzbekistán, donde se conocía como Chevrolet Nexia. De todas formas, ninguno de estos hermanos gemelos del Opel Kadett estaba a la altura del original, sobre todo en cuanto a prestaciones. El más potente de los que se vendieron fuera de Europa tenía un motor 2.0 que rendía 96 CV, aunque una versión de este motor, asistida por un turbo y con 165 CV, dio vida a los Pontiac Sunbird, Pontiac Gran Am SE y Buick Skyhawk, coches que no tenía nada que ver con el Kadett.

Pontiac LeMans
Pontiac LeMans
Daewoo Nexia
Daewoo Nexia.

Dicho motor era un desarrollo de Opel. El cual fabricaba General Motors en Brasil, de donde también salía el Chevrolet Kadett, la versión del modelo alemán para Mercosur y otros países del sur de América. Se presentó en Brasil en 1989, siendo un automóvil bastante innovador en aquellos mercados y fue el primer Chevrolet con ordenador de a bordo y check control.

Como curiosidad, en Brasil también existió un Chevrolet Kadett GSi, pero no era, ni de lejos, igual al europeo. El GSi brasileño contaba igualmente con un motor de cuatro cilindros 2.0 atmosférico, pero en lugar de ofrecer los 150 CV que llegó a rendir el 2.0 16 válvulas, se conformaba con 121 CV. La carrocería descapotable, diseñada y fabricada por Bertone, también se llegó a ofrecer en Mercosur.

A excepción de algunos países como Uzbekistán, la producción finalizó durante los primeros compases de la década de los 90. La producción del Opel Kadett E se detuvo en 1991 (también la del Vauxhall Astra II), mientras que en América del sur aguantó hasta 1994. En Corea del sur, si contamos al Daewoo Nexia, se fabricó hasta 2003, cuando dejó el mercado para que el Daewoo Lanos ocupara su lugar.

Escrito por Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo.

Me gusta mucho la historia del automóvil y actualmente estoy creando una biblioteca personal dedicada, en exclusiva, a la historia del motor en España. También cuento con una enorme colección de material escaneado y he escrito el libro "El 600, un sueño sobre ruedas" (editorial Larousse).

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