Tras hablar de los sitios clave de la automoción en Madrid, le llega su turno al mapa del motor clásico de Barcelona. La lista de lugares sería extensísima, por lo que, no estando todos lo que son, sí son todos los que están. Y es que la presencia del motor en Barcelona es tan amplia que no cabe en una sencilla galería digital. Es más, desde la Hispano-Villiers hasta los talleres de Sanglas pasando por distintos lugares unidos a Bultaco el ojo más avizor advertirá algunas faltas intencionadas para no llevar al paseante hasta la extenuación. Es más, quien esté completamente enfocado al automovilismo también podrá echar en falta la situación de Ibero Italiana de Carrocerías, MARSA o la actual Casa SEAT.
Sólo algunas muestras más sobre la amplia arqueología del motor a desarrollar en la capital catalana. Algo que hunde sus raíces en la propia historia del lugar. Con una amplísima tradición industrial gracias a la cual se creó un buen sustrato de cara a la implantación del sector automotriz. Pero vayamos por partes. En primer lugar, Barcelona cuenta con una posición estratégica para fines comerciales. Abierta al Mediterráneo gracias a su puerto, además disfruta de un buen acceso terrestre tanto al mercado peninsular como al francés.
Así las cosas, en ella podemos seguir el rastro a la producción industrial desde los tiempos previos a la industrialización inherente al siglo XIX. Es decir, ya incluso en los siglos medievales la capital catalana disfrutaba de una amplia red de talleres y artesanos. El cimiento perfecto para la creación de una cierta cultura empresarial. A partir de aquí, la explosión del liberalismo económico y político sirvió como contexto para el establecimiento de una industria textil sumamente mecanizada.
Gracias a ello, a comienzos del siglo XX la transición a la industria del motor en Barcelona fue relativamente sencilla, con miles de operarios ya habituados a las reparaciones mecánicas. Además, la potente burguesía de la ciudad era una clientela más que interesante. Capaz de un gran volumen de gasto, así como protagonista de un evidente gusto por las novedades propias de la modernidad. En fin, a partir de aquí sólo fue cuestión de tiempo ver cómo en Barcelona se iban asentando cadenas de montaje relativas al motor.
EL MAPA DEL MOTOR CLÁSICO DE BARCELONA
Asimismo, el desarrollo de una potente industria auxiliar facilitó las cosas en grado sumo. Algo especialmente visible en las razones que motivaron el traslado de Ford Motor Company S.A.E. desde Cádiz al Poblenou en 1923. De hecho, el desarrollo de la propia SEAT no hubiera sido el mismo sin la multitud de empresas de apoyo creadas en la zona. Es más, esto ayuda a entender la pugna establecida entre Vittorio Valletta -director de Fiat- y algunos sectores del régimen franquista unidos a la figura de José Antonio Suanzes -director del Instituto Nacional de Industria-.
Por una parte, el primero veía clara la opción barcelonesa para la instalación de la futura SEAT. Como motivos a favor estaban la situación de la ciudad y su tocada pero existente red industrial. Por la otra, se esgrimía el recuerdo de la potente movilización obrera producida en la ciudad, así como un ciego fanatismo por una autarquía imposible. Finalmente, todos sabemos el resultado dado gracias al ímpetu lógico de Valleta y Agnelli. Sin duda, mucho más duchos para los negocios que el sector falangista del régimen.
Tras esto podríamos seguir narrando multitud de historias tanto fabriles como deportivas. Pero ya habrá tiempo para ello. Por ahora, vamos a recorrer algunos lugares clave para la Barcelona del motor con el siguiente listado.