La Asociación de Vehículos Afectados por Restricciones Medioambientales (AVARM), convocó el día 4 de febrero una manifestación que logró reunir a más de 500 vehículos de todo tipo unidos por una característica común, prescindir de la pegatina medioambiental con la cual habrá que contar si se quiere circular por la ciudad. Una norma que para 2025 afectará también a los residentes en el municipio.
De la arbitrariedad de este sistema de distintivos se podría elaborar un escrito mucho más elaborado y cimentado que cualquier ordenanza sobre movilidad de los últimos años, pues es sabido que los factores para que un vehículo sea o no “ecológico” carecen, en muchos casos, de todo el sentido.
Algunos de los objetivos que se buscaban reivindicar con esta convocatoria eran eliminar las medidas discriminatorias sobre la circulación, además de quitar todas las multas fruto de una confusa o mala señalización. Se hizo un especial hincapié en el impacto negativo que estas prohibiciones tendrán en muchas familias y pequeños negocios.
También se solicitó al ayuntamiento, de nuevo escrito con minúsculas, que suprimieran durante la duración de la manifestación las cámaras que sancionan a los vehículos sin pegatina, algo a lo que se negaron con un texto de 16 páginas por respuesta. Sin embargo, a la hora de hacer un rodaje o montar un circuito de Fórmula 1 urbano las trabas son inexistentes. La peseta es la peseta y lo demás…
SOLUCIONES FRENTE A PROHIBICIONES
Continuando con nombres que escribir con minúsculas toca hablar del alcalde. Y es que en la manifestación los asistentes no dudaron en mostrar su descontento con la administración actual, pues no hace falta ser un analista político de lo más sesudo para saber que una de las grandes bazas, que tenía Almeida para ganar las elecciones en 2019 era que iba a acabar con el polémico Madrid Central.
Pero resultó ser que fue peor el remedio que la enfermedad en claro ejemplo de la frase de “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. En vez de una serie de medidas que diesen la vuelta a la situación que se vivía en la capital hace un lustro, han ido endureciendo cada vez más las restricciones. Por algo es Madrid 360 y no Madrid 180.
Es importante mencionar que desde entonces no se ha aplicado el protocolo de anticontaminación ni una sola vez en la ciudad, salvo durante la nevada histórica de Filomena. En aquel momento, apenas circulaban coches por las calles, pero las calderas y calefacciones funcionaban sin descanso. Quizá cuando se den cuenta de que gran parte del problema viene por ahí nos moriremos de frío.
También desde la AVARM buscan que se cuente con la opinión de la ciudadanía en más ocasiones que cuando hay que meter un sobre en una urna. Reclaman que se pongan en consultas vecinales temas como las restricciones o la ampliación de zonas SER. Éstas son impuestas por la administración sin preguntar el perjuicio que pueden causar.
Frente a las numerosas prohibiciones aplicadas por el ayuntamiento, la AVARM propone alternativas para que los propietarios puedan mantener sus vehículos considerados más contaminantes simplemente por su edad. Piden facilidades para adaptar filtros de partículas o conversiones a gas o de otro tipo para estos. Aunque ya sabemos de hace tiempo que lo que se busca es eliminar los vehículos privados entre los menos pudientes, creando así una clase de ciudadano de a pie literal cuya dieta se base en ajo y agua.
CLÁSICOS EN LA MANIFESTACIÓN
Gran parte de los vehículos asistentes tenían treinta años o más, por lo que pueden considerarse clásicos de pura cepa. A muchos les ha llamado la atención que éstos hayan asistido al evento, pero es que este colectivo aún tiene mucho que reclamar.
Si algo se le puede reconocer al ayuntamiento respecto al tratamiento de estos vehículos es que han permitido que los que cuentan con matrícula histórica puedan circular por gran parte de la ciudad sin apenas restricciones, algo que por ejemplo no ocurre en Barcelona.
Sin embargo, no toda la afición está de acuerdo con llevar a cabo ese trámite, y los que sí lo están llevan mucho esperando a un nuevo reglamento que por diversos motivos se lleva alargando mucho más de lo previsto.
Además, las personas que residen en Madrid están cohibidas de poder comprarse un coche clásico a su antojo, pues todas las restricciones hacen que mucha gente se eche para atrás por el caótico panorama generado por Madrid 360.
Por otra parte, están aquellos vehículos que todavía no cuentan con la antigüedad suficiente como para ser matriculados como históricos, que ahora mismo están en tierra de nadie, desamparados a nivel legal sin ninguna solución aparente, y quizá cuando alcancen los treinta años hayan tenido que salir de la ciudad en contra de lo que sus propietarios quieren, o peor aún, hayan sido carne de desguace.
Así pues, Almeida pasará a la historia como el alcalde que hizo la última gran muralla de Madrid, una que, sin poner un solo ladrillo, englobaba a todo el municipio y que servía para protegernos de nosotros mismos. Por estas razones actos como el convocado por la AVARM son más que necesarios, aunque el único lenguaje que entienden los políticos es el de la pela y los votos. Quizá cuando se aproximen las elecciones se le bajarán las orejas al lobo, cuando cientos de vehículos hayan pasado por el peor aro imaginable.
Imágenes de AVARM.