Que Internet es una fuente inagotable de sorpresas está claro, pero lo de nuestro protagonista se lleva la palma. Se trata de un Mazda 323 de rallies con seis ruedas en el que las cuatro delanteras ejercen función directriz. Además, la tracción es 6×6, lo que debería convertirle en una máquina muy seria una vez se pone en marcha.
Y no es que no haya ejemplos de coches con tres ejes, pero lo que es mucho más raro es que dos de ellos vayan delante, Tyrrell P34 aparte. Definitivamente, este Mazda 323 con seis ruedas es una rareza.
Encontrar información del coche ha sido toda una odisea, pues apenas hay nada publicado, aunque sí hemos descubierto quién fue su creador. Se trata de Neville Laker, un técnico que trabaja en la tienda de neumáticos Druty Tires de Auckland, en Nueva Zelanda. Al parecer, el Laker es un genio de la mecánica y en los años 90 se destapó con esta singular creación.
EL MAZDA 323 DE SEIS RUEDAS
El modelo sobre el que llevó a cabo su locura es un Mazda 323, aunque severamente modificado, lógicamente. Se trata de un modelo de segunda generación BD, con carrocería tres puertas, que se produjo entre 1980 y 1985.
Contaba con dos motores, uno delantero y otro trasero, inicialmente de 1,6 litros y turboalimentados. En modificaciones posteriores, se cuenta que el delantero fue sustituido posteriormente por una mecánica 1.800 también turbo. En algunos sitios se afirma que los motores eran rotativos, pero no hemos podido confirmar este extremo.
Además, se montó un segundo eje delantero, detrás del principal, y también con función directriz, que recibe la potencia del motor posterior. La configuración del coche es 6×6, es decir, los tres ejes transmiten el caballaje al suelo, lo que debería darle unas capacidades asombrosas, especialmente en tramos de tierra. Las vías se han ensanchado con respecto al modelo de serie. Para garantizar la estabilidad, se le instaló un gigantesco alerón trasero, casi más propio de Pikes Peak. Como curiosidad, los faros traseros no pertenecen al Mazda 323 tres puertas, sino que podrían proceder del sedán.
¿Y DÓNDE VA EL PILOTO?
Es la gran pregunta al ver la configuración de este Mazda 323 6×6. La solución fue retirar el asiento delantero, por lo que el piloto se sienta donde iría el asiento posterior. Esto obligaba a unos complicados reenvíos para la dirección y el pedalier. Aunque, desde luego, está claro que Neville Laker nunca tuvo problema en complicarse la vida, a las pruebas nos remitimos.
Encajado entre dos motores, no cuesta pensar en el calor que pasaría el piloto. Eso por no hablar de la más que segura deficiente visibilidad exterior. Es por no hablar de que carece de puertas, así que seguramente se entraría por las ventanillas traseras.
En un coche tan pequeño, la estabilidad tampoco tiene pinta de ser su punto fuerte. Aunque todo son especulaciones, porque no hemos conseguido encontrar su historial en competición. Apenas hay un fragmento pequeño de un vídeo en el que se le ve rodando. Por la configuración, sólo con cristal delantero, podría haber participado en pruebas de rallycross.
Otra de las imágenes que hemos encontrado es una foto del coche con varias firmas de pilotos de la época, entendemos que neozelandeses. Sin duda, una buena muestra de la popularidad de Neville Laker en aquellas carreras.
PUEDE QUE AÚN EXISTA
Lo que sí parece es que el coche aún sobrevive, o al menos eso podría indicar una foto publicada en Facebook por un aficionado. En ella se ve el Mazda 323 de seis ruedas, ahora con una decoración blanca y llantas diferentes. No sabemos si estará aún operativa, pero, dada su rareza, bien merecería la pena lanzarse a restaurarlo y darle una nueva vida. Quién sabe, cosas más raras se han visto.
En LA ESCUDERÍA seguiremos investigando para ver si encontramos más información de este peculiar Mazda 323 6×6.
Fotografías: Páginas de Facebook AMAZD y Drury tires y Ehadesign.
Vídeo: Reddit