El último libro de Javier Navarro Fortuño repasa la tan importante y rica historia, pero en muchas ocasiones ignorada, de los vehículos industriales en España. Todo esto acotado en una época, entre 1950 y 1990, en la que las empresas de automoción proliferaron en nuestro país; se repasa la época de la autarquía, al desarrollismo y la tecnocracia, terminando, ya en los ochenta, por la entrada de España en el escenario económico mundial y con lo que ello supuso para la industria.
Resulta curioso, pero tras la devastadora Guerra Civil los primeros vehículos que lentamente empezaban a despuntar fueron los industriales. Sobre los restos de la gloriosa Hispano-Suiza, se levantó ENASA en 1946, que fabricaría los queridos y afamados camiones Pegaso. Cabe recordar que en el panorama automovilístico de los 50, hasta que no hicieron su irrupción SEAT, Renault y Citroën, estaba dominado por los microcoches, que también contaron con sus versiones comerciales destinadas al transporte ligero de mercancías. Una mención se merecen los Biscúter “Rubia” o los PTV, siendo esta última marca puntera en la actualidad en cuanto a vehículos de trabajo se refieren.
Clásicos Industriales: El ‘boom’ de los años 60
Fue también la época de Barreiros Diésel, de Land Rover Santana, de las DKW, una época de grandes avances que también estuvo marcada por el reciclaje y el reaprovechamiento del precario parque móvil existente por parte de nuestros maravillosos carroceros, muchos de ellos anónimos, y que consiguieron alargar la vida de los vetustos vehículos preguerra que circulaban por España.
El “boom” llegó en los 60 con el asentamiento de los fabricantes de automóviles, que también ofrecían sus propios vehículos de trabajo. Qué decir de las Siata, las Renault 4F o las Citroen AZU. Un mercado que evolucionó muy rápidamente hasta llegar a los tiempos en los que Japón decide fabricar sus furgonetas en España con Nissan.
Momentos en una historia paralela a la del automóvil en España y que son contados de una manera muy ilustrativa en el último libro de Javier Navarro Fortuño, que ya arrasó hace unos años con Nuestros clásicos en imágenes (1950-1990), y que ahora vuelve a las librerías con esta obra de formato similar, y que complementa a esta a la perfección, que promete hacer las delicias de cualquier aficionado al coche clásico español.