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Lister-Jaguar Costin, la obra cumbre del taller británico

En este Lister no sólo se da cita el icónico Knobbly afinado por Archie Scott-Brown, también encontramos uno de los trabajos aerodinámicos de Frank Costin. Una verdadera joya de las carreras rebasado por el Cooper T49 Monaco

Dotado de una característica flema británica, Archie Scott-Brown fue uno de los pilotos más característicos de su época. Especialmente notorio en Silverstone o Goodwood a mediados de los años cincuenta, nada en él presagiaba su futuro papel en el automovilismo deportivo. Es más, debido a su físico incluso parecería imposible haberlo visto conducir un sencillo modelo urbano. No en vano, su minúsculo brazo derecho estaba rematado en un muñón, usándolo para sujetar el volante mientras cambiaba marchas con la mano izquierda. Una problemática que no le impidió desarrollar en la pista un estilo alabado hasta por el mismísimo Fangio.

No obstante, más allá de su pericia a la hora de enlazar curvas o enfilar rectas, el saber hacer de Archie Scott-Brown también se demostraba en los talleres. Dotado de un carácter metódico y cooperativo, supo crear a su alrededor un excelente clima de trabajo. Ése que siempre ha de rodear a todo piloto completo, cooperando junto a ingenieros y mecánicos en el desarrollo y puesta a punto de los coches. Así las cosas, desde la fundación de la escudería Lister en 1954 protagonizó el crecimiento de la misma junto a su fundador, Brian Lister. Todo ello en la forma y medida que, para aquella época, estaban interpretando los pequeños talleres británicos.

Es decir, sublimando la calidad y ligereza de sus chasis a fin de solventar las carencias en mecánica respecto a grandes fabricantes como Jaguar, Aston Martin, Maserati o Ferrari. Con todo ello, Lister fue para las carreras de resistencia británicas lo que, justo en aquellos mismos años, estaba siendo Cooper en la F1. Una bocanada de aire fresco y audacia en el diseño. Eso sí, propulsada por motores V8 de procedencia estadounidense aunque, en diversas ocasiones, éstos se alternaron con otros de Jaguar e incluso Maserati.

Llegados a este punto, hacia 1957 Lister ya se había convertido en una excelente firma de ingeniería a la que sólo le hacía sombra en los circuitos británicos el Lotus Eleven del año anterior. Sin embargo, aún le quedaba por presentar un modelo realmente canónico. Ése que, como el 250 GTO en Ferrari o el E-Type en Jaguar, sirve para definir por sí sólo la labor de toda una época en la marca. Así las cosas, en las 12 Horas de Sebring de 1958 Lister puso en parrilla por primera vez su Knobbly. Equipado con un motor de 3,8 litros y seis cilindros tomado del Jaguar D-Type para rendir hasta 256CV. Sin duda, la pequeña casa británica al fin había logrado su objetivo.

En las carreras británicas del momento abundaban los Lotus, Lister y Cooper.

Además, el chasis del Knobbly se presentó como todo un alarde de eficacia y ligereza. De hecho, en el diseño de este modelo todo se echaba al suelo lo máximo posible. Garantizando un excelente centro de gravedad mientras el peso se reducía usando materiales tan refinados como la aleación de magnesio presente en su chasis recubierto con planchas de aluminio. Además, durante el año de su estreno venció en la clase correspondiente del SCCA estadounidense. Todo un éxito al cual, desgraciadamente, se sumó una desgarradora noticia para Lister.

LISTER-JAGUAR COSTIN, LA VERSIÓN AERODINÁMICA

Como piloto principal en Lister, Archie Scott-Brown estuvo al frente del estreno del Knobbly con motor Jaguar durante las 12 Horas de Sebring en marzo de 1958. Una carrera que no pudo acabar pues, literalmente, el Ferrari de Olivier Gendebien le pasó por encima en medio de un aparatoso accidente múltiple. No obstante, aquello no sería lo peor de la temporada pues, a las pocas semanas, el piloto inglés encontró la muerte a más de 300 kilómetros por hora mientras disputaba el primer puesto en el circuito de Spa.

De esta manera, Lister quedaba seriamente tocada al perder al hombre que había sido su principal inspiración tanto en la pista como en el taller. No obstante, el equipo siguió adelante pensando en cómo mejorar al Knobbly de cara a la temporada siguiente. Llegados a este punto, lo cierto es que poco más se podía hacer en términos de peso o potencia. Por ello, Brian Lister requirió la ayuda de Frank Costin en materia aerodinámica. Formado en construcción de aeronaves, este ingeniero alcanzó una justa fama al crear la carrocería del Lotus MK VIII a mediados de los años cincuenta.

Es más, aquel modelo aún sigue siendo un icono en términos de rigidez -todo su chasis es de una estructura triangulada- y bajo peso. Justo lo que perseguía no sólo Colin Chapman sino también Vanwall durante los últimos días de los F1 con motor delantero. Escudería para la que, por cierto, Frank Costin trabajó mientras empezaba a colaborar con Lister. Con todo ello, en 1959 se presentaba el Lister-Jaguar Costin. Básicamente un Knobbly revestido con el nuevo cuerpo aerodinámico, dotado de un área frontal mucho más penetrante así como de unos volúmenes bastante suavizados. Eso sí, de cara a cumplir con la normativa de cilindrada máxima, en ciertas carreras este modelo contó con algunas unidades donde se montó un V8 Chevrolet con tres litros.

Ésta es la versión original del Knobbly, sin la aerodinámica de Frank Costin.

De todos modos, lo que quedaba perfectamente claro nada más contemplar al Lister-Jaguar Costin es cómo el taller había llegado a su máximo grado de refinamiento. Es más, no sería aventurado decir que estamos ante la mejor obra de Lister. No en vano, a los pocos meses de su lanzamiento el equipo se retiraba oficialmente de las carreras. Tras ello, quedó durante unos años más tan sólo centrado en producir unidades para pilotos privados. Algo que, además, se entiende por la aparición del Cooper T49 Monaco. Un soberbio diseño que, en contra del Knobbly, contaba ya con las bondades del motor central-trasero desarrollado por esta escudería en la F1.

Fotografías: RM Sotheby’s

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Escrito por Miguel Sánchez

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