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Los prototipos del Chevrolet Corvette C1 que no se llegaron a producir

En 1954 General Motors presentó tres prototipos del Corvette, un coupé, un fastback y una ranchera, que por desgracia nunca llegaron a fabricarse, aunque sirvieron para influenciar otros modelos en el futuro.

Presentados en 1953, los Corvette de primera generación supusieron una gran revolución en Estados Unidos, pues era el primer coche deportivo fabricado en serie por una de las tres grandes compañías de Detroit tras el final de la II Guerra Mundial.

El coche fue revolucionario por ser pionero en el uso de la fibra de vidrio para la fabricación de las carrocerías, fórmula que otros fabricantes copiarían en el futuro. Las primeras unidades del Corvette estaban lejos de la deportividad actual, pues equipaban un motor de seis cilindros en línea de 3,85 litros y 150 CV, y montaban una caja de cambios automática de dos velocidades, la única que Chevrolet tenía disponible entonces capaz de soportar esa potencia.

En el primer año de producción solo se llegaron a fabricar 300 unidades de este deportivo que se fabricaba de una manera prácticamente artesanal. Como curiosidad todas las unidades de 1953 se pintaron de color blanco “Polo White”. En 1954 General Motors tenía planes de vender más de 10.000 Corvettes, y presentarían nuevos y emocionantes colores además de tres nuevas carrocerías en forma de prototipo.

En un momento en el que la televisión estaba aún lejos de llegar a todos los hogares de América, General Motors anunciaba sus novedades en el salón Motorama, celebrado de manera anual, y que en su edición de 1954 recibió a más de 1,9 millones de visitantes.

Los asistentes pudieron ver los “Dream Cars” que el departamento de diseño de GM había desarrollado sobre los Corvette, manteniendo el frontal intacto, pero dotando a cada unidad de una característica especial que los hacía únicos.

CHEVROLET CORVETTE CONVERTIBLE COUPE

Esta unidad es la menos sorprendente de todas las que se presentaron en el Motorama de 1954. Este Corvette equipaba un techo duro desmontable fabricado en fibra de vidrio que convertía al coche en un vehículo usable durante todo el año, algo que General Motors usó en el material publicitario de la época.

Al ser el menos ambicioso de los tres prototipos, fue uno de los más fáciles de convertir en una realidad, pues a partir de 1955 este techo duro se ofrecía como un accesoria de terceros fabricantes, y desde 1956 Chevrolet lo ofreció como opción para el Corvette.

CHEVROLET CORVETTE CORVAIR FASTBACK COUPE

Quizá el más emblemático de los coches que se presentó en 1954 fue el Corvette Corvair; la atractiva versión fastback del deportivo. En su debut apareció pintado de un llamativo color rojo rubí, pero poco tiempo después su pintura pasó a ser de un color verde muy claro.

Este modelo era un ejercicio de diseño aerodinámico para coches coupé de techo cerrado, con una carrocería tipo fastback que llegaba hasta la matrícula trasera. El Corvette Corvair era un biplaza y detrás de los asientos no había espacio para equipaje en un interior que era prácticamente idéntico al modelo de serie.

Al coche se le tuvo que adaptar una tapa de maletero específica para las complicadas formas de la parte trasera. Otra de las diferencias visuales más claras eran unas tomas de aire situadas en las aletas delanteras que permitían la entrada de aire frío al motor.

Las frías ventas del Corvette durante 1954 hicieron que General Motors no diera luz verde a la fabricación en serie de esta variante del deportivo. Por desgracia, a este prototipo se le perdió la pista en los cincuenta y no queda rastro de él a día de hoy.

CHEVROLET CORVETTE NOMAD

El último de los prototipos presentado en 1954 fue el Corvette Nomad, una versión familiar del deportivo, lo que podría considerarse un “Shooting Brake”. A diferencia del resto de los “dream cars”, el Nomad estaba basado en el chasis de una camioneta Chevrolet que permitía que el coche fuese más largo.

El Nomad se fabricó en una carrocería de fibra de vidrio y plástico reforzado. Tenía espacio para seis ocupantes, y la línea del techo era más similar a la de un hardtop americano que a la de una ranchera habitual, por lo que se convirtió en uno de los favoritos del público del Motorama de 1954.

LA INFLUENCIA DE TRES PROTOTIPOS QUE NO SE FABRICARON

Como hemos mencionado antes, a partir de 1956 se empezó a ofrecer como opción el techo duro desmontable en el Corvette, claramente influenciado por la versión Convertible Coupe de 1954.

En cuanto al Corvette Corvair, el propio nombre sería empleado por un modelo de Chevrolet lanzado en 1960. Pero en referencia a su estética de fastback, habría que esperar hasta 1963 con la llegada de la segunda generación del Corvette para ver una carrocería de este tipo, que es recordada como una de las más espectaculares de la historia de este deportivo americano.

La respuesta positiva del público ante la vairante familiar Corvette Nomad, hizo que Harley Earl, jefe de diseño de General Motors, pidió a la compañía que usasen el nombre y algunas de las claves estéticas del coche en una ranchera de Chevrolet que se lanzaría en 1955.

El resultado sería el Chevrolet Nomad de 1955, variante familiar de dos puertas del popular Chevrolet Bel Air, y que compartía algunas piezas con el prototipo, y Pontiac contó con un homólogo con su modelo Safari. Por desgracia 1957 sería el último año en el que se vendió el Nomad original, aunque el nombre siguió reapareciendo en el catálogo de Chevrolet a lo largo de los años.

Fotografías de GM.

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Escrito por Javillac

Esto de los coches le viene a uno desde niño. Cuando otros críos preferían la bicicleta o el balón yo me quedaba con los cochecitos de juguete.
Recuerdo aún como si fuese ayer un día en el que nos adelantó un 1500 negro por la A2, o la primera vez que vi un Citroën DS aparcado en la calle, los paragolpes cromados siempre me han gustado.

En general me gustan las cosas anteriores a la época en la que yo nací (hay quien dice que estoy reencarnado), y en el top de esa lista están los coches, que junto a la música, hacen la combinación ideal para un rato perfecto: conducción y una banda sonora acorde al coche correspondiente.

En cuanto automóviles me gustan los clásicos de cualquier nacionalidad y época, pero como mi debilidad están los coches americanos de los 50, con sus exageradas formas y dimensiones, razón por la que mucha gente me conoce como "Javillac".

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