Tras meses de preparativos y muchas novedades anunciadas por parte de los organizadores que hacían que los asistentes esperasen la fecha con ansía, y finalmente llegó el ansiado 20 de abril. La jornada terminó siendo fantástica y la meteorología acompañó, con un fantástico día primaveral con una temperatura de lo más agradable que hacía las caminatas por el Bosque del Santander muy llevaderas.
Si hay que destacar algo por encima de todo eso es el buen ambiente que se vivió durante el evento, y es que el emplazamiento en el bosque permite un espacio muy armonioso entre vehículos y la naturaleza. Además, el gran número y variedad de vehículos participantes hizo de Autopía una cita única en la que había algo para todo el mundo.
Las grandes zonas con sombra y la variedad de opciones en restauración dentro del recinto hicieron de un plan para forofos del motor un auténtico planazo para todo el mundo, y esto quedó reflejado en la alta afluencia de público, especialmente en las horas más centrales del día. Llamó la atención la media de edad de los presentes, mucho más joven que en otros eventos, algo que pone de manifiesto que la afición está más viva que nunca y que se consigue al reunir vehículos de todas las épocas y lugares.
LA ZONA DEL LAGO
Autopía 2024 ha sido un año de aniversarios, como las décadas del Ford Mustang, que casualmente sopló las velas esa semana. También se celebraban los 40 años de los Porsche 911 Turbo, 70 de los Mercedes-Benz 300 SL y 190 SL, el aniversario de Lamborghini, así como homenajear al recientemente fallecido Marcello Gandini. También cumple 30 años el Ferrari F355, y para celebrar esta cifra vino como invitado especial desde Italia Maurizio Corbi, diseñador del modelo.
Las piezas más singulares estaban situadas en la zona del lago del recinto, un emplazamiento privilegiado reservado para vehículos únicos. Hubo una amplia selección de algunas de las marcas que coronan el olimpo de los fabricantes de automóviles como pueden ser Mercedes-Benz, Aston Martin o Porsche, que hicieron las delicias de los presentes. También se dieron cita los grandes nombres del diseño europeo; Zagato, Bertone, Pininfarina e incluso un Dodge Boulevard carrozado por Pedro Serra se dejó ver por allí.
En esta zona también tuvieron un gran protagonismo los superdeportivos más contemporáneos, que fueron los favoritos del público más joven, que corrían en estampida cada vez que uno de éstos arrancaba. Muchas maneras de entender una misma afición en uno de los pocos eventos en los que llueve a gusto de todos y que es un punto de encuentro para gente de todo tipo, que se puede resumir como un éxito rotundo para el que se reinicia ahora la cuenta atrás hasta el año que viene en el que sus organizadores seguirán sorprendiendo.
ZONA DEL BOSQUE
En la zona del bosque los coches estaban delimitados por distintas categorías, organizados por antigüedad por distintas décadas; entre los años sesenta y vehículos más contemporáneos del siglo XXI. También había áreas para nacionalidades dedicadas a coches americanos y japoneses, así como la zona más escarpada que se reservó para los todoterrenos.
Los asistentes fueron llegando a Boadilla del Monte desde primera hora de la mañana, y a medida que los distintos vehículos iban aparcando en las zonas dedicadas a sus respectivas categorías. Al inicio del evento en la naturaleza solo había unos grandes cartones suministrados por Castrol para que los coches aparcasen y que a priori podían parecer distribuidos de manera un tanto aleatoria. Pero cuando los automóviles ocupaban sus plazas daban un gran sentido al conjunto, con una disposición más desordenada que en una concentración al uso que dota a cada vehículo de un mayor protagonismo a la vez que forma parte de un conjunto mayor.
Todo esto fue posible gracias al equipo del evento, que fueron capaces de organizar de manera ejemplar a cerca de un millar de vehículos, todo esto con gran amabilidad en un día en el que los nervios estaban a flor de piel. Al número de coches y motor hay que multiplicar la cifra de asistentes en general, ya que Autopía es un evento perfecto para asistir en familia, con mascota incluida, que reúne a aficionados de pura cepa y a los más casuales.
Con una selección de cerca de más de mil coches era difícil identificar todos los modelos incluso para los más expertos. Es aquí donde entra una de las ideas más brillantes de la organización, códigos QR con los detalles de cada coche y una pequeña explicación en la que los propietarios cuentan su historia y que suman un toque de distinción más, haciendo que merezca aún más la pena pararse a ver cada vehículo en detalle.
Imágenes: Javier Ramiro