Como se podía ver en nuestra crónica de la semana pasada Le Mans Classic se ha convertido en un evento de primer nivel, a la altura incluso de los archiconocidos Goodwood o similares ingleses.
Esto tiene sin duda un efecto positivo no solo en cuanto a las joyas que veremos discurrir a grandes velocidades por el mítico circuito, sino también en que asisten cada vez más clubes, empresas y aficionados a lucir sus mejores monturas en los parkines y aledaños del circuito.
Y es aquí en lo que vamos a centrarnos, en las rarezas que nos podemos encontrar en los alrededores del circuito… aunque dentro de este también hay autos que serían casi imposibles de identificar sin la ayuda de un libro especializado.
1- Curioso Talbot Lago con carrocería Contamin, antiguo participante en 24 Horas
2- Antiquísimo autobús FWB descapotable de 1929 de procedencia Suiza
Por ejemplo, cada año acuden desde suiza varios autobuses de la marca alpina FWB para que los espectadores puedan ver el trazado “desde dentro”. Las opciones son variadas, pues se puede escoger desde un antiquísimo modelo “tourer” descapotable de 1929 hasta modelos de finales de los años 50.
También podíamos utilizar raros autobuses franceses prestados por clubes autóctonos, como un poco estético Renault Goelette de principios de los 50.
En la zona exterior dedicada a los especialistas abundaban las piezas de renombre y alto precio en busca de adinerados “gentlemans” que acudieran al circuito no solo a competir, sino quizá a irse de allí con algo más bajo el brazo.
1- ¿Un 250 GT TDF a ese precio? Debía tratarse de una -muy buena- réplica
2- Un Jaguar MKVI único carrozado por Graber en Suiza a principios de los 50
La estrella sin duda era el Ferrari 250 GT TDF Boano de mediados de los 50, perfectísimamente restaurado y con un curioso color plata que en mi modesta opinión le favorecía bastante. Este no es difícil de identificar, pero su precio de «solo» 499.000 euros nos hace pensar en que se trataba de una réplica.
Cazados en subasta y exposición
Volviendo a las rarezas, dentro de la carpa que la casa de subastas Artcurial tenía montada podíamos encontrar alguna que otra unidad desconocida para el aficionado común: como destacables y únicos, un Lancia Aprilia Pininfarina de principios de los 50 y un Jaguar MKVI carrozado en Suiza por Graber en la misma época.
Entre los clubes de marca destacaban los robustos y deportivos Hotchkiss, marca inmerecidamente desconocida en nuestro país, sobre todo si tenemos en cuenta que es la que ostenta mayor número de triunfos consecutivos en el Rallye Monte Carlo.
1- Elegante Hotchkiss 686 Cabourg, un coche con pedigrí en rallyes de los 30, 40 y 50
2- Curioso Panhard Dyna de los 50 con motor bicilíndrico refrigerado por aire
No muy lejos de estos, el club Panhard mostraba varias unidades de los años 50 con su característico diseño aerodinámico y motores bicilíndricos refrigerados por aire.
También muy destacable era la exposición dedicada a la carrocería francesa donde se podía apreciar bien porqué antaño el automóvil galo alcanzó tal fama de calidad y estilo. En esta podíamos ver los inevitables Bugatti, Talbot-Lago, Panhard-Levassor o Salmson de diferentes épocas.
Además, algunas marcas –aún más- desconocidas para el gran público: Un Hotchkiss-Gregoire de los años 50, con carrocería monocasco de aluminio y motor bóxer situado delante del eje delantero. También, un pequeño Lombard de los años 20, con un rabioso propulsor de 1.100 cc y doble árbol de levas en cabeza… ¡y carrozado como un aburguesado coupe!
1- Interesantísimo deportivo Lombard de los años 20
2- Hotchkiss Gregoire, corrocería francesa de aluminio
3- Voisin C11 de 1928 en estado de conservación
También llamaba la atención un Avions-Voisin C11 berlina de los años 20 en un primoroso estado de conservación, aún luciendo alguna abolladura y la pintura completamente deslucida lo que no hacía sino aumentar lo ya de por si llamativo del modelo.
EL TANQUE
La palma en cuanto a rareza de este grupo se la llevaba el minúsculo Chenard & Walker Tank de 1925, un vehículo de gran importancia histórica. Estos modelos de estética digamos que “discutible” probaron de manera pionera que no solo era importante la potencia del motor, sino también la aerodinámica.
Cuando se presentaron en los circuitos en 1925 fueron tachados de aberraciones, pero triunfaron incontestablemente en la categoría inferior a 1.500cc en pruebas como Le Mans o nuestro Gran Premio de Lasarte, en San Sebastian.
1- Chenard Walker Tank de 1925: más importante de lo que parece
2- Atractivo Lancia Appia Zagato de los años 50
También es importante que a los mandos de uno de estos artefactos triunfó por primera vez en Le Mans un piloto español, Manso de Zúñiga. Y es que caminando por allí en cualquier parte podíamos encontrar algún automóvil destacable por su calidad y rareza.
No hay más que ver el Lancia Appia Zagato de los 50 aparcado como si tal cosa entre varios Lancia más modernos, o el magnífico Riley Sprite de 1937… o el diminuto triciclo motorizado al estilo Morgan que un padre había construido para su afortunado retoño, que acostumbraba a conducirlo por el paddock.
1- Magnífico Riley Sprite de 1937
2- Réplica a escala de Threewheeler
Como es inevitable, cada poco tiempo el rugido de alguna mecánica nos hacía asomarnos de nuevo al circuito… En ocasiones para ver algo desconocido. En las fotos pueden observar los extraños HRG “aerodinámico” de los años 40, de origen inglés, o el Talbot Lago de 1948 disfrazado bajo una extraña carrocería Contamin que ya participó en Le Mans en su juventud.
O los cientos de barquetas de diferentes tamaños y tipos: Osca italianos, Jaguar-Lister angloamericanas, DB y Matra-Bonnet francesas… todas ellas de formas extrañas y en ocasiones de carrocería única. Un espectáculo para la vista y el oído que desgraciadamente aún no podemos disfrutar en nuestro país.
1- En Le Mans se pudieron ver gran cantidad de barquetas de marca DB
2- El atronador Jaguar-Lister de los años 50 sale de la chicane