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Mazda Miata, el descapotable que se le ocurrió a un periodista

Pocos coches cuentan con la distinción de haber sido ideados por un periodista, y cuando además se trata del Mazda Miata o MX5, el descapotable más vendido de la historia, el relato se vuelve aún más interesante.

La historia del Mazda Miata o MX5 comienza a nivel comercial en 1989 con la introducción al mercado de un nuevo descapotable biplaza de faros escamoteables que tomaba como inspiración los grandes roadster ingleses de los años sesenta como los Lotus Elan o los MG B. Al igual que éstos su esquema mecánico era de motor delantero y propulsión trasera, que unidos a una carrocería muy ligera eran una fórmula para diversión asegurada.

Pero antes de su lanzamiento este modelo de Mazda que terminaría por convertirse en un icono llevaba cerca de diez años gestándose. La persona a la que se le ocurrió la producción del coche fue Bob Hall, un joven periodista estadounidense que trabajaba para la revista Motor Trend, y que de adolescente había pasado mucho tiempo en Japón, llegando a aprender el idioma, además de haberse criado entre emblemáticos deportivos europeos de los años sesenta gracias a los coches que su padre compró en esos años.

Su puesto como periodista le consiguió una visita a las oficinas de Mazda en Hiroshima en abril de 1979. Durante una de las reuniones con los directivos de la marca Bob Hall tuvo la suerte de coincidir con Kenichi Yamamoto, el entonces director de investigación y desarrollo de Mazda. Durante su encuentro Hall dibujó en una pizarra el coche de sus sueños, añadiendo pequeñas claves sobre su diseño.

bob hall boceto del mazda mx5
Boceto de Bob Hall sobre su deportivo soñado para Mazda.

Bob Hall recalcó lo sencillo que sería para Mazda producir un vehículo de estas características, que además podría compartir muchos componentes mecánicos con otros modelos ya existentes como el 323. Tras la reunión no se volvió a mencionar la idea de este deportivo ligero, pero sí hubo una cena entre el periodista y el directivo en la que Hall mencionó a Yamamoto que algún día tenía que probar a conducir un Triumph Spitfire para comprobar lo divertidos que eran. Esto terminó ocurriendo, y quizá en ese instante fue cuando realmente nació el proyecto que Bob Hall había propuesto.

1983: ARRANCA EL PROYECTO OGG

Tras la experiencia de conducción de Yamamoto con el Spitfire el equipo de diseño de Mazda se puso manos a la obra en el desarrollo de futuros modelos. Entre ellos estaba el OGG (Off-line Go-Go) que comenzó en noviembre de 1983 como un diseño muy experimental que de salir al mercado se posicionaría un escalón por debajo de los Mazda RX7 que hasta entonces eran los deportivos insignia de la compañía.

En este momento desde Mazda deciden hacer una batalla de diseñadores entre los equipos de investigación y desarrollo con los que la marca contaba en Japón y en Estados Unidos. Al departamento de Hiroshima se le asignó la tarea de trabajar en un coupé biplaza con motor central y tracción trasera, mientras que del diseño de un descapotable de dos asientos con motor delantero y propulsión trasera se encargaron en América.

El equipo norteamericano estaba capitaneado por el japonés Tom Matano y su prototipo, para el que se había realizado un modelo a tamaño real, ganó la aprobación de Mazda en 1984 para continuar con su desarrollo. De esta manera el futuro coche continuaría con la tradición de roadsters biplaza muy ligeros, pero emplearía la tecnología más moderna y puntera.

El siguiente paso llevó al equipo de Tom Matano a Reino Unido donde supervisaron la creación de un nuevo prototipo funcional en la compañía IAD (International Automotive Design). El coche se montó sobre el chasis de un Mazda RX7 de primera generación y los componentes mecánicos provenían de un Mazda 323, modelo en aquel momento todavía empleaba la propulsión trasera.

LOS ÚLTIMO REMATES PARA UN DESCAPOTABLE LEGENDARIO

Ya en 1986 Kenichi Yamamoto llegó a decir que el coche en el que estaban trabajando emanaba un aura de vehículo de culto. Con el fin de perfeccionar el prototipo hasta convertirlo en un coche de preproducción contaron con el ingeniero Toshihiko Hirai. Su labor no era otra que la de mantener el espíritu de la marca con su lema “Jinba-ittai” de jinete y caballo como uno solo en el nuevo modelo. Por estas razones quiso un reparto de pesos prácticamente perfecto para este deportivo liviano, así como un centro de gravedad lo más bajo posible.

Con las cualidades dinámicas siendo perfeccionadas, el equipo de diseño de Hiroshima dio los últimos retoques estéticos al coche para acercarlo más a un público internacional, con unas formas muy modernas que servirían como anticipo a muchos de los automóviles que se presentarían en la década de los noventa.

Aunque entre sus manos contaban con un vehículo prácticamente perfecto Mazda todavía no tenía claro si lanzar el descapotable al mercado. Salieron de dudas en la primavera de 1987, cuando el coche, que estaba ya en sus últimas fases de desarrollo, fue presentado en primicia en Los Ángeles ante una audiencia de 245 personas que lo valoraron de una manera muy positiva.

De esta manera se dio luz verde al lanzamiento del pequeño Mazda Miata, para el mercado americano, y MX5 para el resto del mundo, vehículo que se ha convertido en todo un icono a nivel mundial y que tiene el honor de albergar el récord de descapotable más vendido del mundo con más de un millón de unidades fabricadas desde 1989 y sumando.

Imágenes: Mazda, Tom Matano

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Escrito por Javillac

Esto de los coches le viene a uno desde niño. Cuando otros críos preferían la bicicleta o el balón yo me quedaba con los cochecitos de juguete.
Recuerdo aún como si fuese ayer un día en el que nos adelantó un 1500 negro por la A2, o la primera vez que vi un Citroën DS aparcado en la calle, los paragolpes cromados siempre me han gustado.

En general me gustan las cosas anteriores a la época en la que yo nací (hay quien dice que estoy reencarnado), y en el top de esa lista están los coches, que junto a la música, hacen la combinación ideal para un rato perfecto: conducción y una banda sonora acorde al coche correspondiente.

En cuanto automóviles me gustan los clásicos de cualquier nacionalidad y época, pero como mi debilidad están los coches americanos de los 50, con sus exageradas formas y dimensiones, razón por la que mucha gente me conoce como "Javillac".

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